La izquierda exige al alcalde de Palma que la EMT siga siendo gratis aunque no pague nada Sánchez
El coste superaría los 26 millones anuales si no llegan en 2026 los 18 que abona el Ejecutivo central
Incluso con la aportación del Gobierno, la gratuidad tiene un coste anual de 8 millones para el Ayuntamiento


La izquierda exige al alcalde de Palma, Jaime Martínez (PP) que la EMT siga siendo gratis como ha sucedido en estos tres años pasados, aunque no pague nada el Gobierno de Pedro Sánchez, y esto implique, por tanto, «asumirla con fondos propios», tal y como recoge una proposición presentada por Podemos y que junto a otra del PSOE en la misma dirección, se debatirá en el pleno del próximo 30 de octubre.
Eso supondría que los palmesanos con sus impuestos tendrían que pagar los 26 millones de euros que cuesta la gratuidad. En estos momentos, el Ejecutivo de Sánchez desembolsa 18 millones al año por esta cuestión, por lo que incluso con esa aportación, el Ayuntamiento tiene que hacer frente a un déficit anual de entre 7 y 8 millones de euros.
Pero para la izquierda, el dinero parece que no es ningún problema porque para eso están los contribuyentes, y por ello, exigirán en el pleno «el mantenimiento de la bonificación al 100% del transporte público en 2026 y en buscar la financiación necesaria para ello ya sea con fondos europeos, estatales, autonómicos o propios», tal y como recoge la proposición presentada por la única concejala de Podemos en Palma, Lucía Muñoz.
Desde las filas socialistas el partido presidido en la capital balear por el diputado Iago Neguruela incide en esta dirección, pero en este caso, ya exigen que sea el Govern balear el que «asuma el mantenimiento de la gratuidad en la red del transporte público en las Islas Baleares para todo en 2026», y eximen al Ejecutivo de Pedro Sánchez de mantener la subvención.
Según el PSOE la gratuidad en el transporte público ha servido de palanca de cambio para muchos nuevos usuarios que este año se han sumado a subir al bus, como alternativa al uso del coche, como ya advertía el estudio de carga del Consell de Mallorca.
«La movilidad es un derecho y hay que blindarla para que todo el mundo asuma que el transporte público debe ser, como la educación o la salud, gratuito, de calidad y universal. Por eso es necesario que la gratuidad se mantenga para todo el año 2026», concluyen los socialistas sin exigir en momento alguno al Ejecutivo de Sánchez que abone los 26 millones que cuesta mantenerlo.
Por contra para el socialista Negueruela, la situación del transporte público en Palma «es de auténtico colapso».
Para el también diputado balear los usuarios siguen sufriendo la «dejadez absoluta del PP» al que culpa de que los autobuses vayan «completos, pasen de largo y no se detengan en las paradas de forma diaria, con vehículos antiguos y viejos que ya no deberían circular y que generan problemas en muchos usuarios, averías constantes que desbordan en el taller por la falta de personal, máquinas validadoras que no funcionan, incumplimiento de las frecuencias y servicios que no se prestan».
Una reflexión más que atrevida, si tenemos en cuenta que procede de un partido que gestionó los pasados ocho años esta empresa pública, y que cuando en junio de 2023 abandonó la dirección tenía averiados en talleres y fuera de servicio más de 50 autobuses y 20 chóferes a diario que cobraban sin poder trabajar, al no haber suficientes vehículos disponibles.
Esta fue la nefasta gestión realizada por la dirección socialista en la compañía de transportes con el ex gerente Mateo Marcús, y el ex presidente de la compañía, ahora en la oposición municipal, Francesc Dalmau.
Ante esta situación la nueva dirección de la EMT, no tuvo más remedio que poner en circulación autobuses con más de 20 años de antigüedad que ya estaban retirados del servicio por su mal estado, algunos de ellos con altavoces con los cables colgando, otros sin máquinas de cobrar, y parte de ellos, sin conexión con el centro de control (SAE).