Final feliz para la familia que iba a ser desahuciada en Palma: ya tienen nueva casa cedida por el Govern
Catalina Pomar y su hijo con discapacidad, que iban a ser desahuciados este miércoles de su casa de Palma por una deuda a un usurero de hace doce años, han encontrado una nuevo techo donde vivir dignamente. El IBAVI les ha prestado una vivienda social en la capital balear, donde se han instalado para dejar atrás lo que fue su hogar de toda la vida.
Cabe recordar que el desahucio de Catalina Pomar y su hijo Raúl Capó en Palma se iba a efectuar en u primer momento el pasado 10 de septiembre, pero finalmente se dio marcha atrás ya que no había suficientes efectivos policiales para ejecutar el desalojo con la máxima seguridad. Un hecho que la familia afectada no se esperaba, pues tanto Pomar como su hijo ya se encontraban en la calle con sus pertenencias listos para abandonar el lugar.
Hasta la antigua vivienda ubicada en el barrio palmesano de Camp Redó se trasladaron varios miembros de la Plataforma Afectados por la Hipoteca (PAH) y algunos vecinos de la zona, que se acercaron para mostrar sus ánimos tanto a Catalina Pomar como a su hijo, que se derrumbó en plena calle al ver que iba a ser desalojado.
En el domicilio donde residía esta familia, ubicado en la calle Sant Vicenç de Paul, había una clara falta de higiene. El fuerte olor se podía sentir desde la entrada principal. Sin embargo, los servicios sociales nunca acudieron a la ayuda de Catalina Pomar, que, según cuenta, sólo se reunió con ellos cuando su marido falleció. Tampoco en la mañana del desahucio había ningún asistente social, sólo vecinos y funcionarios del juzgado.
Ahora, el Govern balear de Marga Prohens (PP), a través del Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI), les ha dado una solución habitacional en un barrio de Palma para evitar que se queden en la calle. Todo ello gracias a la presión mediática realizada y las negociaciones de la PAH con el Ejecutivo autonómico.
Todo esta problemática se originó cuando el marido de Catalina Pomar, ya fallecido, pidió un préstamo de 40.000 euros. La operación se efectuó ante notario, pero en el momento del vencimiento no se pudo devolver el dinero. Es por ello que el prestamista subastó la casa, que fue adquirida por un fondo de inversión privado por tan solo 15.000 euros, cuando el valor de la casa es, al menos, de 200.000 euros.
Cabe recordar que Catalina Pomar hace unos años sufrió un derrame cerebral que le ha dejado secuelas. También ha tenido que hacer frente a una situación de vulnerabilidad de su familia con bajos ingresos y tan solo una pensión de viudedad de su marido que no le permiten pagar un alquiler, ni mucho menos, un nuevo piso.
Sin embargo, la Conselleria de Vivienda le ha dado una nueva oportunidad a esta familia que, en un principio, temió quedarse en la calle. Su nueva casa del IBAVI es un nuevo refugio digno para Catalina Pomar y su hijo, que a partir de ahora ya no tendrán que estar pendientes ni de deudas económicos ni de ordenes de desahucio en Palma.
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