Protesta masiva contra la dictadura de Costas que quiere tirar el Bungalow y los chiringuitos de Baleares
El cierre de chiringuitos como el Bungalow amenaza a más de medio millar de trabajadores en Baleares
Maleni Bonet: «El Bungalow es patrimonio de los mallorquines y vamos a defenderlo a capa y espada»
Los independentistas quieren cerrar el Bungalow y todos los chiringuitos excepto el del pueblo de su líder
Protesta masiva contra la dictadura de Costas que quiere tirar el Bungalow y los chiringuitos de Baleares la celebrada hoy en Palma convocada por la plataforma Salvem el Bungalow que ha reunido en la mañana de este domingo 6 de noviembre a 1.500 personas frente a este emblemático restaurante de primera línea del barrio palmesano de Ciudad Jardín.
Ha sido la concentración ciudadana más masivas celebrada tras los dos años de pandemia, en la que los presentes han expresado su rechazo a la decisión de Demarcación de Costas de proceder a la clausura y derribo de este inmueble el próximo mes de marzo, 40 años después de su apertura al público.
Tras lo sucedido esta mañana en Palma, el Bungalow ya se ha convertido en Baleares en el símbolo de la lucha popular contra el capricho y discrecionalidad de Demarcación de Costas.
Con la más que destacada ausencia de los representantes políticos de las formaciones que conforman el Govern balear, socialistas, independentistas de Més y Podemos, no han faltado a la cita dirigentes de la oposición. Del PP han estado la presidenta del partido, Marga Prohens, y el candidato a la Alcaldía de Palma, Jaime Martínez, entre otros diputados y concejales de esta formación. También presente la plana mayor de Vox, con el portavoz parlamentario, Jorge Campos, a la cabeza, y el líder del partido en Palma, el concejal Fulgencio Coll. Igualmente han asistido regidores de Ciudadanos como Eva Pomar o Alejandro Escriche; el diputado del PI, Josep Melià, o el concejal palmesano no adscrito, Josep Lluís Bauzà.
Entre la clase empresarial, además de conocidos restauradores, han estado el dirigente de Afedeco, Tolo Servera, y el dirigente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Joan Forteza. También presentes el cantante Riki López, el humorista, Agustín el Casta, o el cineasta, Marcos Cabotà, todos arropando y apoyando al Bungalow.
Tras recoger más de 14.000 firmas contra la decisión de la jefa de Demarcación de Costas, Almudena Domínguez, de no renovarle a sus actuales titulares la concesión, ordenando además la demolición de la casa y el solárium público que hay en frente del establecimiento, los concentrados han expresado su determinación a evitar la destrucción de un inmueble decimonónico que pertenece al patrimonio urbanístico de la costa palmesana.
Magdalena Bonet y su sobrina, Laura Aguiló, actuales propietarias de este conocido restaurante, han intervenido en nombre de las 19 familias que sostienen este popular negocio playero que Demarcación de Costas quiere derribar.
«Esto es una casa del siglo XIX que mi bisabuelo compró como regalo de boda a mi abuela Magdalena Oliver», recordó Bonet que dio cuenta de las diferentes etapas que ha tenido el inmueble.
«Después de ser casa fue un anexo a un pequeño hotel, y cuando éste se cerró, mi madre abrió el restaurante para dar trabajo a los empleados, y abrimos el Bungalow. De eso hace ya cuarenta años». «Un negocio familiar», abundó, «que han sostenido cuatro generaciones de mujeres, la última, mi sobrina Laura que es la encargada. Somos una familia, diez personas fijas y otras diez discontinuas para el verano, y así llevamos 40 años sin hacer daño a nadie, sin impedir la vista, ni el paso a la playa, reciclando todo, limpiando la playa a nuestro alrededor, somos un ejemplo de negocio», concluye Bonet mientras los presentes corean el nombre del establecimiento convertido ya en un símbolo contra las arbitrariedades de Demarcación de Costas.
Además de Bonet ha intervenido el cantante Riki López que ha compuesto una canción para el Bungalow que ha cantado en directo después de cargar contra los ecologistas del Gob partidarios del derribo de este histórico inmueble de los que dijo que «ya no molan, porque demuelen». También ha intervenido el representante vecinal, Joan Forteza, que ha avanzado que la federación de vecinos presentará una propuesta en el Ayuntamiento de Palma exigiendo la catalogación del inmueble para su protección.
A fecha de hoy, nadie del Govern de la socialista Francina Armengol ha respaldado ni al Bungalow ni a ningún otro restaurante o chiringuito playero. Es más, el conseller independentista de Medio Ambiente, Miquel Mir, ha rubricado decenas de informes de impacto ambiental negativo contra restaurantes del litoral balear que han servido, en muchas ocasiones, de base para que la Demarcación de Costas rechace la renovación o prórroga de una concesión.
Todo ello a menos de dos meses de que, en teoría, el Gobierno de Pedro Sánchez transfiera al Govern balear estas competencias en lo que se refiere a construcción, asignación de playas, autorizaciones de ocupación del espacio marítimo-terrestre, permisos de actividades de riesgo o de licitación para la concesión de servicios, todos ellos aspectos de suma importancia para la gestión y el desarrollo turístico. Una transferencia, que en manos de Mir, puede provocar un goteo incesante de cierres de estos populares negocios familiares de las playas de las Islas.