Joaquín Prat estalla por el caso del maltratador que ha cambiado de género: «Nos hemos vuelto locos»
El presentador, indignado: "¿A un maltratador lo metes en un módulo de mujeres?"
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Joaquín Prat, en Vamos a ver, ha estallado contra el caso de Cándido, el hombre que cambió de género tras ser condenado por maltrato a su pareja y la última hora es que se ha entregado a las autoridades, ya que se habían dictado distintas órdenes de alejamiento en su contra. Ahora se llama Candy y está en prisión, se entregó el pasado 5 de julio en una comisaría de Espartinas. Prat, desde su programa en Telecinco, ha dicho: «Cándido, aunque ha cambiado su sexo en el Registro Civil, no ha cambiado su apariencia. De Candy sólo tiene el nombre, el resto sigue siendo Cándido». Y ante la posibilidad de que pueda ingresar en una cárcel para mujeres, Joaquín Prat se ha echado las manos a la cabeza: «Nos hemos vuelto locos, ¿a un maltratador lo metes en un módulo de mujeres?»
Cándido cambió de género tras ser condenado por maltrato a su pareja y la última hora es que se ha entregado a las autoridades, ya que se habían dictado distintas órdenes de alejamiento en su contra. Sin embargo, surge la duda. ¿Ha ingresado en un módulo penitenciario para mujeres?
Ahora se llama Candy y está en prisión; se entregó el pasado 5 de julio en una comisaría de Espartinas para cumplir una condena en firme en su contra por agresión y quebrantamiento. Pero también existen otras cuatro órdenes de busca y captura.
Ante esta noticia, la víctima está «más tranquila» y agradece la difusión de su caso. «Cándido, aunque ha cambiado su sexo en el registro civil, no ha cambiado su apariencia, de Candy solo tiene el nombre, el resto sigue siendo Cándido», decía Joaquín Prat.
«Es un maltratador que cambia de sexo registralmente para eludir sus responsabilidades penales respecto al maltrato al que ha sometido a Cris y que ha continuado incluso después de condenado», añadía el presentador, atónito ante la posibilidad de que pueda ingresar en una cárcel para mujeres: «Nos hemos vuelto locos. ¿A un maltratador lo metes en un módulo de mujeres?».
Y es que, en teoría, esta decisión se toma a raíz del género que figura en el DNI, pero José María Benito, inspector, apuntaba que puede haber «excepciones» porque siempre hay un juez puede decidir «otra cosa».
La historia de ‘Candy’
Candy, recordemos, fue condenado en 2019 a 15 meses de cárcel por quebrantar la orden de alejamiento sobre su ex y por un delito de amenazas. La sentencia es firme desde 2023, pero ha intentado dilatar su ingreso en prisión agotando todos los recursos judiciales, incluida una petición de indulto al Gobierno de Pedro Sánchez.
El Ministerio de Presidencia y Justicia denegó su solicitud el pasado mes de enero alegando la «peligrosidad delictiva» y la larga «trayectoria criminal» de Candy, que siendo Cándido acumuló «ocho condenas por diversos delitos, varias de ellas en el ámbito de la violencia de género».
Ahora está acusado de presunta violencia doméstica, lesiones y maltrato a su ex mujer, con quien tiene dos hijos tras 10 años de matrimonio. Cándido ya pasó 19 meses en prisión por malos tratos a una pareja anterior.
El pasado mes de abril la Audiencia de Sevilla resolvió que no debe juzgarse como violencia machista el segundo episodio del particular infierno que vive su ex mujer. Tras rebotar de un juzgado a otro durante meses, el caso recayó finalmente en el Juzgado de Instrucción n.º 14 de Sevilla. La Audiencia sostiene que, tras pasar por el Registro Civil, en el momento de los hechos denunciados (julio de 2024) «esta persona ya era de sexo mujer».
La víctima aseguró que su ex pareja «se ríe de todos» y «sigue haciendo su misma vida de hombre». «Este auto abre la caja de Pandora para los maltratadores que quieran bordear la ley de violencia de género», afirmó entonces el abogado de la víctima a este periódico. Por su parte, Candy manifestó en su día que siempre «se ha sentido mujer» y el «único error» que ha cometido en su vida ha sido «crecer en una sociedad en la que ha estado cohibida durante mucho tiempo».
La Audiencia de Sevilla sostiene que este cambio de sexo no supone un fraude de ley, ya que no reporta «especiales ventajas» en el procedimiento a la persona investigada: aunque la pena mínima a la que se enfrente será menor, las máximas «en ambos casos son idénticas».