La muerte del campo español

El tomate marroquí ya ha desplazado al español en la UE pese a sus pesticidas prohibidos

Asaja denuncia que Marruecos no tiene las mismas reglas que España para vender sus tomates en la UE

El coste de un kilo de tomate en España es de 40 céntimos mientras que en Marruecos es de 10 céntimos por su falta de requisitos

Tomates.
Sopa de tomate
Borja Jiménez

Marruecos tiene un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE) a través del cual tiene entrada prioritaria de sus tomates a la región. Los agricultores claman porque el tomate marroquí no está sometido a los mismos requisitos a los que están obligados los tomates españoles, lo que permite que se produzca el kilo de tomate en el país vecino a un precio de entre 10 y 12 céntimos el kilo, mientras que el español cuesta hasta cuatro veces más: entre 25 y 40 céntimos el kilo. Con esta clara injusticia, Marruecos ha desplazado al tomate español en los mercados de la UE y se ha convertido en una potencia hortofrutícola.

José Ugarrio, técnico de Asaja, denuncia la «hipocresía que existe» por parte de la UE: «A los agricultores españoles nos exigen producir con unos estándares y unos costes de producción altos y, sin embargo, todo lo que viene de Marruecos con pesticidas prohibidos no está sometido a estos requisitos».

El agricultor español, según Asaja, para producir un kilo de tomates tiene unos costes de producción de entre 25 y 40 céntimos, mientras que los marroquíes están entre los 10 y los 12 céntimos. Por ello, el mercado coge el producto marroquí, que muchas veces encima ni se identifica su origen.

Además, en España los costes de producción son muy altos, por la mano de obra, de gasoil y por los costes sociales, mientras que en Marruecos apenas existen. Además, en los agricultores españoles están obligados a usar unos fertilizantes y unos transportes muy caros que a los marroquíes les salen mucho más baratos. Entonces, «es competir con distintas normas de juego», tal y como denuncian los agricultores.

Lo más importante: en España se produce de esta manera por seguridad alimentaria y para dar un producto a la UE y a los consumidores que sea de calidad, mientras que en Marruecos están utilizando productos que los agricultores españoles tienen prohibidos porque se supone que son nocivos para el medio ambiente y para la salud humana.

«Pedimos que a Marruecos se les exija lo mismo que a nosotros. A nosotros nos parecen estupendos los requisitos que se nos imponen, porque tenemos que producir de la mejor manera y dar productos de calidad que sean saludables en todos los aspectos. Pero esos requisitos los tienen que tener también los productos de fuera», denuncian desde Asaja. «Competir contra eso es súper difícil. Entonces, si queremos entrar en los circuitos comerciales tenemos que poner el precio del tomate español a ese precio, y entonces ya estamos a pérdidas y ya no somos competitivos», explican.

«Nosotros no pedimos prohibir que entren productos de Marruecos, porque ellos también tienen derecho y estamos en un mundo globalizado, pero tiene que ser con las mismas normas de juego», afirma Ugarrio, que recuerda que «España exporta a toda Europa, y ahí es donde nos está desplazando Marruecos. Marruecos mete casi todo por España».

Cabe recordar, además, que de Marruecos salen alimentos con elementos que tienen el triple de lo que está permitido, como algunos pesticidas. Estos niveles no son nocivos para la salud, pero sí hay indicios de que un consumo alto podría llegar a afectar. El problema, sea como fuere, es que al agricultor español se le exige lo que no se pide al marroquí.

«Marruecos se está convirtiendo en una potencia hortofrutícola y, encima, la Unión Europea les está dando dinero para su desarrollo y para que sean más productivos para competir con los productores europeos, cosa que no se entiende», denuncian desde Asaja.

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