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Ni Ávila ni Toledo: la joya medieval española que es Patrimonio de la Humanidad desde 1996

Joya medieval española, Cuenca, UNESCO
Vista panorámica de Cuenca. Foto: Edmundo Sáez en Wikimedia Commons.

No es noticia de que en Europa descansan múltiples ejemplos de ciudades medievales que aún conservan su trazado original y buena parte de sus edificaciones históricas. Algunas de son mundialmente conocidas, como Ávila o Toledo. Otras, como esta joya medieval española en la que nos adentraremos, fueron olvidadas por el turismo masivo.

Esta ciudad no solo goza de una importancia histórica destacable, sino también impresiona por la forma en que sus construcciones se funden con un paisaje natural escarpado y singular. Una singularidad que le ha valido hasta un reconocimiento de nada más y nada menos que la UNESCO.

¿Cuál es la joya medieval española que fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad desde 1996?

Situada en el centro de España, dentro de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, el sitio que nos compete en esta ocasión es la ciudad histórica de Cuenca. Esta se ubica a 946 metros de altitud, sobre una formación rocosa delimitada por las hoces de los ríos Júcar y Huécar.

Este emplazamiento estratégico fue elegido durante los siglos IX y X por los musulmanes del Califato de Córdoba para levantar una ciudad fortificada con fines defensivos.

La erosión natural de los cañones formó una muralla vertical, proporcionando protección natural. Con el paso del tiempo, Cuenca creció en importancia, hasta convertirse en capital de la Cora de Santaver.

La caída del Califato de Córdoba en 1031 integró la ciudad en la Taifa de Toledo, y posteriormente pasó a manos almorávides tras la batalla de Uclés en 1108.

Cabe remarcar que la Cuenca musulmana contaba con fuertes murallas y una pujante industria textil. En el punto más alto del asentamiento se levantaba el alcázar, protegido por fosos interiores y exteriores.

¿Por qué Cuenca está construida de esta forma y cuál es la historia detrás?

La historia de esta joya medieval española cambió en 1177, cuando Alfonso VIII conquistó la ciudad. Con unos 2.000 habitantes en ese momento, Cuenca recibió un impulso poblacional tras la concesión de su Fuero. Se fundaron parroquias, conventos y se inició la construcción de su catedral, la primera de estilo gótico en Castilla.

Durante el reinado de Alfonso X en 1257, Cuenca recibió oficialmente el título de ciudad. El crecimiento urbano obligó a construir nuevos barrios extramuros y un tercer muro defensivo junto al río Huécar.

Durante los siglos XV y XVI, Cuenca alcanzó su mayor esplendor, con una población estimada en 16.000 habitantes. La ciudad se estructuraba en torno a un eje principal que iba desde el castillo hasta la puerta de Huete, atravesando la plaza Mayor.

Entre los elementos más destacados de su arquitectura de la época se encuentran:

  • La Catedral de Santa María y San Julián, ejemplo temprano del gótico castellano.
  • El puente de San Pablo, una construcción emblemática que sustituyó en 1902 al original de piedra.
  • Las Casas Colgadas, símbolo icónico suspendido sobre la hoz del río Huécar.

La pujanza económica de la ciudad, basada principalmente en la industria textil y la ganadería, permitió también el establecimiento de numerosas órdenes religiosas.

De la decadencia al reconocimiento de la UNESCO:  así se recuperó esta joya medieval española

A partir de finales del siglo XVI, Cuenca entró en una etapa de decadencia provocada por la peste de 1588, las sequías, las plagas y la caída del precio de la lana. Durante la Guerra de la Independencia, sufrió múltiples saqueos, lo que agravó su situación.

La división provincial de 1833 designó a Cuenca como capital de su provincia, pero los efectos de las guerras carlistas volvieron a deteriorar su tejido urbano. La desamortización provocó el abandono de numerosos edificios religiosos y un desplazamiento del centro de actividad hacia la ciudad nueva, extramuros.

La llegada del ferrocarril a finales del siglo XIX impulsó aún más esta expansión. En 1963, el casco antiguo fue declarado Paraje Pintoresco, y comenzaron a surgir iniciativas culturales que revitalizaron el centro histórico. Entre las más relevantes destacan:

  • La creación del Museo de Arte Abstracto Español en 1966, ubicado en las Casas Colgadas.
  • El inicio de las Semanas de Música Religiosa de Cuenca en 1962, declaradas Fiesta de Interés Turístico Internacional en 1979.

Esta recuperación culminó con la inscripción de la ciudad histórica de Cuenca en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1996. Los lugares incluidos en el reconocimiento fueron los siguientes:

  • Recinto Intramuros.
  • Barrio del Castillo.
  • Barrio de San Antón.
  • Barrio Tiradores.

¿Qué más se puede visitar y ver en Cuenca?

Un recorrido por el casco antiguo permite apreciar la riqueza de esta joya medieval española. Desde el puente de San Pablo se obtienen algunas de las mejores vistas de las Casas Colgadas.

En tanto, el ascenso por la Bajada de San Martín conduce a la plaza Mayor, presidida por el edificio barroco de las Casas Consistoriales.

Siguiendo la calle Alfonso VIII, se descubre el entramado de callejuelas estrechas que conforman el barrio alto. En cada rincón, la integración de las construcciones con el paisaje vertical resulta evidente.

Por último, otro imperdible es la Catedral de Cuenca. Con su fachada neogótica diseñada tras el derrumbe parcial de 1902, destaca por su planta de cruz latina y su doble girola interior. El cimborrio, de formato cuadrado, corona el crucero con elegancia sobria.

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