Palma destina 100.000 euros al mantenimiento del poblado narco de Son Banya, que sigue sin desmantelarse

El Ayuntamiento de Palma destina 100.000 euros al mantenimiento del poblado narco de Son Banya, que sigue sin desmantelarse, pese a las promesas de los sucesivos gobiernos municipales de proceder a la demolición de chabolas y barracas levantadas en suelo municipal.

Mientras el gobierno liderado por el alcalde del PP, Jaime Martínez, y el Instituto Balear de la Vivienda (Ibavi) no logren las 30 viviendas necesarias para el traslado de otras tantas familias no vinculadas al narcotráfico y que cumplen los requisitos para acogerse al programa de realojo, el Consistorio palmesano continúa haciendo frente a la reforma, reparación, demolición y acondicionamiento de las diferentes infraestructuras presentes del denominado poblado de Son Riera.

Durante la legislatura 2015-2019 se firmó el pacto político para el desmantelamiento del poblado de Son Riera-Son Banya. A partir de ese acuerdo unánime, el Ayuntamiento de Palma ha trabajado para realojar a sus residentes vulnerables y, desde entonces, han salido del poblado 203 personas, de las cuales 118 eran adultos y 85 menores, para un total de 48 familias.

El principal escollo para terminar el desmantelamiento es la falta de disponibilidad de viviendas para realojar a las familias vulnerables, pese a que en la primavera de 2023 el Ayuntamiento de Palma y el Ibavi llegaron a un acuerdo para ceder viviendas públicas para este fin.

De hecho, el pasado mes de enero el pleno municipal acordó que todas las viviendas públicas disponibles del Ibavi y del Patronato Municipal de la Vivienda que no estén en los barrios vulnerables se deben destinar al realojo de las familias vulnerables que hoy en día subsisten en el poblado.

Pero hasta que ese acuerdo no se materialice, más allá del compromiso político, la Junta de Gobierno ha aprobado este jueves 2 de mayo el pliego de condiciones para la ejecución de cuantas actuaciones de reparación y reposición, se deriven de las peticiones emitidas por los técnicos municipales y de los avisos de deficiencias que se produzcan en el ámbito del poblado.

Dentro de este mantenimiento correctivo ordinario, figura la necesidad de dar solución inmediata a los embozos que se producen en las cañerías de las infraviviendas del asentamiento, que derivan de un alcantarillado muy antiguo y que requiere de una actuación inmediata para evitar males mayores en los albergues en los que se sitúan las averías y en los contiguos.

El objetivo no es otro que intentar paliar, en la medida de lo posible, los efectos económicos negativos y los perjudiciales para la salubridad, del casi centenar de familias que aún residen en este espacio colindante al aeropuerto de Palma.

Trabajos de albañilería, pintura, fontanería, electricidad y carpintería

También se incluyen los trabajos de albañilería, pintura, fontanería, electricidad, cerrajería, carpintería y otros que no puedan ser cubiertos por las brigadas municipales del servicio de logística, por falta de medios materiales, humanos o porque tengan que ejecutarse fuera del horario laboral.

Una de las advertencias que incluyen los pliegos del concurso dado el mal estado de las infraviviendas y construcciones de la zona es que cualquiera de las actuaciones a realizar sobre equipamientos, instalaciones y otros elementos, deberá estar marcada por una especial precaución ante la posibilidad de la aparición de amianto.

En el caso de aparición de este material, el contratista se abstendrá de actuar hasta que no cuente con el correspondiente plan aprobado de desamiantado. Y por ello se alerta de que tendrá que ser una empresa especializada y homologada en la realización del trabajo y la gestión con este residuo la que se encargue de su retirada o, en todo caso, un tercero con dicha especialización y homologación.

La empresa adjudicataria dispondrá de personal localizable durante las 24 horas, 365 días al año, y con capacidad de movilización en las horas inmediatas y con preparación suficiente para ejecutar trabajos urgentes cuya ejecución no admite demora.

El personal que el adjudicatario asigne al servicio habrá de ser altamente cualificado en la función de las instalaciones a mantener, teniendo que ser todos oficiales de primera en su oficio.

Este personal técnico ha de acreditar una reconocida experiencia de cinco años en la ejecución y desarrollo de este tipo de servicios. La duración del contrato será de dos años, estableciéndose la posibilidad de que sea prorrogada por un máximo de dos años más