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‘The White Lotus’: ¿Ha sido decepcionante el final de la tercera temporada?

Escena de la tercera temporada de 'The White Lotus'. (Max)
Escena de la tercera temporada de 'The White Lotus'. (Max)

Crítica (sin demasiados spoilers) de la tercera temporada de The White Lotus y, sobre todo, de su final, estrenado en Max este lunes 7 de abril. El último capítulo ha sido el más largo de toda la serie (90 minutos) y nos ha regalado muchas sorpresas. Mike White, el creador, ha sido fiel a su estilo y ha vuelto marear al espectador por mil pistas falsas y muchos giros de guion además de mantener intacto su cinismo (¿y pesimismo?) sobre la condición humana y las costumbres de los más privilegiados. ¿Ha sido la mejor temporada de todas? Es difícil de decir. Lo que sí es cierto es que, en esta, ha ocurrido lo mismo que en las anteriores: muchos episodios lentos en los que parece que no pasa nada para cargar las tintas (y las armas) en los últimos 20 minutos. Sólo un aviso: no, al final los culpables no fueron los monos.

Condiciones para trabajar en ‘White Lotus’

Hace poco se descubrió que todos los actores que aparecen en White Lotus lo hacen bajo tres condiciones. La primera es que tienen que pasar un casting, da igual las carreras que tengan o lo famosos que sean (la única que se saltó esa condición fue la icónica Jennifer Coolidge en las dos primeras temporadas puesto que el papel estaba escrito para ella) . Lo segundo es que aparecerán en créditos por estricto orden alfabético para que ninguno sienta que es más importante que otro. Y por último, es que todos los actores cobran exáctamente lo mismo: unos 40.000 dólares por episodio (no es tanto si tenemos en cuenta que Pedro Pascal, por ejemplo, se embolsó 600.000 dólares por el piloto de The last of us). No importa el caché que tengan dentro de la industria, para Mike White, sus intérpretes son todos iguales.

The White Lotus.
The White Lotus (Temporada 2)

A pesar de todas estas condiciones, todo Hollywood quiere participar en White Lotus. ¿Por qué? Primero porque da prestigio. Es una serie de mucho éxito y estar en ella bien puede posicionar a cualquier intérprete a ganar o ser nominado a cualquier premio. Pero lo más importante es que se sabe que Mike White es un genio a la hora de crear personajes , de moldear su personalidad hasta el más mínimo detalle. Esto es un regalo para cualquier actor que ame verdaderamente su trabajo y no sólo quiera ser famoso.

En sus tres temporadas, la esencia de The White Lotus: ricos que se hospedan en un hotel de lujo, rodeados de parajes hermosos, en el que salen a la luz rencillas sociales y personales. Un primer flashforward nos avisa que , al final, va a haber, al menos, un cadáver, lo que convierte esta sátira en un whodunnit clásico que invita a la especulación semana a semana.

¿Cómo ha sido esta tercera temporada?

La primera temporada versó sobre el dinero y las relaciones de poder. La segunda sobre el sexo y los deseos carnales. Esta tercera ha tenido como tema central la espiritualidad y la necesidad del ser humano de encontrar una religión o un sistema de creencias. Para ello, el lugar elegido ha sido Tailandia y un resort de lujo en el que se alojan esperpénticos huéspedes cuidados por un curioso grupo de trabajadores.

Entre los clientes hemos tenido tres tramas estupendas esta temporada. La de los la familia Ratliff, compuesta por un padre (Jason Isaacs) que oculta a los suyos que se ha cometido en un delito financiero y están arruinados; una madre (Parker Posey) que parece estar todo el tiempo bajo los efectos de las drogas legales y que sólo acepta vivir lujosamente; una hija (Sarah Catherine Hook) una joven que pretende quedarse a vivir en Tailandia para meditar; un hijo mayor (Patrick Schwarzenegger) bastante sociópata y narcisista; y el hijo menor (Sam Nivola), con un problema grave de carácter, tratando de complacer a todo el mundo que incluso llega a masturbar a su hermano (sí es inquietante)

Luego tenemos la trama que más me ha gustado de la temporada, la de las amigas de la infancia, cuyas vidas han tomado rumbos muy diferentes: Jaclyn (Michelle Monaghan) se ha convertido en una estrella televisiva, que es una narcisista de manual que siempre necesita la aprobación de los demás y, sobre todo, de los hombres; Kate (Leslie Bibb) la americana clásica votante de Trump y de vida perfecta y Laurie (Carrie Coon) la más acomplejada de las tres, la que se siente perdedora.

‘The White Lotus 3’ (HBO).

Pero inmensamente importante han sido Chelsea (Aimee Lou Wood) y Rick (Walton Goggins), una pareja desequilibrada y tierna a la vez en la que él, en un principio, le oculta a ella que han ido a Tailandia para vengarse del hombre que mató a su padre (Scott Glenn) y que es el dueño del resort.

Y también hemos vuelto a ver a Belinda (Natasha Rothwell), la directora del balneario del White Lotus de Hawái con quien Tanya (fallecida en la temporada dos) desarrolló una enorme dependencia emocional en la primera entrega de The White Lotus. Ahora, la masajista se reencuentra con el que viudo de Tanya (y causante, de alguna manera, de su muerte) , lo que la pondrá en peligro.

Natasha Rothwell en la segunda temporada de ‘The White Lotus’. (Max)
Natasha Rothwell en la tercera temporada de ‘The White Lotus’. (Max)

Y por último hemos tenido una trama que no parecía muy importante pero que al final ha sido clave, la de Gaitok (Tayme Thapthimthong), el guardia de seguridad de hotel que no quiere ser violento y Mook (Lalisa Manoban), la mujer de sus ojos que le exige ser más “hombre”, más ambicioso y viril.

Y como pasa siempre en White Lotus, ningún personaje se salva. Todos, al final, son unos egoístas que se traicionan a sí mismos por el poder, el dinero o el aplauso social. Aquí, la ética no sirve de nada.

Escena de la temporada 3 de 'The White Lotus'. (Max)
Escena de la temporada 3 de ‘The White Lotus’. (Max)

¿Un final a la altura?

No haremos muchos spoilers, tranquilos, sólo diremos, en líneas generales, cómo ha sido el último episodio de la tercera temporada de The White Lotus y si ha cumplido con las expectativas. La respuesta es sí.

El problema de White Lotus es el de siempre: muchos capítulos en los que pasa muy poco, en los que las tramas casi ni avanzan para, al final, condensar todos los giros en un solo episodio. Esta ocasión no ha sido distinta.

Sabíamos, desde el principio, que había un tiroteo en el hotel. Una de las teorías más poderosas que circulaban en las redes sociales es que habían sido los monos (por accidente) que no paraban de aparecer en la serie y que forman parte del paisaje del hotel. Pues no ha sido así.

No desvelaremos detalles pero sí ciertas impresiones. La trama de los Ratliff ha sido muy tramposa y lo que ocurre con una batidora roza lo absurdo. Aún así, el final de esta familia podría resultar satisfactorio.

Dos de las muertes me han dado mucha pena pero el momento con el que más he llorado ha sido con una escena protagonizada por Laurie (Carrie Coon). Mike White ha vuelto a crear una melodía fascinante, cínica y muy divertida. Eso sí, ocho capítulos para esas tramas son muchos. Con seis bastaban.

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