El alcalde de Palma amplía en 18 plazas el colapsado servicio de acogida a víctimas de violencia de género
Ante la sobreocupación de los centros el Ayuntamiento contrataba habitaciones de hoteles
Las plazas para mujeres y niños pasarán de las 75 plazas actuales a un total de 93
El alcalde de Palma del PP de Palma, Jaime Martínez, amplía en 18 plazas el colapsado servicio de acogida a víctimas de violencia de género, que en estos momentos cuenta con 75 plazas y que ahora podrá albergar hasta a 93 personas, entre mujeres y menores que han tenido que abandonar su domicilio o no disponen de alojamiento.
Con este refuerzo el importe anual del servicio pasará de 1,1 millones de euros anuales a casi a 1,5 millones de euros. «Este equipo de gobierno está muy sensibilizado con la problemática de estas mujeres y su situación especial, que exige el apoyo del Ayuntamiento y el compromiso para ayudarlas a superar cuanto antes esta problemática», ha enfatizado el portavoz adjunto del gobierno municipal, Llorenç Bauzà, en rueda de prensa.
Un aumento de plazas disponibles aprobado hoy por la Junta de Gobierno para un servicio que estaba colapsado en los últimos años, donde han habido días donde los centros de acogida han albergado hasta 90 personas, teniendo en 2022 una media de 80 personas atendidas, y el año pasado con puntas de atención de hasta 97.
Baste indicar que de las 29 personas acogidas en enero de 2020 por este servicio municipal, se ha pasado a 97 personas acogidas en noviembre de 2023, lo que supone un incremento del 234%.
Ante su insuficiencia de plazas de atención, el Ayuntamiento ha tenido que recurrir a la contratación de plazas, un total de 11 habitaciones para 23 personas en un hostal de Palma.
El servicio de acogida municipal a las víctimas de violencia machista del Ayuntamiento de Palma es un servicio residencial que ofrece atención integral a las mujeres y niños afectados por esta lacra social que tengan necesidad de un acogimiento temporal que supla la su hogar, ya sea porque a raíz de la violencia que han sufrido, no tienen domicilio donde vivir, o bien como sucede en la mayor parte de los casos, porque deben abandonarlo por razones de seguridad.
Hasta ahora la sobreocupación se había resuelto a través de las pernoctaciones extraordinarias en hostales y establecimientos turísticos.
Sin embargo como señalan los técnicos del departamento de Bienestar Social, es una medida técnicamente cuestionada, tanto en lo que se refiere al procedimiento como por el hecho de que las víctimas sean acogidas en un hotel. Sin embargo, hasta la fecha no ha habido alternativa viable, dado que los intentos de disponer de otros equipamientos municipales para este servicio, no han dado el resultado esperado.
A ello se le une el dato de que el incremento en las entradas viene acompañado de un aumento del tiempo de estancia en el servicio. Hay que indicar que el compromiso municipal en este ámbito pasa por garantizar la cobertura de las necesidades básicas de las personas acogidas: alimentación, alojamiento, higiene personal, vestido, seguridad y convivencia, ofreciendo además un plan individualizado de atención, que les permita recuperarse de la situación de violencia vivida.
Se calcula que la mitad de las mujeres acogidas, a pesar de haber finalizado su proceso de recuperación como víctimas de violencia machista, no se han podido dar de alta del servicio por no disponer de alternativas para una vida autónoma por no contar con recursos económicos suficientes ni soporte social.
La gran mayoría está en situación de desempleo, y aproximadamente el 90%, se encuentra en situación de precariedad económica. Si tenemos en cuenta que en las Islas Baleares el alquiler de una vivienda supone más de la mitad del salario individual medio, y el de la cuota hipotecaria media un 50,2% puede concluirse que es inviable para la gran mayoría de usuarias el acceso a una vivienda en el mercado privado.
Las tareas que deben atenderse de forma prioritaria con el incremento de dedicación del servicio ahora aprobado, son los procesos de salida de las personas que han superado la fase de recuperación básica de la violencia machista vivida, y se plantean una salida autónoma del servicio.
También la actualización de los planes individuales con la contribución del equipo multidisciplinar de atención, independientemente de la instalación donde están alojadas, al igual que el trabajo en red con otros servicios municipales y con el medio social de las mujeres atendidas, así como la ampliación del dispositivo de acogida de urgencia.