Solemne celebración del Domingo de Ramos en la Catedral de Palma
Los católicos celebran hoy el Domingo de Ramos, preludio de la Semana Santa y culminación de la Cuaresma que se inició el Miércoles de Ceniza. Estamos en el Domingo de la Pasión del Señor, el comienzo de la «gran semana» durante la cual se recuerdan los últimos días de la vida terrenal de Cristo. «Por una parte, la celebración de la vida o triunfo de Jesús mediante la procesión de los ramos; y por otro, la conmemoración de la muerte de Jesús con la lectura de la Pasión». Todas las iglesias de Baleares han celebrado esta mañana de forma solemne la bendición de las palmas.
La llegada de Jesús a Jerusalén entre la multitud festiva representa el último momento de alegría antes de la crucifixión. Fue aclamado, con palmas y ramos de olivo agitándose, como el Mesías, como el Rey esperado, como el que venía en nombre del Señor. Hoy se sigue recordando este momento en la procesión de las palmas. Estas se bendicen y con ellas se elabora la ceniza que se usará el Miércoles de Ceniza del año siguiente.
La costumbre es llevarse a casa uno de los ramos bendecidos y «colocarlo en un sitio visible como signo, testimonio de fe, de que se quiere que Dios esté presente y proteja esa casa, y a todos los que viven allí», según explica la nota de prensa del Obispado de Mallorca.
La celebración se ha iniciado en el Palacio Episcopal, donde el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, como cada año, ha bendecido los ramos de todos aquellos feligreses que han querido participar. Un acto en el que también han intervenido los niños y niñas de la Escolanía dels Vermells de la Seu. A continuación, el Obispo, los canónigos y los cantores han marchado en procesión hacia la Catedral para celebrar la solemne Eucaristía.
En su homilía, Mons. Sebastià Taltavull, ha explicado que en este Domingo de Ramos con que empieza la Semana Santa, «acogemos Jesús que entra en nuestros pueblos y en nuestro corazón. Nuestros cantos de reconocimiento, de alabanza, de gozo, necesitan el complemento de la luminosa noche de Pascua para verificar que el encuentro con Él significa para nosotros la fuente de la más grande transformación para nuestra vida personal y para las estructuras de nuestra sociedad. Sabemos que Jesús viene en nombre de Dios y que, a pesar de que la aceptación de su voluntad le sea un trago amargo, conseguirá para todo el género humano la más grande de las libertades, la que asegura la victoria sobre el pecado, la muerte y todo tipo de mal».
«Hoy, aun así -ha dicho el Obispo- después de aclamar a Jesús, quien viene en nombre del Señor, nuestra atención se centra en su Pasión, para hacer plegaria silenciosa, contemplativa. ¿Qué misterio esconde y revela? Sin ningún tipo de duda, un misterio de amor, el amor de Dios que se ha enamorado de su pueblo y quiere llevarlo al término más feliz para el cual lo ha escogido, le ha dirigido la palabra, lo ha santificado y se ha encarnado. Dios se ha solidarizado totalmente con la humanidad, la ha amado y lo ha dado todo por ella en la persona de su Hijo».
Esta tarde está prevista la procesión de Domingo de Ramos en Palma, en la que se prevé la participan de las cofradías de la Ciudad.
La salida de la que es la segunda procesión de la Semana Santa de Palma, tras la ‘Processó dels Estendards’, del Viernes de Dolores, será a las 18.00 horas, desde la parroquia de Sant Jaume.