Balance de la polémica reforma del Paseo Marítimo de Palma: cierre de negocios y descenso de clientes
Las obras impulsadas bajo el mandato de Armengol han provocado caídas del 40% de las ventas en bares y restaurantes
Las obras han tenido 'patas arriba' casi tres años esta zona de primera línea, pero ahora encaran su recta final
Los restauradores llevan mucho tiempo esperando unas ayudas que podrían aliviar su delicada situación económica
Las obras del Paseo Marítimo de Palma, impulsadas bajo el mandato de la socialista Francina Armengol y el ex alcalde de Palma José Hila, arrancaron en noviembre del 2022.
Ahora entran en su recta final y se prevé que finalicen antes de Semana Santa, pero hasta ahora han sido más de tres años en los que esta zona de la ciudad ha estado totalmente patas arriba y con unos comerciantes que no han parado de sufrir pérdidas económicas sin parar de hasta más del 40% en los meses más duros de obras de los años 2023 y mediados de 2024.
Han sido dos veranos perdidos después de una terrible pandemia, y por ello, son muchos los negocios que han estado con el agua al cuello por culpa de unos trabajos de reurbanización que se han demorado en el tiempo mucho más de lo esperado. Y es que la prolongación en el tiempo de estas obras ha provocado entre los establecimientos ruina, cierres, traspasos, descenso en la facturación y ERTE’s a muchos trabajadores.
El rediseño del Paseo Marítimo era una de las medidas estrella tanto del anterior Govern balear que presidía la socialista Armengol como del Consistorio que gobernaba Hila, también del PSOE. Un proyecto que ha tenido un coste aproximado de 43 millones de euros pero que por las formas en las que se ha ejecutado sin consensuar nada con vecinos ni empresarios ha llevado a la ruina a muchos bares, restaurantes y locales de ocio de la zona.
Son muy pocos los bares y restaurantes del Paseo Marítimo de Palma que han aguantado los inconvenientes generados por las obras y los perjuicios económicos. Además, una vez que finalicen allá por el 13 de abril, se espera que muchos de los locales que bajaron las persianas las suban de nuevo y revitalicen otra vez esta primera línea de la capital balear.
Para aliviar esta ruinosa situación, los empresarios siguen luchando para conseguir ayudas económicas. Hace meses que los hosteleros aseguran que «no pueden esperar más» en relación a la llegada de estas bonificaciones. Ha pasado ya casi un año desde que arrancaron las negociaciones con el Govern de Marga Prohens y el Ayuntamiento de la capital para que se materialice de una vez por todas este asunto, pero parece que el dinero no termina de llegar.
Así lo explicó el presidente de la Asociación de Comerciantes del Paseo Marítimo de Palma, Manuel Giménez, quien indicó que ya se está negociando con la Conselleria de Turismo, Economía y Comercio del Ejecutivo autonómico las prometidas ayudas a los empresarios y su encaje jurídico para que se puedan aprobar definitivamente.
Un año de espera desesperada de ayudas para compensar las pérdidas que siguen provocando las obras. A los comerciantes no les ha quedado otra opción que resistir y sobrevivir. Todo parece indicar que no verán un euro en ningún momento, pues sólo falta apenas un trimestre para que las obras lleguen a su fin.
A pesar de todo, Giménez señaló que estas obras «serán un éxito para el Paseo Marítimo y para la ciudad entera» y una vez finalizados los trabajos, «el Paseo Marítimo resurgirá como el ave fénix y será el punto de atracción más importante de Palma».
Cabe recordar que las obras se han llevado por delante la discoteca Social Club Mallorca y su emblemática pasarela que conectaba el antiguo Hotel Mediterráneo con la piscina. Ambas estructuras fueron demolidas en julio de 2024 y, como consecuencia, más de 35 empleados del local han perdido su puesto de trabajo.
El Gobierno de Pedro Sánchez formalizó la expropiación forzosa del inmueble para que las obras siguieran su curso. En el lugar que ocupaba el local de ocio está previsto habilitar una zona verde peatonal. También se completó el reasfaltado en la carretera situada justo debajo de la discoteca, por donde ya pasan coches.