Un sacerdote testigo del ataque yihadista de Algeciras: «Con chilaba y en silencio parecía un espectro»
La Audiencia Nacional arranca el juicio contra el marroquí Yassine Kanjaa, que se enfrenta a 50 años de cárcel


Uno de los testigos del ataque yihadista de Algeciras (Cádiz) ha relatado la fijación que el acusado, Yassine Kanjaa, mostró en todo momento con la víctima, el sacristán Diego Valencia, y ha descrito al terrorista «como un espectro» por su «silencio» y la «chilaba oscura» que vestía.
La Audiencia Nacional ha arrancado este lunes el juicio al yihadista marroquí por el atentado cometido el 25 de enero de 2023. La Fiscalía pide 50 años de cárcel por delitos de asesinato, tentativa de asesinato y lesiones, todos ellos de carácter terrorista.
Yassine Kanjaa ha comparecido ante el tribunal vestido con unos vaqueros rotos y una sudadera negra con la capucha puesta, y ha optado por declarar al final del juicio, como permite la ley a los acusados una vez practicadas todas las pruebas.
El primero de los testigos en comparecer ha sido el sacerdote de la iglesia Nuestra Señora de La Palma, que tras celebrar misa se encontraba hablando con dos mujeres en el patio del templo, adonde llegó Diego Valencia pidiendo ayuda. «¡Un tío! ¡Hay un tío!», ha recordado que gritó el sacristán, «desencajado», mientras que el yihadista, a su lado, parecía tener «una tranquilidad enorme».
Al ver que le daba «el primer machetazo», el testigo optó por salir corriendo, aunque le dio tiempo a ver el arma blanca, de la que se acuerda «perfectamente»: tenía una empuñadura de color «azul eléctrico».
También ha destacado que el acusado parecía tener una especial fijación por el sacristán, porque tuvo la oportunidad «de haber arrasado con todos los que había ahí» (el propio testigo, las dos mujeres con las que hablaba e incluso niños en catequesis y padres esperando a que salieran), pero no lo hizo. «Era como una presa cuando está ya con un objetivo», ha relatado.
Cree que el acusado pudo confundir al sacristán con el sacerdote y considera que, si hubiese sabido que realmente el sacerdote era él, «posiblemente también sería uno de ellos», en alusión a las dos víctimas del ataque terrorista.
Tras recibir un machetazo en la espalda, el sacristán le preguntó al yihadista: «¿Qué es eso? ¿Qué es lo que estás haciendo?». «No sé si se pensó que era un palo. Yo creo que no vio la envergadura de lo que le iba a pasar», ha añadido.
El testigo ha destacado el «silencio» que envolvía al yihadista, que «estaba totalmente en paz». «No estaba excitado ni tampoco tenía una cosa de querer atacar, era todo como muy tranquilo. Era como un espectro», ha asegurado.
El sacerdote ha contado que padece estrés postraumático a raíz de los hechos: durante el mes siguiente sólo salía a la calle para celebrar misa y luego se encerraba en casa con llave. «Las personas tenían como una especie de terror», ha recordado.
Otros testigos
Una de las mujeres que estaba en ese momento en el patio con el sacerdote ha expuesto, muy emocionada, que al ver al sacristán salir a pedir ayuda, ella se fue corriendo al lugar de la catequesis para avisar a los niños de que no salieran, «que les iban a matar».
Otro de los testigos ha descrito el ataque al sacerdote Antonio Rodríguez en la iglesia de San Isidro. Según ha rememorado, le fue a buscar al altar y cuando el pastor salió corriendo lo persiguió por el templo. El sacerdote recibió un machetazo en la nuca que le hizo caer al suelo. Falleció en octubre de 2023, meses después del ataque, víctima de una larga enfermedad.
Todos los testigos han destacado la tranquilidad del acusado en los dos ataques, y también cuando asesinó al sacristán en la plaza Alta de Algeciras, donde le dio varios machetazos en la cabeza. Luego se fue caminando, con el arma en la mano: «Se fue tan tranquilo. Iba como paseando, no corrió ni nada», ha apuntado una camarera que presenció los hechos desde la terraza de su bar. Otra vecina ha indicado que escuchó al terrorista decir algo en alto, pero no sabe el qué.
El yihadista se dirigió al Mirador del Muro, donde detenido por la Policía Local. Uno de los agentes ha recordado que lo encontraron de rodillas, rezando y con el machete en el suelo. También ha dicho que opuso cierta resistencia a su detención.
El juicio seguirá este martes con la declaración de más testigos presenciales, policías y médicos forenses.
Yassine Kanjaa residía en Algeciras desde, al menos, el 16 de junio de 2022. Entró en España de forma ilegal y tenía una orden de expulsión pendiente de ejecución. Vivía en un piso patera con otros dos inmigrantes que también se encontraban en situación irregular. No tenía antecedentes.