Contracciones del embarazo: Cómo son en cada trimestre
Al margen de las contracciones que se dan antes del parto, a lo largo del embarazo, la mujer puede sentir otro tipo de contracciones.
Las contracciones son quizás una de las señales más claras de que se acerca el parto, pero ¿sabías que las contracciones en realidad se dan a lo largo de todo el embarazo? Tendremos que diferenciar entre los distintos tipos de contracciones que existen y eso es lo que os vamos a explicar precisamente a continuación; cómo son las contracciones en cada trimestre de la gestación de un bebé.
Contracciones del embarazo: Cómo son en cada trimestre
Las contracciones son inevitables durante el embarazo, aunque dependiendo de cada caso es posible que se den de manera leve y ocasional, aunque la norma o lo general es que provoquen cierta agitación en la mujer, de modo que es importante saber cuando se pueden considerar fisiológicas y cuándo conviene acudir al especialista.
Lo primero que tenemos que decir, es que por norma general las contracciones esporádicas y de intensidad leve pueden considerarse fisiológicas. En cambio, cuando contrario son repetidas y dolorosos, y sobre todo van acompañados de pérdidas sanguíneas, aunque modestas, siempre será necesario contactar con el ginecólogo para los oportunos controles.
Dicho esto, ya podemos analizar o ver cómo son las contracciones que se producen en cada trimestre del embarazo y qué significa el que se produzca cada una de ellas y si es necesario acudir o no al médico.
Contracciones en el primer trimestre del embarazo
En las primeras semanas de embarazo puede suceder que la mujer experimente dolores de tipo menstrual, con pequeños dolores y una sensación de peso en la parte inferior del abdomen. Esto puede ser determinado por la implantación que se produce con la concepción en el útero, que ocurre alrededor de la 4ª semana. La sensación de peso, en cambio, depende del endometrio, que en este período es blando y ‘lleno’, precisamente porque se está preparando para recibir la nueva vida. Sin embargo, por lo general, en este período la mujer todavía no sabe que está embarazada, más bien cree que tales síntomas presagian la llegada de la menstruación.
Además del inicio del embarazo, se podían sentir pequeñas contracciones al cambio de mes, es decir, en correspondencia con los días en los que debería haber llegado la menstruación. Por este motivo, si la mujer ya siente leves contracciones, se suele sugerir evitar el esfuerzo físico, los viajes o las relaciones sexuales en estos días, que podrían favorecer la actividad contráctil.
Cuando tenemos que sospechar:
Cuando se tiene la sensación de una menstruación inminente, con sensación de dolor en la parte inferior del abdomen y dolor de riñón: el útero está de hecho anclado a los ligamentos útero-sacros, que, estirándose tras la contracción, provocan resentimiento en la zona del riñón, precisamente como sucede durante la menstruación.
Contracciones en el segundo trimestre del embarazo
Durante el segundo trimestre, y en particular a partir de la semana 20, las pequeñas contracciones generalmente están relacionadas con los movimientos del bebé. Pero es una leve sensación de endurecimiento, y para nada son manifestaciones dolorosas. Incluso los movimientos bruscos de la madre pueden provocar contracciones, pero siempre son síntomas que desaparecen en poco tiempo.
En el caso de que aparezcan este tipo de contracciones que son instintivas, lo mejor es relajarse y no hacer nada, ya que si comienzas masajear el vientre creyendo que de este modo vas a conseguir aliviarlas, lo cierto es que es posible que el masaje estimule aún más la actividad contráctil.
Cuando tenemos que sospechar:
Cuando las contracciones aparecen independientemente de los movimientos fetales o cambios de posición de la madre y cuando se trata de sensaciones dolorosas que se repiten a intervalos regulares.
Contracciones en el tercer trimestre del embarazo
Una vez más, las pequeñas contracciones pueden considerarse normales si están asociadas con los movimientos del bebé, o si la madre cambia de posición repentinamente, por ejemplo cuando se acuesta o levanta las piernas en el sofá; También es normal sentir un ligero endurecimiento de la barriga si la mujer hace pequeños esfuerzos o camina más rápido de lo habitual, ya que son estímulos mecánicos que estimulan de forma refleja el útero. Para evitarlas, simplemente haz las cosas con más calma y reduce el ritmo.
Sin embargo, al final de la gestación, a partir de la semana 38, es cuando pueden producirse las contracciones «preparatorias», que permitirán que el cuello uterino cambie día tras día, para prepararse para la dilatación. Es entonces cuando estamos en la llamada fase prodrómica, que puede comenzar incluso 10-15 días antes de que comience el trabajo de parto. Por lo general, estas contracciones se sienten por la noche y luego disminuyen por la mañana.
Si, por el contrario, no se detienen por la mañana, de hecho se vuelven gradualmente más intensas y regulares, es mejor ir al hospital: ya que es una señal de que el parto podría estar a punto de empezar.
Cuando tenemos que sospechar:
Si el término del embarazo aún está lejos y las contracciones aparecen con cierta frecuencia e intensidad.
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