Placeros luchan para frenar cierres de comercios del mercado palmesano de Pere Garau: «Hay que seguir con vida»

En septiembre llegó a haber 13 establecimientos cerrados y algunos se venden por hasta 120.000 euros

Creen que el poco tiempo que queda de concesión frena la inversión por parte de jóvenes en los negocios del mercado

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Desde hace unos años, algunos comercios del mercado municipal de Pere Garau de Palma han bajado la persiana por la acuciante falta de personal para trabajar. Aunque ahora son seis los establecimientos cerrados, en el mes de septiembre llegó a haber un total de 13 comercios con el cartel de «Se vende» o «Se alquila». La presidenta de los placeros, Paquita Bonnín, advierte de que es necesario reabrir los establecimientos cerrados para que el mercado siga teniendo vida.

Llama especialmente la atención la situación que atraviesa las pescaderías del mercado. Algunas se venden a precios que pueden llegar a los 120.000 euros y actualmente hay tres que están cerradas ya que, según Bonnín, nadie quiere ser pescadero. «Nadie quiere levantarse a las 5 de la mañana, es un trabajo muy físico y hoy en día la gente prefiere estar sentando en una oficina», asegura la presidenta de los placeros, hija del histórico presidente del mercado, Pep Bonnín.

Sin embargo, desde el mercado luchan día a día para revertir esta situación. «Estamos haciendo grandes esfuerzos para que se vayan abriendo los locales cerrados poco a poco, la situación va mejorando. Ahora estamos negociando con cada uno de los propietarios de los puestos a ver qué solución podemos llegar con cada uno. El mercado sigue teniendo vida pero necesitamos activar todo estos para que el mercado coja más fuerza», manifiesta Bonnín.

Al mercado de Pere Garau le quedan 12 años de concesión

Lina, que regenta una carnicería desde hace 13 años, cree que el principal problema que tiene el mercado es el poco tiempo que le queda a la concesión municipal. «Nos quedan 12 años de concesión, por lo que la gente no quiere invertir en un puesto. Los jóvenes quieren invertir aquí, pero nadie se va a meter en un negocio que no sabe que pasará con la concesión», explica Lina.

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Comercios cerrados del mercado municipal de Pere Garau.

Para ella es fundamental solucionar estos problemas porque «la gente le gusta ver ambiente cuando va a comprar a algún sitio, que todo esté abierto, que se mueve y que no haya poca gente». Sin embargo, Lina va en la misma línea que Paquita Bonnín ya que aunque «hay mucha gente que se ha tenido que marchar porque no le ha ido bien el negocio o porque se han jubilado, aquí hay mucho trabajo que la gente que está en el paro no quiere hacer».

Por otro lado, la propietaria de Ca Na Lina cree que un parking acabaría con muchos problemas del mercado. «La gente tiene que poder venir sin tener que dar 20 mil vueltas por el barrio. Al final se cansan y se acaban marchando», denuncia la carnicera.  Además, piensa que si se arregla la concesión y el parking el mercado irá bien. «Al fin y al cabo este mercado es el que funciona mejor y el que más gente tiene», afirma la comerciante.

Entre la clientela la percepción del mercado apenas ha cambiado con los cierres de algunos negocios. A pesar de que sigue habiendo una gran afluencia de gente, lamentan que haya locales que ya no estén abiertos como antaño.

Una clienta habitual que vive en el barrio explica que «la verdad es que es una pena, cada local cerrado es un comercio menos. En un mercado lo ideal es que esté todo abierto, haya ambiente y que vengamos mucho los de la barriada a comprar. De momento pienso que no son tantos los cerrados, si vienes un martes o un jueves hay muchísima gente pero lo importante es que no se sigan cerrando».

Polémica en torno la nueva cubierta metálica del mercado

A estos problemas se suma el resultado de la cubierta del mercado en una de las entradas, cosa que ha provocado el enfado de los comerciantes. Piden volver a las anteriores tejas árabes ya que la nueva instalación de aluminio desentona con el barrio. Los independentistas de Més han criticado el nuevo arreglo y lo han tachado de «cutre».

Sin embargo, la presidenta de los placeros de Pere Garau asegura «no entender nada» con las declaraciones de la regidora de Més, Kika Coll, ya que «fue el equipo de gobierno anterior del Ayuntamiento de Palma el que decidió hacer este tejado y licitaron la obra. Entre todos decidieron dejar la obra así como está. Con el cambio de gobierno ahora Més dicen que lo que hay hecho es muy cutre. Claro que es cutre, pero lo has hecho tú».

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