7 consejos para conservar correctamente la leche materna
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda la lactancia materna para alimentar a cualquier niño, como mínimo hasta que este cumpla los seis meses de vida. Y es que trae consigo numerosos beneficios para la salud del bebé, sin olvidar que también se los brinda a la madre.
No obstante, ¿qué pasa cuando la mamá tiene que reincorporarse a la vida laboral y no le puede dar el pecho al bebé en todas y cada una de sus tomas? En ese caso, la mejor solución posible es que opte por extraerse la leche.
No obstante, es importante que no sólo ese proceso de extracción se realice convenientemente sino también lo que es la conservación del propio alimento en sí. Por eso, desde BabyAffinity queremos dar a conocer los consejos fundamentales para mantener la leche materna en perfectas condiciones y que conserve así todas sus propiedades beneficiosas:
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Lo primero es cerciorarse de que el recipiente en el que se va a guardar sea apto para uso alimentario. ¿Cómo saberlo? Mirándolo porque debe llevar un logo que así lo certifique, en concreto, debe tener el dibujo de una copa y un tenedor.
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Lo ideal es que nada más la madre se extraiga la leche la guarde en la nevera. No obstante si eso, por distintas circunstancias, no es posible hay que intentar conservarla mientras tanto en un termo o incluso en una bolsa isotérmica.
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En el caso de que la mujer desee congelar la leche materna, lo más recomendable es que lo haga haciendo uso de recipientes pequeños. Y es que debe tenerse en cuenta que una vez descongelada se debe utilizar pronto. Por eso, si se congela en envases de gran tamaño, seguramente deberá desecharse una parte si no ha dado tiempo a utilizarla por completo.
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Cuando la madre se extraiga la leche no sólo debe guardarla lo antes posible sino que también tiene que evitar manipularla mucho. Es más, cuanto menos contacto tenga con el aire, mejor. En este sentido, hacer empleo del recipiente que lleva incorporado el sacaleches es una buena opción, pues bombea el alimento directamente en el mismo.
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Otro de los consejos más importantes que hay que tener en cuenta es que la leche materna dura únicamente entre 2 y 3 días en el frigorífico, mientras que en el congelador puede aguantar hasta cuatro meses. Quienes hayan tomado la decisión de conservarla en ese último electrodoméstico es recomendable que la enfríen un rato en el frigorífico antes de congelarla.
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Al igual que se hace cuando se conserva cualquier otro alimento, es importante etiquetarla por fecha. Esa es una medida que resulta de gran utilidad, ya que así se podrá ir utilizando en base a su fecha de extracción y se evitarán confusiones de envases más y menos recientes.
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Por último, hay que tener presente que para calentarla la leche previamente extraída y conservada, lo más recomendable es optar por el llamado baño María, nunca al fuego directo. De esta manera, se conseguirá que esté en perfectas condiciones y mantenga sus propiedades.