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El alcalde socialista de Palma tampoco tendrá listo el único equipamiento que iba a acabar en ocho años

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El alcalde socialista de Palma, José Hila, en una reciente visita a las obras de S'Aigo Dolça.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El alcalde socialista de Palma, José Hila, tampoco tendrá listo antes de las elecciones de mayo de 2023 el único equipamiento que iba a ejecutar en ocho años, en concreto, las piscinas municipales y el aparcamiento de S’Aigo Dolça en el barrio palmesano de El Terreno y con entrada desde el Paseo Marítimo.

Si en noviembre del año pasado, cuando fueron adjudicadas estas obras -que tienen un coste inicial próximo a los 8,5 millones de euros-, el portavoz del gobierno municipal, Alberto Jarabo (Podemos), fijaba en el primer trimestre de 2023  su conclusión y puesta de largo, en estos momentos el Ayuntamiento de Palma ya ha descartado este calendario de ejecución.

De hecho, el propio alcalde Hila retrasaba recientemente nada menos que un año las previsiones iniciales e indicaba que se preveía que pudiera estar operativa la instalación a principios de 2024. Una demora más que notable para un proyecto cuya ejecución inicial, según aseguraba en rueda de prensa el propio Jarabo, iba a ser de apenas 15 meses, tres meses menos de los 18 que estipulaba el pliego de contratación, «a instancias de la empresa adjudicataria de las mismas», como precisó el concejal de Podemos.

Pues bien, diez meses después de arrancar estas obras que ya tenían que estar en su recta final, sólo se ha ejecutado el 15% de las mismas, tal y como valoró el propio alcalde en una reciente visita a estas instalaciones.

Es decir, un proyecto que se adjudicó para ejecutarse en 15 meses durará más dos años, pese a que el concesionario de las mismas prometió rebajar en tres meses el plazo inicial de 18 meses que fijaba el pliego, muy alejado también del tiempo de ejecución real del proyecto.

Pese a este panorama, en esa visita de obras, el alcalde no tuvo reparo alguno en asegurar que el calendario de las obras avanza con «normalidad» poniendo en evidencia la escasa credibilidad de su discurso.

El retraso del calendario de ejecución tendrá una repercusión notable para trabajadores y comerciantes, que en enero verán cómo el Ayuntamiento de Palma prohibirá aparcar en toda la zona del Paseo Marítimo, desde la confluencia de esta calzada con la Avenida Argentina y hasta Porto Pi.

Sin plazas de aparcamiento

Más de un millar de plazas de estacionamiento eliminadas de golpe y porrazo por las obras de reurbanización de este espacio, que se prolongarán dos años y sin que el gobierno municipal ofrezca alternativa alguna a los afectados.

Tampoco tendrán a su disposición las 117 plazas públicas que albergará el aparcamiento de S’Aigo Dolça. Si el retraso en la construcción de este equipamiento no se hubiera producido, el calendario de arranque de las obras del Paseo Marítimo en enero podría haber coincidido con la habilitación de estas plazas de estacionamiento.

Pero una vez más la falta de previsión del primer edil socialista juega una mala pasada a los ciudadanos y echa por tierra cualquier opción alternativa al estacionamiento desde enero en el Paseo Marítimo a los miles de trabajadores, comerciantes y pequeños empresarios que tienen este espacio como lugar de trabajo.

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