El senador de Podemos por Guipúzcoa es un ex miembro de ETA arrepentido
El senador electo de Podemos por Guipúzcoa, José Ramón Josetxo Arrieta Arrieta, fue miembro de la organización terrorista ETA durante su juventud. Con tan solo 18 años, en enero de 1974, fue detenido en San Sebastián, junto a otros dos miembros de un comando, y acusado de ser «el responsable político de ETA en la zona de Rentería».
Tan sólo un año después, en junio de 1975, un consejo de guerra celebrado en Burgos le condenó a seis años de cárcel por un delito de tenencia ilícita de armas. Al ser detenido, la Policía le había intervenido una pistola Firebird, que le había entregado otro miembro del comando, Ignacio Garmendia Otamendi, acusado de participar en un atentado contra el hotel Orly de San Sebastián.
El hoy senador pasó varios meses en la prisión de Jaén hasta que, en septiembre de 1976, salió a la calle gracias a la amnistía decretada tras la muerte de Franco. Josetxo Arrieta se incorporó entonces a la dirección de Euskal Iraultzarako Alderdia (EIA), una organización política creada por la VII Asamblea de ETA político-militar.
Finalmente, una vez aprobada la Constitución de 1978, Josetxo Arrieta se incorporó a Euskadiko Ezquerra (EE) como muchos otros arrepentidos de ETA. Fue concejal de este partido en Irún durante ocho años, entre 1987 y 1995. Ahora, una vez jubilado después de trabajar durante más de tres décadas como profesor de Primaria, ha decidido reincorporarse a la vida política a través de Podemos. Durante los últimos años, ha participado en varios movimientos a favor de la paz en el País Vasco.
«Entré en ETA porque era muy joven y eran otros tiempos, en los que sentía que no tenía libertad», ha explicado a OkDiario el senador electo de Podemos por Guipúzcoa, «con esa edad, creo que hubo mucho de aventurismo en mi decisión».
«Enterré la pistola en el cementerio»
«En mi casa nunca se hablaba de política», relata Josetxo Arrieta, «yo entonces era catequista. A los 16 años entré en las Juventudes Obreras Católicas (JOC) y fue entonces cuando entré en contacto con el movimiento obrero y el nacionalismo, y empecé a leer a algunos autores marxistas».
Con 17 años, cuando agonizaba el régimen de Franco, se incorporó a la organización terrorista ETA. «Nunca participé en actos violentos», aclara, «yo era responsable del frente político: me dedicaba a repartir propaganda, dar charlas sobre historia del País Vasco…. No aprendí a disparar hasta años después, al hacer la mili».
En diciembre de 1973 se produjo una redada en la que fueron detenidos varios miembros de ETA. Junto a otros dos militantes, Arrieta decidió huir a Francia para evitar ser arrestado. «Ni nadando, ni por el monte. Cruzamos la frontera en autobús», señala, «pero la dirección de ETA nos dijo que no estábamos fichados y nos envió de nuevo a casa».
Tan solo unos días después de regresar a San Sebastián, Josetxo Arrieta y sus dos compañeros fueron detenidos. Ignacio Garmendia Otamendi, que había participado en la colocación de una bomba contra una sucursal de AVIS, en los bajos del hotel Orly, fue detenido cuando asistía a una manifestación a favor del anarquista catalán Puig Antich, que había sido condenado a muerte.
«Pocas horas después, esa misma noche, la Policía vino a buscarme a casa», relata el actual senador de Podemos. «Garmendia me había entregado su pistola, porque no quería cruzar con ella a Francia, y yo la enterré a 50 metros del cementerio de San Sebastián. La Policía sabía que yo la tenía y la encontraron. Luego me dieron de hostias por no haber cuidado el arma».
Ante el consejo de guerra
Josetxu Arrieta fue juzgado por un consejo de guerra en 1975. «Durante todo el juicio, me porté muy bien, porque el abogado me decía que no tenían nada contra mí. Pero me cayeron seis años por tenencia ilícita de armas», afirma.
Fue recluido primero en la cárcel de Burgos –donde «sólo me dejaban salir de la celda una hora al día»– y luego en la de Jaén. Allí comenzó los estudios de Filosofía, pero el segundo año no le dejaron examinarse por mal comportamiento: había participado en varias huelgas de hambre. Finalmente, salió a la calle en septiembre de 1976, gracias a la amnistía decretada tras la muerte de Franco.
Ya en libertad, comenzó a cursar los estudios de Magisterio y se incorporó a la dirección de EIA (cuyo nombre significa en castellano Partido de la Revolución Vasca), creado como el brazo político de ETA.
En su VII asamblea, el grupo terrorista aprobó un desdoblamiento de su organización: ETA-pm seguiría adelante con su actividad terrorista como grupo clandestino, mientras que EIA actuaría como un partido político legal, de signo marxista e independentista.
En los movimientos por la paz
Aunque se acordó que sobre el papel no existirían vínculos entre ambos grupos, fue la propia dirección de ETA p-m la que designó al comité ejecutivo de EIA, al que se incorporó Arrieta.
Finalmente, una vez aprobada la Constitución de 1978, Juantxo Arrieta participó en la fundación de Euskadiko Ezquerra (EE), en cuya dirección trabajó codo con codo con Mario Onaidía y Juan Mari Bandrés, que también procedían del entorno de ETA.
Como miembro de la dirección de este partido, fue concejal de Irún durante ocho años, entre 1987 y 1995. Los cuatro últimos, como responsable de Bienestar Social y Educación del Ayuntamiento, mediante una coalición con el PSOE (que acabaría absorbiendo a EE) y Euzko Alkartasuna (EA).
Hasta su jubilación, en agosto de 2014, Josetxo Arrieta ha trabajado como profesor de escuela durante más de 30 años y ha participado en varios movimientos «por la paz» en el País Vasco como ex miembro arrepentido de ETA.
«Participé en las manifestaciones para exigir la liberación de José María Aldaya, secuestrado por ETA, y de Miguel Ángel Blanco», indica el actual senador de Podemos por Gipúzcoa.
El secuestro de Ortega Lara
«Durante el secuestro de Ortega Lara», añade, «nos manifestamos para apoyarle ante la cárcel de Burgos, donde trabajaba como funcionario. Cuando le di la mano al director de la prisión, me resultó muy extraño porque recordé que yo mismo había cumplido condena en aquella cárcel en 1975».
Como representante de Podemos, también ha participado en el encuentro celebrado el pasado mes de octubre en San Sebastián entre antiguos miembros de ETA y sus víctimas, ante el lehendakari Iñigo Urkullu y el obispo emérito Juan María Uriarte.
«Podemos ha nacido después de que ETA dejara las armas y no tiene ninguna responsabilidad», declara el senador electo por Guipúzcoa, «pero yo estuve en ETA y estoy dispuesto a hacer autocrítica, porque quizá antes no tuve suficiente empatía con las víctimas».
Josetxo Arrieta asume que, aunque hace varios años que no comete ningún atentado, «ETA todavía existe. Espero que pronto deje de existir y se convierta en un mal recuerdo».