Los escándalos del PSOE

El PSOE-A, ahogado por la corrupción y agresiones sexuales: «Fernández ya no es militante del partido»

La Junta exige explicaciones por los vínculos del PSOE-A con el caso SEPI y Servinabar

Montero niega contactos con Fernández desde 2019, pero fue ella quien lo nombró presidente de la SEPI

María Jesús Montero
María Jesús Montero, secretaria general del PSOE-A y candidata a la Junta.
Borja Jiménez

El PSOE de Andalucía (PSOE-A), lejos de pedir perdón o presentar dimisiones, intenta desmarcarse de los nuevos escándalos diarios que salpican al partido por corrupción, vínculos con presuntas tramas ilegales o acusaciones de acoso sexual. La vicesecretaria general del PSOE-A, María Márquez, ha asegurado este jueves que Vicente Fernández, ex presidente de la SEPI detenido por la Guardia Civil, «no es militante del PSOE» y «hace años que no tiene relación con el Gobierno». Pero lo cierto es que Fernández no era únicamente socialista, sino que fue una de las personas de confianza de María Jesús Montero en su etapa en la Junta y, de hecho, fue designado por ella para dirigir la SEPI.

La operación judicial, aún en marcha y bajo secreto de sumario, ha supuesto también la detención de Leire Díez, ex militante socialista y conocida como la fontanera del PSOE, así como de Antxon Alonso, socio del ex número tres del partido, Santos Cerdán. La investigación apunta a una red de presuntas irregularidades en contrataciones públicas a través de la empresa Servinabar, vinculada a esta trama, y en la que Fernández habría jugado un papel clave.

Desde el Partido Popular andaluz (PP-A), la consejera y portavoz del Gobierno de la Junta, Carolina España, ha criticado con dureza el «silencio atronador» del PSOE andaluz y de la propia María Jesús Montero, a quien ha exigido explicaciones urgentes. «Ni España ni Andalucía merecen levantarse cada día con un nuevo escándalo», ha declarado, lamentando que los socialistas «vayan a escándalo por hora», ya sea «de corrupción o de acoso».

María Jesús Montero, por su parte, se ha limitado a declarar que no tiene «ningún contacto» con Vicente Fernández desde hace seis años y que no sabía de la existencia de Servinabar hasta que saltó el Caso Koldo en los medios. Ha defendido el perfil profesional de Fernández para presidir la SEPI, aunque ha reconocido sentir «dolor y tristeza» por lo ocurrido.

La situación interna del PSOE-A se agrava en un contexto en el que el partido ya arrastra casos abiertos por agresiones sexuales y otros escándalos. Pese a las declaraciones públicas de desvinculación, la relación de los implicados con cargos orgánicos y de gestión en el partido evidencia una estructura manchada por las redes de poder y corrupción. La Audiencia Nacional sigue adelante con las investigaciones, y el daño reputacional ya es irreversible.

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