Juan Carlos Girauta: «La izquierda se ha adueñado de la educación y de los medios de comunicación»
El libro Sentimentales, ofendidos , mediocres y Agresivos de Juan Carlos Girauta en poco más de un mes se ha convertido en líder de ventas. La radiografía de la nueva sociedad occidental que realiza el autor, en forma de carta a un joven que se acerca por primera vez a la lectura intelectual, quiere, de forma valiente, convertirse en la daga que rompa las premisas de una nueva izquierda que gobierna España, dominnando el discurso hegemónico, educativo y cultural, con la complicidad de una parte de la derecha política.
Juan Carlos Girauta, escritor, ex político y abogado que presentó el pasado lunes su libro «análisis profundo sobre las nueva generaciones» en Sevilla, se autoproclama «guerrero cultural» y apuesta por poner «pie en pared», a través de la sociedad, a la nueva izquierda. Para acabar con la hegemonía que representa la izquierda en occidente y especialmente en nuestro país. La obra es el primer puntal de lo que será un combate intelectual entre el pensamiento woke y su reacción. Es la herramienta para empezar a cuestionar los dogmas impuestos, romper los esquemas establecidos por la nueva izquierda y abrir las puertas de una nueva sociedad basada en la palabra, el debate y la valentía intelectual.
Pregunta (P).- Quería empezar con una frase de Escotado, que creo que viene muy al hilo del libro. Dice que la verdad se abre paso sola y que sólo hay ponerla sobre la mesa y dejar que ella se muestre. En relación a esto, le pregunto: ¿Dónde reside la verdad en nuestro país ahora? ¿Quién es el dueño de esa verdad?
Respuesta (R).- Escohotado, lógicamente hacía referencia a una afirmación de la teología, pero insistía en ella y yo le di mucha importancia. Porque, sobre todo, contrastando con muchas experiencias que había tenido en la actividad política en los momentos y en el lugar más difícil, que era en Cataluña, yo sabía que no era sólo una frase. No era solo que bonito sería si la verdad se defendiera sola. Sino que realmente la verdad se defiende sola siempre y cuando la formules, osea, que si entre los elementos que hay presentes tú colocas la verdad, la verdad va a ganar. Pero la tienes que colocar ahí. Entonces el problema es que hay unos dueños del discurso, son los que poseen la hegemonía cultural.
A los que podemos llamar nueva izquierda , porque tiene que poco que ver con la izquierda convencional. La izquierda de hace 15 o 20 años tiene poco que ver con esto. Con lo de ahora. Esos son dueños del discurso, pero no de la verdad. Cuando hablo de la verdad no hablo de la verdad revelada, hablo de hechos, de objetividad, hablo de debates racionales sobre cuestiones de convivencia que no estén impregnados primero de sentimentalismo y de histerismo y de lágrimas y de agresiones, y de ofensas y de censura o cancelación, que es la moda.
P.-Lo malo es quién le pone el cascabel al gato, quien dice la verdad coloca la verdad, quién la pone sobre la mesa.
R.- Bueno pues esa es la intención del libro, colocar la verdad sobre la mesa. es una verdad que puede resultar sorprendente. No en cada momento en que se afirma algo distinto al conocimiento convencional sino resulta sorprendente en la manera en que se ha articulado un discurso nuevo, que sobre todo, se basa en anexiones sentimentales y que tiene, por eso, mucho parecido a una fe. a una religión más que a causas políticas normales. sin embargo, lo que tenemos de forma creciente, y va empeorando, es que cada causa política se queda congelada en una formulación que es la que le da la nueva izquierda, la izquierda woke, y que el mero hecho de hablar sobre ella, no ya negándola. Discrepando, matizando, utilizando terminología que no es la que utilizan , te acarrea un ataque, es decir, te etiquetan. Eso tiene muy poco que ver con el debate de ideas. eso tiene que ver con la fe.
la fe climática es una fe milenarista. es medieval, de época muy dura y tiene su inquisición y al que se le señala como hereje. Tendrá problemas.
P.- El regreso de la inquisición, vendido como libertad, la nueva izquierda lo vende como libertad.
R.- Bueno, sus teóricos digamos que formulan, con más profundidad que los activistas estas cuestiones. Ya están hablando sin disimulo de limitar la libertad de expresión.
P.- ¿Por qué este libro? Por qué en este momento.
R.- Primero para explicarle a los jóvenes, sobre todo a los jóvenes. yo se lo explico a todo el mundo pero reconozcamos que si además de escribir y contar cosas tienen intención de cambiar la actitud de la gente con respecto a ciertas cuestiones. es mucho más fácil cambiarla cuando la gente es joven. Por eso yo el libro es una carta que dirijo a un joven. El lector que no es joven debe leerlo. Pero va a ser ya alguien convencido, y se va a encontrar con cosas que se las encontrará no por primera vez. el lector joven si va a encontrarse por primera vez, a lo mejor un reflejo de sí mismo. Cuando se describe en qué consiste el sistema educativo y en qué premisas ideológicas se basa. Yo insisto mucho en al complejidad, la complejidad del mundo, de la sociedad.
Algo que no puedes perder de vista porque corres el riesgo, incluso si te revelas contra las verdades impuestas, contras las verdades oficiales puedes caer en la conspiranoica. puedes creer que todo esto lo decía un pequeño grupo de gente. y el mundo no funciona así. No quiere decir que no haya pequeños grupos de gente que se proponen hacer cosas. Quiere decir que las cosas que suceden en el mundo son multifactoriales. un resultado de muchas otras cosas. y que las causas y los efectos interactúan.
P.- Cuando hablamos de la nueva sociedad… ¿La juventud está ya intoxicada, o existe una pequeña luz al final del túnel para la nueva sociedad?
R.- Intoxicados intelectualmente, con visiones sesgadas de la realidad que han sido diseñadas e intoxicados con factoides, con noticias fabricadas por otros. Pero no los jóvenes, lo está todo el mundo, lo estamos todos. La cuestión no es que uno sea inmune, es que uno desarrolle las herramientas para discernir, para distinguir rápidamente cuándo estás frente a una cosa que tiene interés, que es profunda, que tiene sentido. o cuando estás frente a consignas o cuando estás frente a un invento directamente. para desarrollar esas herramientas es conveniente tener la cabeza fría. somos seres humanos y siempre vamos a tener una vertiente sentimental. El hombre actúa por emociones muchas veces y va a seguir siendo así, lo que yo deploro es que las causas políticas sólo se defiendan en términos sentimentales porque solo contienen consignas y sólo contienen victimización. Por lo tanto buscan un estado de indignación permanente. Y aquí hay el título «Sentimentales, ofendidos…» se puede encadenar. El sentimental se ofenderá antes y será agresivo.
P.-Es una cadena que va llevando a ello.
R.- Y lo de la mediocridad es un efecto del sistema educativo. Además es un fenómeno occidental, que en España alcanza cotas que parecen increíbles. Aquí se enseña la matemática con un enfoque afectivo, la historia se enseña sin componentes cronológicos, osea que aquí hay un disparate particular. pero no se escapa nadie en el mundo occidental de esta fiebre.
Y de nuevo no es que alguien se haya propuesto «queremos que todos los jóvenes que salgan de la universidad los queremos mediocres para manipularlos mejor». Es una consecuencia de todo lo demás. es una consecuencia de fenómenos que tienden a la simplificación.
pero es que el hombre ya simplifica por sí. No podríamos vivir si no simplificamos. nuestro cerebros está todo el tiempo simplificando. El problema es que siempre simplifiques todo cuando se trata de una aparato conceptual. No se puede y no hay anda en las ciencias sociales que sea simple. Por cierto en las ciencias duras tampoco. Ninguna ciencia es simple.
R.- ¿Contra qué o contra quiénes hay que poner pie en pared en la actualidad?
R.- No se trata tanto de quiénes como de qué. Contra la hegemonía cultural actual, es la que yo llamo nueva izquierda. Quiero advertir de ciertas cuestiones terminológicas. Yo lo llamo nueva izquierda porque se entiende muy bien, es decir, había una izquierda que ya no existe. La que conocemos ahora no tiene nada que ver porque todas las causas que defiende son reaccionarias. Fíjate si será izquierda esto. Si dijéramos «new left» estaríamos hablando de otra cosa. El gran Roger Scruton se refiere a otra cosa. Por tanto en castellano diremos, o diré yo nueva izquierda o pensamiento woke, que es lo mismo. Si habláramos en inglés sólo usaría woke porque new left tiene demasiadas connotaciones de autores tanto de la tercera vía británica (la de Giddens) que se utilizó para salvar la socialdemocracia como de la descripción que hace Sruton de la izquierda postmarxista.
P.- En relación a esto, ¿por qué cree que la derecha nunca ha querido dar la batalla cultural? ¿Es la izquierda la dueña, tiene el monopolio de la lucha cultural, la izquierda?
R.- La izquierda se ha hecho con la hegemonía cultural por varias razones. una de ellas es que la izquierda , desde hace mucho, por lo menos desde hace un siglo, con Antonio Gramsci, la izquierda es perfectamente consciente de la importancia de construir el imaginario o participar en la construcción del imaginario, la derecha no. Pues, como sabe, y por su propia esencia la izquierda ha tenido más a entrar en profesiones que tienen que ver con la construcción del imaginario. educación, periodismo, teatro, cine, productoras, audiovisuales, las series de televisión. Hay ámbitos en los que la inmensa mayoría de personas son de izquierda. En el mundo de la educación o en el mundo del periodismo lo normal será que, el 80 por ciento, tranquilamente, aunque el medio o la escuela tengan una línea que no es de izquierda, las personas sí lo sean. Es una tendencia que tiene explicación, pero que nos llevaría por otros medios. Y luego, por una renuncia de la derecha, hay que hacerle un reproche a la derecha. La derecha no lee, vamos a ponernos serios. No hay derecho. media España está con el pensamiento woke y la otra media no soporta el pensamiento woke. El hecho de que la hegemonía la tenga la primera no significa que ahora tengo yo el poder, si la van a mantener cuando gane el PP las elecciones. eso es que tú impones el marco de debate, tú impones la terminología del debate. las premisas del debate. eso es ser hegemónico. Si aceptas las premisas del contrario siempre has perdido con sólo empezar. Yo empiezo a discutir contigo aceptando tus premisas y perderé porque estamos dentro del cuadro que tú quieres.
Lo primero que hay que hacer cuando haces guerra cultural es romperle las premisas. Necesitas un acervo de lecturas, pero no de lecturas de los tuyos, sino también de los suyos. Tienes que conocer el pensamiento marxista, pero hay que leer a autores importantes, hay que saber de qué van los autores postmodernos. porque si no eres completamente ajeno a aquello que determina la hegemonía cultural, a la que estás sometido tú y todos los que te rodean. hay que leer y hay que querer buscar la verdad y hay que debatir y si el otro, el adversario no quiere debatir, hay que debatir igualmente. entonces, como no quiere, interpreta que tu intención de debatir es una ofensa, una agresión, pero si nosotros aceptáramos eso acabaríamos con la democracia liberal. y la democracia liberal es la única garantía de que sigamos siendo civilizados. y de que no mueran nuestras libertades . Hay que dar esa guerra, no sé por qué a tanta gente de la derecha le da miedo hablar de guerra cultural. Si estáis encantados con que os sometan. que os sometan de verdad, someten vuestros cerebritos, someten la manera en que ves el mundo. Pues adelante, sométete.
P.- ¿Qué es la derecha? llevamos unos años en que decir que eres de derecha no se lleva mucho. Eres un facha.
R.- Lo que se lleva es ser de izquierdas.
P.- O ser de centro ¿no?
R.- No creas, si dices que eres de centro, también eres de derechas. A ver la clave es que te de igual la etiqueta. si no te da igual sufrirás. porque claro a la que te digan facha.
P.- Entonces entras dentro de esos ofendidos y mediocres del libro…
R.- No los ofendidos son la tropa que en vez de dar individuos que buscan su libertad y buscan su profundidad, lo que hacen es repetir consignas. buscan en vez la individualidad el calor de la tribu. eso es lo que describe el título de mi libro. Izquierda y derecho vienen de finales del siglo XVIII, fue una causa casual. Los de izquierda eran más revolucionarios y los de la derecha más moderados. Eso ha quedado en al idea de que el que es de izquierda tiene más preocupación por la justicia social. Yo lo desmiento el valor de las palabras izquierda y derecha. Sólo les admito un valor, que ellos se definen de izquierda. Por eso los llamo nueva izquierda. porque si les pones una lupa a las causas que defienden todas son no de derechas, terriblemente de derechas. ahí está la gran contradicción de estos tipos.
P.- Ha dejado entrever en su respuesta la posibilidad de que el PP ganará las elecciones. Le pregunto ¿piensa que Feijoo será presidente de España y, en tal caso si considera que necesitará el apoyo de Vox? o terminará apoyándose en el PSOE.
R.- Yo estoy convencido. Salvo que se produjera una acontecimiento tan tremendo e imprevisible que cambiara esa situación, yo estoy seguro que la mayoría formada por PP y Vox superará los 175 escaños en el Congreso y por tanto se acabará el sanchismo. Me corrijo, se podría acabar el sanchismo.
Si pasa eso, que creo que pasará, estoy seguro que pasará. Ahora que la derecha convencional, donde está el PP, va a preferir, aunque es difícil que lo logre, preferiría llegar a un acuerdo con el Psoe. Porque la derecha española sigue soñando con la época dorada del turnismo de la restauración borbónica. porque era una cosa muy cómoda, ahora nos toca a nosotros. Nos vamos para Madrid, ocupamos los ministerios, te instalas en la vivienda del ministro y tal. Y, al cabo de unos años, te vuelves a la provincia. Porque entonces ser político era muy rentable, ahora no, ahora ser político es una porquería. Eso funcionó, sobre todo si lo comparas con la época anterior. Y luego se estropeó. el turnismo de la restauración no es posible 130 o 140 años después porque el mundo es otro, España es otra. Hay más de dos partidos a los que van a necesitar siempre. es muy poco previsible que uno de los dos partidos que han gobernado España vuelvan a tener una mayoría absoluta.
P.- ¿Hay más opciones? Porque puede haber más partidos, pero ¿son opciones como futuros gobernantes?
R.- ¿Por qué no? Por qué no pueden entrar en el gobierno los partidos a los que necesitan para formar la mayoría. Si lo han hecho ahora como Podemos. Por qué no lo iba a hacer ahora con Vox. de hecho lo raro es lo que hicimos con Ciudadanos, negarnos a entrar en los gobiernos de Mariano Rajoy. Él quería, y lo entiendo que quería, era más seguro. Y lo mismo nos equivocamos, porque vistos los acontecimientos posteriores. Pero claro que sí, que se tendrá que contar con todos. Y eso de tener partidos malditos eso es lo que pasaba en la II República y acabó muy mal. La Revolución del 34, que es un golpe de Estado armado en toda España, que sólo se prolonga en Asturias un par de semanas y conlleva una revolución en Cataluña. Se produce porque a la CEDA se le ocurre meter a dos o tres ministros, además de perfil bajo, y por qué no iba a meter dos o tres ministros. Porque eran los ganadores de las elecciones. En la España de la II República, en el año 34 el ganador no podía tener dos o tres de segunda fila y con perfil bajo dentro del gobierno porque entonces te montaban una revolución.
P.- ¿Cree que podría darse ese asalto a la democracia si Vox entra en un Gobierno?
R.-Por supuesto que sí. Que hay gente que tienen la misma idea que tenían aquellos desgraciados que incendian España. La Ceda, un partido accidentalista, el partido de Gil Robles, un partido católico, que ese partido no pudiera gobernar. Ese odio, esa idea intransigente. de que la república era de ellos y no era de quien había ganado las elecciones, existe ahora. La invasión de Ucrania ha dado un baño de realismo a Occidente. Quien se crea que estamos libres de cualquier riesgo no sabe lo que es el mundo. El mundo siempre ha sido un lugar muy difícil y la isla de bienestar, de prosperidad, de tranquilidad que llevamos viviendo ya muchos años, no es lo normal. El que solo vive eso puede creer que es lo normal. La libertad hay que estar alerta y mantenerla. Tenemos una bendición y la gente que está en el Gobierno está jugando a romper ese marco que ha permitido esa bendición . Esto no se puede permitir.
P.- No sólo Sánchez, también Zapatero en su momento, han demostrado que la izquierda puede gobernar, haga lo que haga.
R.- El PSOE ha tenido algún momento de luces en su historia. la primera etapa del felipismo y tal. incluso antes la figura de Besteiro. Pero también ha tenido sombras terribles y uno de los momentos sombríos del PSOE, no luctuosos, amargos, es el sanchismo. Porque el sanchismo significa que todo aquello que no fuera calificable de derecha era válido como aliado. Esto incluía a Bildu, herederos de la ETA e incluía a los partidos que acababan de dar un golpe de estado. y eso, incluía a una formación populista bolivariana con extrañas conexiones con Venezuela, que te diría que visto lo visto es lo menos preocupante de la colección de aliados».
P.- ¿Se ve mejor siendo portavoz de su propio discurso que siendo portavoz del discurso ajeno, se vive mejor así?
R.- Sí, no hay comparación porque cuando eres portavoz de un grupo parlamentario prácticamente tienes un mecanismo de alerta que estás supervisando la siguiente palabra que vas a decir. Cuando te liberas de esa condición , si dices algo que está fuera de lugar pues ya está te has comprometido a ti, no comprometes a una organización ni el trabajo de mucha gente.
P.- Su ex compañero de Ciudadanos, que lo acompaña en la presentación de su libro dice de usted que: «Una mezcla entre Jovellanos y Revel», «un fugitivo de lo políticamente correcto» y «el alma intelectual que necesita la derecha española».
R.- Fran Carrillo es muy generoso, él mismo tiene un mérito enorme. Algunas de las intervenciones de Fran carrillo pasarán a la historia. Estoy seguro que el Parlamento andaluz no se habían oído cosas como las que afirmó él, con total seguridad no se habían oído cosas que tuvieran desde aquí una implicación tan amplia, tan española y tan europea, tan de la preservación de la libertad frente a sus amenazas. Por lo tanto que sea él el que diga esto me honra especialmente.
P.- Ciudadanos ¿refundación o refundición? ¿Qué es Ciudadanos?
R.- O fundición. Ciudadanos fue un proyecto que parecía un sueño y se convirtió en una realidad como alternativa auténtica, cierta, verdadera dentro de un país polarizado. Un país que había pasado por el zapaterismo, que tuvo su miga y que reivindicaba puramente los valores de la transición. teníamos las fotografías de Adolfo Suárez, porque reivindicábamos lo que al gente había olvidado. lo que significaba, los orígenes, lo fundacional de la democracia del 78. Y lo hacíamos con un concepto de España que no podía ser más auténtico. porque salíamos de defender esa España frente al nacionalismo catalán que ha borrado España de nuestros entorno. Y nosotros la rescatábamos, la llevábamos al espacio público. remarcando todo aquello que de ventajoso y positivo suponía la condición de español, supone.
Y aquel sueño de pronto fue el tercer partido de España. Pudo haber ganado las elecciones si Mariano Rajoy, en vez de dejar el bolso de Soraya en su escaño, deja su cuerpecito serrano y dice, mire me comprometo a convocar elecciones. Sánchez hubiera retirado la moción de censura. Las encuestas nos daban ganadores a nosotros. Mariano Rajoy prefirió salvar las siglas para el PP antes de salvar a España de lo que venía, un gobierno apoyado por Bildu y por Ezquerra. Rajoy y su conciencia sabrán lo que hacen.
Fue algo que parece imposible que se lograra desde la nada y que en un momento dado se terminó, muy abruptamente como alternativa de gobierno. Se terminó como alternativa de proyecto de país y se convirtió en una cosa que no era aquello por lo que habíamos luchado tantos y trabajado tantos. Y era un partidito bisagra en manos de una persona que no era Albert Rivera y Albert Rivera era Ciudadanos, porque había sido su presidente desde el primer día. Se iba Rivera y yo me fui a los 5 segundos de irse él. La gente, desde fuera, y algunos desde dentro con intereses no exactamente ligados al general sino al personal, decían Ciudadanos es un partido bisagra. Y algunos decíamos que no, no lo es y no lo quiere ser. Y si ahora lo que se queda ahí, quiere ser partido bisagra pues deberían cambiarle el nombre. Yo aplaudo que exista ese partido, pero no es Ciudadanos, es otra cosa.
P.- ¿Qué pregunta no le hicieron político que le gustaría haber respondido?
R.- Esa pregunta sí que es difícil, creo que me preguntaron todo no, porque todo es infinito. e n esos años, a pesar de que sólo estuve 5 años en la política profesional y sólo 3 de portavoz. Me preguntaron todo lo imaginable. No se me ocurre nada que no me preguntaran. No me preguntaron nada personal, porque España eso sí lo tiene, entiende que la vida personal no incumbe a los demás.
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