Tribunales

Condenan a 22 años de cárcel al marroquí que degolló a su esposa delante de sus tres hijos en Almería

Le cortó el cuello con un cuchillo de cocina mientras daba el biberón a su bebé

Condenan a 22 años de cárcel al marroquí que degolló a su esposa delante de sus tres hijos en Almería
El asesino, a su llegada al juicio con jurado. (Europa Press)
David García de Lomana

La Audiencia de Almería ha condenado a 22 años y medio de prisión a Youssef J. por el asesinato de su esposa Zhour B., a quien degolló mientras daba el biberón a su bebé en la vivienda familiar, donde se encontraban también otros dos hijos de 8 y 9 años. La sentencia recalca el carácter machista del asesino, que estaba convencido de que su mujer le era infiel y le prohibió abrir las ventanas de su casa y hablar con desconocidos.

El crimen tuvo lugar el 7 de agosto de 2023 en la calle Galera, en el marginal barrio de Pescadería. La víctima, de 27 años, estaba en la cocina, dando el biberón a su bebé de cuatro meses, cuando entró Youssef. Cogió un cuchillo de 23 centímetros de largo, la sujetó por la espalda y la degolló. La mujer sufrió una hemorragia masiva y murió prácticamente en el acto, casi decapitada. El cuerpo presentaba cuatro cuchilladas profundas en el cuello y múltiples cortes superficiales, ya que la mujer, instintivamente, intentó defenderse.

Los otros dos hijos menores salieron corriendo de casa y pidieron ayuda a un vecino, que llamó a los servicios de emergencia. Cuando llegó la Policía Nacional encontraron al hombre con el bebé en brazos. El asesino entregó al pequeño a los agentes antes de ser detenido.

Prohibido hablar y abrir ventanas

La sentencia recoge el veredicto por unanimidad del tribunal de jurado, que en base a las pruebas y declaraciones concluyó que Youssef J., marroquí de 33 años, se había obsesionado con que su esposa le era «infiel». También estaba convencido de que iba a denunciarlo para «meterlo en prisión» y «quedarse con la casa».

El fallo añade que la víctima había sido aislada progresivamente durante los últimos meses de convivencia, obligada a no hablar con personas ajenas y a mantener las ventanas cerradas para que nadie pudiera verla, lo que evidenciaba un férreo control fruto de sus obsesiones y una «manifestación de desprecio a su condición de mujer».

Agentes de la Policía Nacional frente a la vivienda del crimen. (Efe)

Durante el juicio con jurado celebrado en abril en la Audiencia de Almería, el acusado dijo no recordar nada de lo sucedido, aunque finalmente reconoció los hechos insinuando una alteración mental: «Una persona que no está enferma nunca haría eso, perder la vida de su mujer y su vida. Perdimos todo». En el proceso judicial no se acreditó que padeciese desorden psicológico alguno.

El jurado rechazó aplicar algún tipo de atenuante por confesión, ya que durante la investigación no se mostró colaborativo. Además, su confesión tampoco «aportó nada significativo», ya que fue sorprendido en el lugar del crimen con restos de sangre y junto al cuerpo de la víctima.

22 años y medio de cárcel

La magistrada de la Audiencia ve «proporcionada» la pena de 22 años, seis meses y un día de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, concurriendo además las agravantes de parentesco y de género. La Fiscalía y las acusaciones particulares iban más allá y pedían 25 años de prisión. Los especialistas concluyeron que la violencia fue extrema e innecesaria para causar la muerte, lo que llevó a estimar la concurrencia de ensañamiento. El jurado apreció alevosía por la sorpresa del ataque y el contexto de convivencia y confianza en el hogar familiar.

En concepto de responsabilidad civil, Youssef J. deberá indemnizar a cada uno de sus tres hijos con 200.000 euros y a los padres de la víctima con 100.000 euros a cada uno, más los intereses correspondientes, según fija la sentencia. «No contamos con informes psicológicos, pero no cabe duda que el daño moral padecido por los niños, que se han visto privados en su infancia de la figura materna, y por los padres, por la muerte violenta de una hija, es claro y debe ser reparado», expone la magistrada, que reconoce el «inmenso dolor» sufrido ante una pérdida «de difícil cálculo e irreparable».

La sentencia ha sido recurrida en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

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