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Palma recupera un arco de la Font de la Vila, la acequia milenaria musulmana de la plaza Patines

Declarada Bien de Interés Cultural (BIC), permanece en pie desde hace 11 siglos, en la plaza Bisbe Berenguer de Palou

El inicio del acueducto está a ocho kilómetros del centro en las inmediaciones de la UIB

arco Font de la Vila, palma
Imagen del histórico arco rehabilitado de la Font de la Vila de Palma.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Palma recupera un arco de la Font de la Vila, la acequia milenaria musulmana de la céntrica plaza de los Patines, una de las mayores obras hidráulicas del siglo X que aún permanece en pie en la capital balear.

Un pequeño vestigio de incalculable valor histórico, que ha sido rehabilitado en una esquina de la oficialmente denominada plaza Bisbe Berenguer de Palou, en un solar en cuyo interior se ha levantado una vivienda de una planta.

Delante de ella está el remozado arco en cuya pared ha sido colocado un letrero indicativo del valor histórico de esta construcción hidráulica, recordando que el arco de la Font de la Vila es un Bien de Interés Cultural (BIC), máxima catalogación en materia de protección patrimonial.

«Por favor, respeten su historia y belleza», reza el rótulo que da a la plaza algo que, por ahora, ha tenido su efecto, a diferencia de otros inmuebles y espacios históricos del centro de Palma donde grafitis vandálicos han martirizado sus paredes con toda clase de pintadas.

Font de la Vila
Nueva puerta instalada en la entrada de la Font de la Vila.

La recuperación de este arco de la histórica fuente del Emir (Ayn al-amir), como se la conocía en época musulmana, ha corrido a cargo del propietario del solar y ha sido supervisada por los técnicos de Patrimonio del Consell de Mallorca, institución encargada de la materia.

Se da la circunstancia de que este trozo de acueducto de la plaza de los Patines es uno de los restos más espectaculares que quedan de la Font de la Vila, cuyo rastro se puede seguir aún por el casco antiguo de Palma, a través de numerosos aljibes ubicados en el Teatro Principal, Parlament, Es Baluard, en los jardines del Palau March o en la plaza del Pes de la Palla, si bien no son accesibles al público, ya que están cubiertos.

Documentada en los siglos XI y XII, cuando Jaime I conquistó Mallorca en 1229, ya existía una red de acequias y canalizaciones que servían para distribuir el agua de las fuentes para el regadío de huertos y el abastecimiento de la ciudad. En este caso su nacimiento se sitúa en un manantial natural ubicado entre la Serra de Tramuntana y el Pla de Palma, a unos ocho kilómetros del centro de la capital balear, cerca del campus universitario en la carretera de Valldemossa.

Palma Font de la Vila
Imagen del rótulo con la leyenda histórica de la Font de la Vila.

La fuente tiene unos caudales variables dado que el volumen depende de las precipitaciones caídas. El agua sale de una cavidad situada a unos ocho metros de profundidad, de forma natural. Del mismo modo que las Fonts Ufanes, Mestre Pere y de Na Bastera, el agua brota por una falla del terreno.

Inicialmente el manantial formaba una gran zona húmeda rodeada de vegetación, llamada Prat de la Font de la Vila, y corría a lo largo de un pequeño tramo sin canalizar, hasta que una acequia recogía el agua y la conducía a la ciudad. El acueducto traía el agua por el S’Hort den Moranta hasta el aljibe del Baluard de Sant Pere que aún se conserva, ubicado en primera línea de la capital balear.

La fuente fue regularizada y saneada mediante su aislamiento y cobertura en 1936 después de que en 1913 el pleno del Ayuntamiento de Palma y de forma unánime acordara la adquisición de las aguas y terrenos de la histórica Font de la Vila mediante una expropiación de conformidad.

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