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Una decena de pueblos de Mallorca sin oficina bancaria se unen para crear una caja de ahorros

El proyecto nace para contrarrestar el progresivo cierre de sucursales en los pueblos y pequeños núcleos urbanos

La idea es crear primero una cooperativa de crédito que sería el embrión de la nueva entidad bancaria

Deià ha lanzado la iniciativa y se han sumado a la misma Costitx, Sóller, Fornalutx, Sant Llorenç, Bunyola, Esporles, Montuïri y Mancor de la Vall

Imagen panorámica del pueblo de Deià.
Imagen panorámica del pueblo de Deià.
Miquel Ángel Font

Primero fueron desapareciendo los conventos de monjas, después las farmacias y centros de salud y ahora las oficinas bancarias. Una decena de pueblos de Mallorca que se han quedado sin oficinas bancarias han decidido unir esfuerzos para crear una cooperativa de crédito que sería el embrión para el nacimiento de un nuevo banco o caja de ahorros. La nueva entidad bancaria operaría en todos los pueblos sin sucursal o con mal servicio bancario que decidan unirse al proyecto. La idea la ha lanzado el alcalde de Deià, Lluís Apesteguia, uno de los municipios que pronto verá el anunciado cierre de la única sucursal bancaria que le queda.

Los pueblos sin oficina bancaria ya han celebrado una primera reunión en Deià para buscar una solución y la primera medida ha sido crear una comisión de trabajo en el seno de la Federación de Entidades Locales de Baleares (Felib).  El siguiente paso será una convocatoria general para que todos los municipios interesados se integren en la comisión.

Las cooperativas de crédito, por su definición, son sociedades mercantiles privadas cuya finalidad es atender las necesidades financieras de sus socios. Ejercen las funciones de una entidad bancaria, pero se diferencian de los bancos en su forma de administración y gobierno. En este caso, los socios de la cooperativa de crédito serían los ayuntamientos.  Su finalidad es guardar ahorros y ofrecer préstamos. En este sentido, es exactamente igual que un banco o una caja de ahorros.

Antes de lanzar el proyecto de la nueva entidad bancaria, los ayuntamientos afectados han planteado otras soluciones y la primera es establecer conversaciones con los diferentes bancos para conocer si hay alguno que se muestre interesado en ofrecer sus servicios en los pequeños pueblos que se están quedando sin sucursales.

Otra idea planteada por el alcalde de Deià, Lluís Apesteguia, tiene menos posibilidades de éxito y consiste en presionar al Gobierno de la nación para que emprenda medidas legislativas que le permitan forzar a las entidades bancarias que han sido rescatadas con dinero público a ofrecer algún tipo de cobertura en los pueblos y núcleos urbanos con una determinada población.

De momento, los pueblos afectados por el cierre de oficinas bancarias y que participan en las reuniones son Fornalutx, Deià, Sóller, Bunyola, Costitx, Sant Llorenç, Esporles, Montuïri y Mancor, aunque hay otros que ya han mostrado su interés en el proyecto de la cooperativa de crédito.

TOCAR TODAS LAS PUERTAS

El presidente de la Felib y alcalde de Costitx, Antonio Salas, asegura que tocarán todas las puertas que sean necesarias para frenar el cierre de bancos en los pueblos y conseguir la reapertura de alguna sucursal. Añade que el problema de los pueblos sin oficina bancaria afecta a todo el Estado y que es preciso hablar con todas las partes, Delegación del Gobierno, bancos, Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios y Federación Española de Municipios y Provincias.

Lluís Apesteguia se muestra más contundente y califica de «vergonzoso» el proceso de la progresiva clausura de sucursales bancarias en los pueblos. Afirma que «los bancos no tienen voluntad de servicio hacia las necesidades de la gente normal y de las pequeñas comunidades y que sólo se interesan por una minoría que cada vez acumula más y más dinero».

Antonio Salas, por su parte, explica que el modelo de banco está cambiando y que esto afecta sobre todos a las personas mayores y a todos los empresarios que cada día hacen caja y requieren de los servicios bancarios. «Si limitamos servicios, lo que se conseguirá es que sea muy difícil vivir en pueblos pequeños», sentencia Salas.

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