Los empresarios de un Paseo Marítimo de Palma ‘patas arriba’ alertan de que muchos empleados irán al paro
Advierten que allí "no se puede trabajar" y que muchos establecimientos no podrán poner sus terrazas
Los empresarios del Paseo Marítimo piden auxilio ante el cierre de negocios que provocarán las obras
Empresarios afectados por las obras del Paseo Marítimo de Palma: «La clientela ya ha caído un 25%»
Los empresarios de un Paseo Marítimo de Palma patas arriba alertan de que muchos empleados irán al paro porque es imposible trabajar tras el arranque de unas obras de reurbanización que se prolongarán por espacio de dos años.
Se trata de un proyecto del Ayuntamiento de Palma presidido por el alcalde socialista José Hila, que ejecuta la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), con un coste de 40 millones de euros, cuya puesta en marcha y diseño no fueron negociados en ningún momento por el gobierno de coalición de PSOE, independentistas de Més y Podemos con vecinos ni empresarios que se iban a ver afectados.
Unas obras que amenazan con poner al borde de la quiebra a los cientos de bares, restaurantes, cafeterías y demás negocios que tienen su sede en los cinco kilómetros de este espacio de primera línea, donde, además, está prohibido el estacionamiento.
Unos empresarios para los que hasta ahora no hay prevista ayuda directa alguna desde Govern o Ayuntamiento de Palma, para que puedan mantener sus negocios activos y trabajadores en nómina.
Leonardo, propietario del restaurante L’Artista, no esconde su preocupación y advierte de las consecuencias que puede tener para todos los trabajadores de la zona. «Son centenares de restaurantes, bares y hoteles y miles de personas sin poder trabajar, que tendrán que ir al paro, porque es que trabajar en el Paseo Marítimo es imposible», afirma con la banda sonora de fondo de un martillo hidráulico taladrando las aceras de Marítimo, donde han precintado hasta los contenedores de basura.
Este profesional de la restauración lamenta que se haya puesto la zona patas arriba «sin haber tenido ninguna comunicación de cómo se iban a hacer las obras» para que pudieran preparase. «Y la cosa más absurda es que vamos a estar así dos años y la Autoridad Portuaria nunca nos avisó», detalla.
«Sólo nos dijo que a partir 2023 se tenían que retirar los elementos móviles (de las terrazas), que si se tenían que utilizar mesas y sillas, se tenía que pedir otra autorización y que hasta 2024 no se sabe cómo va a quedar todo esto», relata este pequeño empresario.
Leonardo reconoce que «es imposible pagar ahora permisos para tener terrazas porque no se puede trabajar así y encima han cerrado todos los contenedores de basura del Paseo Marítimo». Por ello, reitera que «en estas condiciones es imposible trabajar».
Él es uno de los miles de afectados por un proyecto que, según el jefe de Área de Planificación e Infraestructuras de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), Antoni Ginard, y a pesar de las críticas, «no se va a modificar», aunque sí se van a impulsar pequeños cambios «para paliar las molestias con pequeños ajustes en permanente comunicación con los interesados».
Para este alto cargo de la APB, las terrazas pueden «trabajar perfectamente» y conforme vayan avanzando las obras, podrán ir ocupando los espacios que vayan quedando disponibles por unas obras de dos años de duración que, a su juicio, tienen un plazo «muy ajustado» y que se tienen que hacer «de la forma más eficiente posible».