Los jesuitas de Mallorca, estupefactos y doloridos por el repentino anuncio de su ‘expulsión’ de la isla

Afirman que el cierre del convento de Montesión, después de cinco siglos de historia, no está justificado

Denuncian que no sabían nada de su marcha de la isla y la vinculan al proyecto de construir una residencia en Montesión

Lamenta la huida del padre superior a San Cugat horas después del anuncio del cierre del convento

jesuitas montesión
Iglesia y convento de Montesión en Palma, de la Compañía de Jesús.
Miquel Ángel Font

Con estupefacción, sorpresa y profundo dolor han acogido los jesuitas de Mallorca la noticia de su próxima expulsión decidida de forma unilateral y sin consultas previas por el padre provincial Enric Puigrós y anunciada el  pasado sábado. Los jesuitas han estado en Mallorca durante casi cinco siglos y no entienden que ahora, de pronto, tengan que marcharse cuando está en marcha un proyecto de reforma del convento que, entre otras muchas cosas, contemplaba unas nuevas dependencias para los miembros de la comunidad.

La Compañía de Jesús cuenta en Palma con diez padres y todos menos uno son mallorquines. Es cierto que la mayoría tiene edad muy avanzada y son personas que necesitan asistencia pero alegan que en el convento de Montesión están perfectamente bien atendidos.

Los jesuitas hacen gala de la obediencia debida y aceptan su marcha de Mallorca pero no ocultan su enfado, tanto por la repentina decisión de cerrar el convento de Montesión como por las formas. Descubren ahora que todo formaba parte de un plan planificado y que su marcha de Mallorca ya estaba prevista cuando hace años se planteó el proyecto de reforma  conocido como Plan Montersdion.

El Plan Montesión implica además el cierre del colegio ubicado en pleno centro histórico de Palma. Es el colegio más antiguo de la Compañía de Jesús en todo el mundo y pronto también será historia.

En realidad el colegio de Montesión persistirá pero en otra ubicación, en Son Moix (afueras de Paloma) donde ya se está construyendo el nuevo edificio. El traslado está previsto para otoño de 2025.

En cuanto a las formas, los jesuitas de Montesión señalan  que el anuncio de su marcha les llegó el pasado sábado, sólo una semana después del fallecimiento del padre Feliu, un histórico del colegio de Montesión.

«Han esperado a que se muriera el padre Feliu para anunciarnos el cierre inminente del convento. Parece que todo estaba previsto y preparado desde hace tiempo aunque no nos habían informado de nada», comenta uno de los padres que no duda en vincular el cierre del convento con el proyecto de construir una residencia.

Otra circunstancia que no ha sentado nada bien entre la comunidad de jesuitas ha sido la huida precipitada del hasta ahora padre superior, Javier Monserrat, que ha liderado el proyecto denominado Plan Montesión.

«El sábado vino el padre provincial para anunciarnos que nos teníamos que marchar. Fue para nosotros una sorpresa pero todavía fue una sorpresa mayor ver que el padre superior, Javier Monserrat, ya tenía las maletas hechas para marcharse a San Cugat. De hecho, ya había enviado parte del equipaje a San Cugat».

Los jesuitas de Mallorca defienden sus funciones

Los miembros de la comunidad de jesuitas consultados por OKDIARIO lamentan también que no se haya tenido en cuenta toda la labor que realizan actualmente en Mallorca en diferentes campos, como la atención a diversas iglesias y parroquias. De los 10 padres, siete están en activo y tienen diversas funciones. Uno lleva una parroquia, otros imparten clases en el Seminario, dirigen Ejercicios Espirituales o colaboran con la Fundación Patronato Obrero y otras instituciones benéficas.

El padre provincial, sin embargo, no acepta estos argumentos y defiende que las funciones que desarrollan los jesuitas en Mallorca no son las propias de la Compañía de Jesús. La realidad es que una función propia de un jesuita sería la educación pero hace ya años que fueron apartados del Colegio de Montesión, ahora en manos de laicos.

Sobre el futuro de la iglesia y el convento de Montesión,  que fue morada de San Alonso Rodríguez, se sabe que la titularidad seguirá siendo de la Compañía de Jesús pero que será gestionado por personal laico. «Vendrán  laicos a realizar un trabajo para cobrar un sueldo», lamenta un miembro de la comunidad.

Par la comunidad de Mallorca, en el trasfondo de todo está el proyecto de la construcicòn de una residencia. Toda la manzana del colegio y el convento de Montesión, incluida la iglesia, ha sido cedida al empresario asturiano Víctor Madera durante un periodo de 60 años. El empresario asturiano, presidente ejecutivo del Grupo Quirón, asumirá la restauración arquitectónica y artística del convento y la creación una residencia para mayores.

Fue en 1561 cuando llegó en barco a Palma un grupo de jesuitas desde Roma enviados por el entonces general de compañía. En Roma estaba Jerónimo Nadal, que era mallorquín y que presionó mucho para que los jesuitas se instalaran en Mallorca.

El Ayuntamiento les recibió con los brazos abiertos y les regaló una capilla que albergaba un valioso retablo gótico. Ocuparon unas casitas que había en el mismo lugar y con el tiempo fueron comprando toda la manzana de Montesión. La iglesia se inició a finales del XVI y se terminó en 1682.

Los diez jesuitas que hay en Mallorca deberán abandonar la isla este mismo verano. No conocen su destino. Los próximos días 12, 13 y 14 estará en Palma el padre provincial de la Compañía de Jesús para concretar el cierre del convento y el traslado de los jesuitas a la península.

La asociación de antiguos alumnos de Montesión también ha expresado su enfado y malestar por la marcha de los jesuitas y algunos de sus miembros no descarta movilizaciones aunque parece que no hay marcha atrás.

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