CityHub o cómo es la experiencia de dormir en una cápsula
Corría el año 1979 cuando en Osaka (Japón) se hizo realidad el concepto de hotel cápsula. Se trata de alojamientos que se caracterizan por su pequeñez pero también por ser asequibles de precio. En su interior apenas cabe una persona tumbada, que cuenta con el espacio justo para darse la vuelta y no agobiarse demasiado. Este tipo de establecimientos son populares en Asia, pero se están exportando al resto del mundo. En Holanda, por ejemplo, los responsables de CityHub han copiado la idea, aunque le han dado una vuelta para hacerla más cómoda y atractiva para cualquier viajero en busca de un alojamiento diferente.
Recientemente un equipo del blog de Viajes de OK Diario se desplazó hasta Ámsterdam para probar en primera persona la experiencia que ofrece CityHub. Este hotel está situado en el número 3 de la calle Bellamystraat, a unos 15 minutos andando del centro de la ciudad. Al atravesar su puerta la primera impresión que da es que se trata del punto de encuentro de turistas de todo el mundo, ya que no es extraño escuchar varios idiomas desde su moderna zona común. Aunque lo que llama la atención en primera estancia es la forma de registrarte: el check-in se hace directamente en una máquina. Allí seleccionas la cápsula que prefieras de las que estén libres y recibes tu pulsera, que será tu más fiel compañera durante toda tu estancia. Porque es la pulsera la que hace las veces de llave de tu cápsula, la que te abre las puertas del hotel por las noches y la que puedes utilizar para pagar cualquier cosa dentro del CityHub: desde un café hasta un par de chanclas para la ducha, una bolsa de patatas fritas o una copa para alegrarte la noche. No hace falta que lleves dinero suelto, escanea tu pulsera y el importe se cargará directamente a tu tarjeta de crédito.
Más allá de esto, lo que teníamos ganas de descubrir es cómo eran las cápsulas en las que íbamos a dormir. Así que no nos demoramos más y enfilamos el pasillo hasta la número 14. A ambos lados íbamos dejando el resto de las cápsulas, dos por bloque, cada una con forma de ‘L’ tumbada. De esta forma es posible que en un mismo rectángulo se alojen cuatro personas: dos en la cápsula de arriba y otras dos en la cápsula de abajo. El espacio está aprovechado al máximo.
¿Cómo son de grandes (o pequeñas) las cápsulas de CityHub?
Utilizamos nuestra pulsera para desbloquear la puerta de la cápsula 14, abrimos la puerta y por fin se reveló ante nuestros ojos la que iba a ser nuestra habitación durante las dos siguientes noches. La primera sensación es que, efectivamente, puede parecer algo pequeña para que dos personas convivan. La parte larga de la ‘L’ tumbada es la que alberga la cama (arriba o abajo según tu elección), mientras que la parte corta sirve para dejar las maletas, tu ropa y poco más. Dos personas que coincidan a la vez en la parte más alta pueden estar incómodas, pero la cápsula es un habitáculo pensado más bien para dormir y poco más.
Así que es lo próximo que hicimos, tumbarnos en la cama. Inmediatamente desaparecieron todos nuestros miedos: las cápsulas son lo suficientemente espaciosas como para no tener sensación de claustrofobia. Y su cama es cómoda. Pero es que además, y este es uno de los puntos fuertes, CityHub te da la posibilidad de controlar tu cápsula directamente desde tu móvil. A través de una app puedes configurar el ambiente de la habitación subiendo y bajando la intensidad de la luz y personalizando el color de la iluminación. O si lo prefieres, puedes optar por elegir uno de los ambientes predeterminados para tener la sensación de estar en mitad de la naturaleza o en pleno atardecer. ¡Ah! Y para los más dormilones: también puedes configurar el despertador y que sea la cápsula la que te despierte de tu plácido sueño.
En CityHub cuidan hasta el más pequeño detalle
La experiencia de CityHub no se limita únicamente a sus cápsulas. Además de una decoración muy moderna (casi hípster, acorde con la ciudad de Ámsterdam), sus responsables han cuidado todos los detalles. Los baños, comunitarios debido al tamaño de las cápsulas, te harán sentir como un multimillonario por unos instantes. Sobre todo cuando te enfundes las batas que se ofrecen como cortesía para desplazarte por los pasillos hasta las duchas.
Aunque el detalle que más nos gustó (además del chocolate caliente al que nos invitaron antes de irnos a dormir) fue sin duda que se ofrece de forma gratuita un pequeño dispositivo wifi con el que conseguir internet fuera del CityHub. ¡Internet gratis en la calle todo el día! Algo que vendrá muy bien a los que no tengan tarifa de datos en el extranjero, a los que no quieran pagar el roaming y a los que no tengan ganas de ir de restaurante en restaurante buscando wifi gratis. ¡Un detallazo, sí señor!
En definitiva, CityHub es una experiencia que todos los que visiten Ámsterdam deberían probar si buscan salirse del clásico hotel de toda la vida. Un lugar diferente, bien ubicado y asequible para todos los bolsillos (desde 45 euros la noche para dos personas).