turismofobia

Temor a un cierre masivo de chiringuitos en 2023 al asumir Armengol las competencias en las costas

Baleares chiringuitos
Miembros de la Asociación de Empresarios de Concesiones de Servicios Temporales de Mallorca.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Los empresarios de chiringuitos de playa de Baleares, temen un cierre masivo de sus negocios en 2023, al asumir el Govern balear presidido por la socialista, Francina Armengol, las competencias legislativas y medio ambientales en las costas de las Islas, tras lograr sus socios independentistas de Més per Mallorca en el Senado, el compromiso del Gobierno de Pedro Sánchez a su traspaso a finales del presente año, a cambio de apoyar los presupuestos del Estado.

Si esa transferencia se materializa en las fechas previstas, las competencias y autorizaciones para el mantenimiento de estos históricos negocios de restauración a pie de playa, pasarán a estar en manos del conseller independentista de Més, Miquel Mir, que este año ha emitido más de una decena de informes desfavorables para el mantenimiento de otros tantos establecimientos, no autorizando su instalación, y abocándolos al cierre.

Una decisión acorde con la política turismofóbica que caracteriza y practica esta formación política, que el próximo año podrá ahondar, una vez que tenga todas las competencias sobre las costas de Baleares.

Jaume Perelló, portavoz de la Asociación de Empresarios de Concesiones y Explotaciones de Servicios Temporales en el Dominio Público Marítimo Terrestre de Mallorca (ADOPUMA) reconoce que los empresarios de estas terrazas a pie de playa, «estamos acojonados».

«El miedo que tenemos es la que se nos viene encima, con las competencias de las costas en manos del Govern balear, si siguen en este plan», reconoce Perelló que recuerda que Demarcación de Costas ha denegado este año la apertura de una decena de establecimientos «por el informe desfavorable de la Conselleria y del Govern balear, aunque esos informes no eran vinculantes. Como el año que viene pasan a ser del Govern, la directriz este año, ha sido la de hacer lo que les decía la Conselleria».

Ante este más que preocupante panorama que se les avecina, la entidad se reunirá la semana que viene con la consellera de Presidencia del Govern, la socialista Mercedes Garrido, si bien su intención era hacerlo con la del Ejecutivo balear, Francina Armengol, que ha delegado en su compañera de filas.

«Si no tienen un poco de sentido común, se van a cargar la Isla, porque lo que quiere parte de este gobierno, es que no vengan turistas y muramos de hambre. El año que viene no va a venir la gente de este año. Veníamos de dos años de pandemia, pero con la que se avecina en Europa, ya veremos quien viene la próxima temporada».

Perelló por eso ya avanza que lo que los empresarios de estos negocios le van a pedir a la consellera Garrrido es que «lo que ha pasado este verano no se vuelva a repetir».

«Estamos haciendo el ridículo en toda España. No pueden haber restaurantes, chiringuitos con más de 60 años de historia, que de un año para otro sean ilegales, cuando siempre han sido legales. Queremos que hagan balance si los cierres de chiringuitos han servido para algo, y qué resultado ha tenido esto. Para nosotros, perder puestos de trabajo y de facturación. Beneficios para el medio ambiente ninguno. Las playas han estado a tope, y los usuarios necesitan tener servicio de comida, bebidas y de baño. Ellos no quieren que vengan turistas, pero los clientes de estos negocios, muchísimos, son residentes», concluye Perelló.

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