Una casa cuna denuncia el desamparo institucional de madres sin recursos: «Dan a luz y van a la calle»

Teresa González es la fundadora y directora de la Ainkaren

Ainkaren es la única casa cuna en Aragón

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Paula Ciordia

Teresa González, madre de 4 hijos, abuela de 10 nietos y ángel de la guarda de más de 1.000 madres solteras que han pasado por esta casa cuna que llamó Ainkaren, en homenaje a una de las escenas más trascendentales y bellas que relata la Biblia para un cristiano: el encuentro entre María y su prima Isabel, estando las dos encintas, y el salto de emoción que notaron las dos cuando los primos se saludaron gozosos en el vientre.

Esta emprendedora fundó esta casa cuna hace casi 30 años y sigue siendo la única que existe en Aragón y de las pocas que hay en España. González se define como católica, defensora de la vida. Y lo que es más importante: predica con el ejemplo estando al frente de esta institución durante todos estos años.

OKDIARIO visita Ainkaren, un entrañable lugar lleno de niños y madres jóvenes, ubicado junto a la Iglesia de San Antonio de Padua, para escuchar los testimonio directos de sus protagonistas y poder conversar con su fundadora y directora sobre la labor que realizan con estas madres solteras sin recursos.

Ainkaren: «Es un hogar y una familia»

«En Ainkaren las chicas encuentran un hogar. Intento que esto sea una familia. Les entregamos una ficha con las normas de la casa y si quieren se quedan. Les ofrecemos amor y una oportunidad para salir adelante. Aquí pueden estudiar mientras cuidamos a sus hijos. Muchas de ellas se han casado después, tienen un buen trabajo…», relata.

«En estos tiempos en los que no se puede ni mencionar a la Iglesia, yo te diré que mi fe estoy aquí. Tengo tanta fe en Dios que creo que es Él quien me está dirigiendo en estos momentos sociales tan complicados. Yo siempre digo: la fe mueve montañas», sostiene.

La casa de los milagros

Tanto Teresa como las chicas dicen que esta casa de Ainkaren es milagrosa: «En tantos años no hemos tenido ningún problema, pese a todas las complicaciones que atravesamos. Es un milagro que esto exista. También por la cantidad de gente que nos quiere y nos apoya».

«Una señora dejó en su testamento toda su herencia a Aikaren y hemos podido vivir durante 4 años. Cuando se estaba terminado el dinero, y temí que a finales de año no pudiera pagar el alquiler, de repente llegó la primera subvención pública en todos estos 28 años. Y nos permitió seguir… Eso fue otro milagro», cuenta refiriéndose a Vox, que propuso que los gastos fueran cubiertos por el Gobierno de Aragón.

El feminismo

Mientras que los de Abascal en el Ayuntamiento de Zaragoza lograron sacar adelante otra ayuda dirigida a varias asociaciones provida, entre las que se encuentra Ainkaren, pese a las críticas de la izquierda por tacharlos de «antiabortistas».

«Hace algunos años, defendí una moción para proteger a la mujer embarazada en el Ayuntamiento de Zaragoza. Aquel día había 200 feministas a las puertas protestando impidiéndome entrar. Tuve que llamar a mi amiga Carmen Rouco –en aquel tiempo concejal de Vox y hoy diputada autonómica– para que me mandase alguien de seguridad. Casi se nos comen…», recuerda.

Al mismo tiempo, Teresa desmiente que su asociación dependa de la Iglesia: «Yo soy católica practicante, doy cursos en la Iglesia, pero he de decir que yo no he tenido casi ayuda para sacar adelante esta casa».

La vida en Ainkaren

¿Y sobre su postura ante la vida? «Yo intento llevar la defensa de la vida a todos los ámbitos y enseñar a estas chicas cómo es la sociedad. Aquí están super protegidas, pero el día que salgan se van a encontrar la realidad… Yo les hablo de lo que es una mujer y la mujer es madre y que hay que educar a los hijos», sostiene.

«A mí esta forma de enseñar me está dando resultados, porque cuando a las personas se les habla con amor y verdad, escuchan. En el mundo está faltando amor. Esto es algo que decía mucho la madre María Teresa de Calcuta», defiende.

«Llevar una casa como ésta es muy difícil, pero logramos sacarla adelante. ¿Se necesitan más casas como ésta? Sí, ojalá, pero el aborto está tan fácil… Además la mujer soltera y sin recursos no tienen ningún apoyo», denuncia Teresa.

Más recursos

«En Ainkaren tengo chicas que han ido a dar a luz y no tenían cómo vivir, y a los dos días han salido del hospital y se han quedado en la calle y sin casa. El último caso fue de una mamá que trajo al mundo a gemelos que pesaban un kilo… Esta chica nos la quedamos y ahora los tres están bien», explica.

«Esto no es normal –añade–, mientras hay hoteles y casas que están invadidos de gente… ¿Y nuestras mujeres? ¿Y nuestras madres? ¿Y nuestros hijos? Hay mujeres embarazadas que están incluso viviendo en cuevas, o en casas sin luz ni agua. Ante esto cómo es lógico los asuntos sociales interviene, pero es muy duro que a una madre le quiten a su hijo por no tener medios».

«En todos estos años, ninguna de estas mujeres a las que hemos atendido han sido malas madres, sino todo lo contrario. Dan 100 vueltas a muchas porque tienen un sentido de maternidad increíble y, sin esta red, hubieran abortado. No ha habido ni una sola que no haya sido una buena madre. Son muy exigentes», concluye.

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