La socialista Garrido prometió a Le Senne quitar la foto de Picornell, no lo hizo y le provocó: «Expúlsanos»
Fue la actitud desafiante de la vicepresidenta de la Cámara lo que motivó su expulsión
Le Senne denuncia la campaña de exageraciones, acoso, insultos y amenazas que padece
La diputada y vicepresidenta socialista de la Mesa del Parlament, Mercedes Garrido, prometió al presidente de la Cámara balear, Gabriel Le Senne (Vox), quitar las fotografías de la comunista Aurora Picornell y otras represaliadas por el franquismo que exhibía en la tribuna del salón de plenos, al igual que la también diputada del PSOE Pilar Costa, pero después no lo hizo y además le provocó, tras advertirle éste que si no retiraban los carteles voluntariamente, las llamaría al orden y las expulsaría. «Expúlsanos», respondió Garrido.
Así relata lo sucedido la tarde del martes Gabriel Le Senne, que en un comunicado precisa que fue esa respuesta de Garrido, «junto con su actitud desafiante», lo que le llevó a expulsarla junto a Costa, «tras llamarlas tres veces al orden».
Todo ello de acuerdo al artículo 119.2 del Reglamento de la Cámara, que faculta al presidente a adoptar las medidas pertinentes para hacer efectiva la expulsión de un diputado sancionado.
Como recuerda Le Senne, durante la sesión plenaria del 18 de junio del Parlament balear, en el transcurso del debate sobre la derogación de la Ley de Memoria Democrática, las diputadas socialistas Garrido y Costa exhibieron carteles claramente partidistas en la Mesa de la Cámara, contradiciendo así la neutralidad requerida. «En privado y de manera reiterada», el presidente intentó convencer a Garrido de que retirara los carteles para mantener la neutralidad de la Mesa.
«A pesar de que la socialista aseguró que lo harían, tras la intervención de un diputado, no lo hizo. Las quejas de numerosos diputados de distintos grupos por la falta de respeto a la Cámara y a la Mesa siguieron en aumento».
Ante esta situación, y «según el deber de neutralidad e imparcialidad que de acuerdo con los letrados de la Cámara debe mantener la Mesa», el presidente informó en privado a la vicepresidenta segunda de la Mesa de que «si no retiraban voluntariamente los carteles, las llamaría al orden y las expulsaría», como así acabó sucediendo.
Tras descartar por completo dimitir y volver a pedir perdón por lo sucedido y reiterar que su intención no fue romper el cartel con la fotografía de Picornell sino retirarlo, Le Senne asegura que «las exageraciones y relatos incompletos, unidos a la campaña de acoso, insultos y amenazas que ha contado con la participación de diputados de esta Cámara, suponen un atentado contra la democracia, la neutralidad e imparcialidad institucional y contra el Estado de Derecho».
Para el dirigente balear del partido de Santiago Abascal, «es en este contexto de ofensiva contra las instituciones que funcionan con rigor e independencia de los intereses partidistas, donde se enmarca esta nueva amenaza del Gobierno de Pedro Sánchez, y de su ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, de trasladar al Ministerio Fiscal los acontecimientos ocurridos en la sesión plenaria del 18 de junio, por haberlos considerado susceptibles de ser constitutivos de un delito penal de odio”.
Para Le Senne, «ninguna amenaza ni chantaje del Gobierno de España va a conseguir tapar la corrupción de su gobierno y de la familia del presidente Pedro Sánchez», y por ello, reitera su «compromiso con la democracia, el orden constitucional y la libertad de todos los españoles. Seguiremos trabajando con contundencia y convicción para que los intereses de los españoles se vean representados en orden y libertad, sin presiones ni chantajes».
Finalmente, el dirigente balear de Vox ha reiterado que no odia a ninguna víctima, «ni nunca fue mi intención faltar al respeto a ninguna», insistiendo en que «no quería atentar» contra la memoria de las víctimas puesto que su intención era retirar el cartel y no romperlo. «Se está sacando todo de quicio», ha lamentado.
En cuanto a los grupos de la oposición, que han abandonado el pleno y se han unido a la concentración convocada frente al Parlament para pedir la dimisión del presidente, Le Senne ha considerado que «han exagerado mucho».
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