El capitán de Cerro Muriano ordenó a los soldados no agarrar la cuerda y «sólo al final» se tiró al agua
La denuncia contra el capitán se amplía a toda la cadena de mando y al Ministerio de Defensa
El abogado de la familia ve dos delitos de homicidio "por dolo eventual y omisión"
El abogado de la familia del soldado Carlos León Rico, que falleció ahogado el pasado 21 de diciembre en unas maniobras en un pantano de la base de Cerro Muriano (Córdoba), ampliará su denuncia contra el capitán y extenderá la misma a toda la cadena de mando y al Ministerio de Defensa como responsable civil subsidiario de dos delitos de homicidio «por dolo eventual y omisión».
El letrado señala que el ejercicio no contó con un plan de seguridad en previsión de problemas: no había personal sanitario en el entorno del lago artificial donde murieron el soldado y el cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar -que se lanzó al agua para socorrer a sus compañeros-, y los militares, además del uniforme, el casco, las botas y el fusil, llevaban una mochila de unos 12 kilos, con una mina inerte de 3,5 kilos como castigo por no haber ejecutado correctamente ejercicios en días anteriores.
Según ha explicado la defensa, la mochila no era estanca, por lo que se llenó de agua y no sirvió de salvavidas, la cuerda de seguridad extendida para marcar la ruta no aguantó el peso de quienes intentaron agarrarse a ella y cuando el capitán dio la orden de soltar la cuerda de uno de sus extremos para intentar tirar de los militares que estaban bajo el agua, provocó el resultado contrario, con un efecto látigo que los hundió aún más. Previamente, dio la orden de no agarrarse a la cuerda, ya que el ejercicio consistía en cruzar el lago sin usar las manos, y «sólo al final» decidió lanzarse al agua para ayudar a los soldados.
En conferencia de prensa este martes, el abogado Luis Romero ha informado de que la denuncia se ampliará para que se investigue al coronel, al teniente coronel y al general de brigada, mientras que se considera que el Ministerio de Defensa es responsable civil subsidiario de los hechos.
Además, la defensa rechaza que del caso se encargue un tribunal militar y reclamará que sea el juzgado de instrucción nº 4 de Córdoba el que entienda todo el proceso. El abogado ha conocido en la misma rueda de prensa que el juzgado cordobés se ha inhibido, decisión contra la que va a presentar un recurso este mismo martes.
Las irregularidades durante el ejercicio
Romero ha incidido en las presuntas irregularidades que se cometieron durante el ejercicio, destacando que el sobrepeso en la mochila pudo ser determinante en la muerte del soldado, además de que no todos los que participaron en el ejercicio lo llevaban, sólo algunos «castigados».
El abogado ha señalado también que algunos de los participantes «no sabían nadar o no nadaban bien», lo que no se tuvo en cuenta a la hora de no dejarlos exentos del ejercicio, que consistía en cruzar un lago artificial de unos 100 metros de longitud sin usar las manos, sólo «pateando» y llevando los 12 kilos de peso en la mochila.
Según sus cálculos, en las maniobras participaron unos 75 militares, de los que a una quincena se les obligó a entrar en el agua, que estaba turbia y casi congelada. «Un ejercicio así se debería hacer en primavera, con menos frío», ha defendido, pero a los militares se les conminó a hacerlo con el argumento de que era el último día de maniobras antes de recibir el diploma acreditativo y no se podía retrasar en espera de mejores temperaturas. Tras el fatal ejercicio, varios militares fueron evacuados al hospital con síntomas de hipotermia.
Dos delitos de homicidio
Para el abogado, en este caso hay dos delitos de homicidio «por dolo eventual y omisión, no homicidio imprudente», delitos que no se pueden juzgar en un tribunal militar, de ahí que vaya a pedir que el caso vuelva a uno ordinario. Además, cuando el capitán declare ante el juez pedirá medidas cautelares como la retirada del pasaporte, sin descartar la reclamación de prisión preventiva a la espera del juicio.
Aparte de los mandos que serán señalados en la nueva denuncia, se pedirá que declaren todos los oficiales y suboficiales que estaban en el lugar de los hechos o sus alrededores, junto a sanitarios y personal civil del cuartel, bomberos o conductores de ambulancia, vehículo éste, ha dicho, que tardó más de 15 minutos en llegar al lago.
Romero ha detallado que los soldados se lanzaron al agua sin línea de vida -una cuerda de sujeción que les uniese a todos y que a la vez estuviese fija en un elemento fuera del lago-, mientras que en los alrededores no había flotadores, salvavidas ni lanchas, «y ni siquiera había sanitarios, lo cual debería ser obligatorio en este tipo de ejercicios».
Simplemente, ha recalcado, había «una cuerda de las que se compran en el Decathlon y unos espolones en los árboles», sin un sistema de poleas, como es «aconsejable» en estos casos. También ha afirmado que cuando los soldados pidieron ayuda, el capitán dio la orden de soltar la cuerda de un árbol «y salió lanzada, de modo que los que estaban agarrados bajo la superficie del agua se hundieron aún más».
La actitud del capitán, determinante
«La temperatura hizo que se les bloquease la mandíbula, no podían hablar, se les bloquearon las piernas y los brazos», ha relatado el letrado, que a la hora de hablar de la dura disciplina que sufrían los soldados ha puesto como ejemplo el hecho de que a uno de ellos se le cayó el fusil al agua al ser rescatado «e intentó recuperarlo para evitar un castigo».
Para el abogado, la actitud del capitán fue determinante, al dar la orden de cruzar el lago «sin coger la cuerda, sólo pateando», y ha dicho que, sin dar más detalles, en la declaración ante la Guardia Civil, este militar dijo que «hay que hacerlo así, en circunstancias duras, como en la guerra».
«Aquello pudo ser una desgracia mucho mayor porque todo fue un cúmulo de negligencias. Sólo al final el capitán se lanzó al agua», ha añadido. Por último, ha apuntado que ya han prestado declaración ante la Guardia Civil unos 40 militares.
La defensa de Carlos León Rico, soldado natural de El Viso del Alcor (Sevilla), planteará una estrategia propia en este caso, aunque coordinada, ha dicho, con la del otro militar fallecido, pero «de forma independiente, cada uno en su despacho».