El pueblo más infravalorado de Castilla-La Mancha está en Albacete y tiene cuevas Patrimonio de la Humanidad
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Hay pueblos que, a pesar de su historia, su belleza y su legado, siguen sin recibir la atención que merecen. Lugares que han resistido el paso de los siglos, manteniendo su esencia intacta, pero que todavía permanecen fuera del radar de muchos viajeros.
En Castilla-La Mancha, entre montañas, valles y ríos, existe un pueblo que guarda un patrimonio único. Su fortaleza medieval sigue en pie, sus calles empedradas conservan el encanto de otros tiempos y, en la sierra, una cueva con pinturas rupestres declaradas Patrimonio de la Humanidad aporta aún más valor a su historia.
El pueblo más infravalorado de Castilla-La Mancha
Este lugar es Yeste, un rincón de la provincia de Albacete con una historia que se remonta siglos atrás. Ubicado en plena Sierra del Segura, ha sido testigo de diversas civilizaciones que dejaron su huella en su arquitectura y en su entorno.
Su pasado medieval está marcado por la Orden de Santiago, que transformó esta villa en un enclave defensivo clave durante la Reconquista. Sin embargo, su historia va mucho más allá de su castillo.
A pocos kilómetros del pueblo, en plena naturaleza, se esconde un santuario prehistórico: la Cueva del Niño. Sus paredes conservan figuras de animales y escenas de caza pintadas en el Paleolítico, una joya del arte rupestre reconocida por la UNESCO.
A pesar de todo esto, Yeste sigue siendo un destino poco conocido. Mientras otros pueblos de Castilla-La Mancha han ganado protagonismo, este rincón de la sierra mantiene su autenticidad y su tranquilidad, lejos del turismo masivo.
¿Qué ver en Yeste?
Además de las cuevas, el castillo es otro de los grandes emblemas de Yeste. Su origen islámico aún se percibe en la estructura, aunque fue la Orden de Santiago quien lo convirtió en un bastión defensivo. Su patio de armas con doble galería y la Torre del Homenaje reflejan la transición entre el estilo gótico y el renacentista.
El casco histórico también tiene mucho que ofrecer. La Iglesia de la Asunción, con su peculiar planta en forma de T, destaca por su combinación de estilos gótico y renacentista.
El entorno natural de Yeste
Además de su patrimonio hecho por el hombre, algo que destaca del pueblo es la naturaleza, que termina multiplicando las razones para visitarlo. Yeste está rodeado de un entorno espectacular dentro del Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, un lugar perfecto para quienes buscan desconectar y adentrarse en la montaña. Sus paisajes combinan bosques, ríos y cañones, con rutas de senderismo que permiten explorar cada rincón de la sierra.
El Embalse de la Fuensanta, con sus aguas tranquilas, es otro de sus grandes atractivos. Aquí se puede pasear, pescar o simplemente sentarse a admirar las vistas. En los alrededores, miradores naturales ofrecen panorámicas del valle del río Segura, un paisaje que cambia con cada estación del año.
En Yeste se viaja sin prisas, sin ruido, sin filas ni multitudes. Sólo calles tranquilas, montañas imponentes y un legado que ha resistido el paso del tiempo. Un destino auténtico, esperando a ser descubierto.