Fusiones bancarias

Abanca se acercó a Sabadell antes que BBVA pero Oliu rechazó las pretensiones de Escotet

La obsesión del banquero venezolano es hacerse con el banco catalán pero es casi imposible

Tras este revés se plantea otros objetivos, como Liberbank o Ibercaja

Abanca se acercó a Sabadell antes que BBVA pero Oliu rechazó las pretensiones de Escotet
Abanca se acercó a Sabadell antes que BBVA pero Oliu rechazó las pretensiones de Escotet
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

BBVA no ha sido el primer banco que se ha acercado al Sabadell en esta segunda oleada de fusiones. Este verano, Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca (antigua Novacaixagalicia), inició una aproximación al banco catalán, pero el presidente de este, Josep Oliu, la rechazó y le negó el acceso a sus cuentas para hacer la due diligence (revisión en profundidad de las cuentas) preceptiva para una fusión, según fuentes conocedoras de la situación.

Una de estas fuentes aseguran que «la obsesión de Escotet es el Sabadell. Lleva tiempo intentando hacer una adquisición en España para expandirse fuera de Galicia, tiene exceso de capital y no tendría problemas en conseguir el necesario -en forma de acciones en una ampliación y de bonos-, aunque sería muy elevado para una operación tan grande, de sus socios venezolanos». «Con Sabadell, entraría directo al Ibex y se situaría como el cuarto banco tras Santander, BBVA y Caixa-Bankia, que es el objetivo de Escotet», añade otra.

De ahí que, tras varias operaciones fallidas (como la OPA sobre Liberbank y la compra de la red de Deutsche Bank en España), este verano Escotet se pusiera en contacto con Oliu para estudiar una posible fusión que se instrumentaría como una absorción de Abanca por Sabadell, dado que es el más grande: 234.000 millones en activo frente a los aproximadamente 51.000 de Abanca (no ofrece este dato en sus cuentas trimestrales).

Sin embargo, Oliu se negó en redondo a iniciar conversaciones, una respuesta opuesta a la que ha dado en septiembre a Carlos Torres, presidente de BBVA, como adelantó OKDIARIO. Según algunas fuentes, porque el banquero catalán exigía mandar en una eventual fusión al ser la entidad más grande, algo a lo que Escotet no está dispuesto en ningún caso.

El BCE también recela de esta posibilidad

Tampoco sería una operación bien vista por el BCE, que prefiere que el Sabadell caiga en manos de uno de los grandes: Santander, BBVA o CaixaBank (descartada por la operación con Bankia, también adelantada por este medio). El supervisor europeo teme que Abanca no tenga músculo suficiente para absorber los posibles problemas del Sabadell derivados del covid, dada su elevada exposición a pymes y al sector turístico, amén de sus problemas con el TSB en Reino Unido. Y tampoco le gusta la enorme ampliación de capital que tendría que acometer.

Otra de las fuentes consultadas explica que «es el modus operandi habitual de Escotet: tratar de tener acceso a las tripas de un competidor para poder hacer una oferta o, simplemente, conseguir información confidencial de un rival». Es lo que hizo en el caso de Liberbank a principios de 2019, donde condicionó su oferta a tener acceso a las cuentas de la entidad asturiana. Finalmente, retiró la oferta ante las pegas que puso la CNMV.

Liberbank e Ibercaja, las otras opciones de Escotet

Si finalmente la opción de Sabadell queda descartada como todo indica (y más tras el inicio de conversaciones con BBVA), Escotet no tira la toalla en sus pretensiones de crecer en España. El problema es que no tiene demasiadas opciones. Por un lado, querría volver a intentarlo con Liberbank, pero esta ha retomado las conversaciones con Unicaja y, además, se han cruzado otros interesados, como Kutxabank.

Ante estas dificultades, otra opción encima de la mesa es la aragonesa Ibercaja, pero aquí se encontraría con dos problemas: el primero, que el tamaño de ambas es bastante similar y que los gestores de Ibercaja también querrían mandar, como Oliu; y el segundo, que esta entidad tampoco cotiza, con lo que tampoco le daría acceso al Ibex salvo que, tras la fusión, realice una costosa OPV con venta de acciones al público.

Por último, a Abanca le queda la opción de hacer una adquisición fuera de España: ya compró la red de Deutsche Bank en Portugal. Ahora bien, tampoco ha sido capaz de cerrar la adquisición de otra entidad lusa más grande, Eurobic, y el BCE tampoco ve con demasiados buenos ojos que Escotet se quede con una entidad europea relevante.

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