El éxito de ‘Crónicas Marcianas. El Reencuentro’ demuestra lo que Telecinco tiene que hacer para volver a triunfar
No se esperaba mucho de un espacial como ese pero el éxito de Crónicas Marcianas. El Reencuentro (el martes 12 de diciembre) demuestra lo que Telecinco tiene que hacer para volver a triunfar. Es curioso que la cadena principal de Mediaset apostase por el revival de un programa que representa todo aquello de lo que ahora reniegan. Crónicas Marcianas, fue considerado, por muchos, como el mayor representante de la ‘telebasura’ pero su vuelta a modo de programa especial de una única emisión lideró la noche con un estupendo 14,2% de cuota de pantalla. Se podría decir que el público de Telecinco sigue queriendo lo que ha definido a la cadena durante años. La estrategia de ser una televisión blanca y sin polémicas puede que no funcione como se esperaba.
Cuando se anunció el regreso de Crónicas Marcianas se creó una gran expectación, sobre todo para una generación de espectadores que trasnochaba por culpa de Javier Sardá y su banda en un late-night tan histórico y libre como polémico. Hace 18 años de su cierre pero Crónicas Marcianas marcó un modelo de hacer televisión que dura hasta ahora. Se apostaba por la improvisación, la locura, la transgresión y el titular del día siguiente. Ninguna entrega estaba exenta de polémica pero las audiencias eran imbatibles. Ese espíritu divertido y kamikaze lo heredó, después, Sálvame y lo impuso a toda la cadena. Pero la fórmula se agotó y en 2023, con la marcha de Paolo Vasile como Consejero Delegado de Mediaset España, se quiso remodelar la parrilla, hacerla más blanca y evitar el conflicto. La audiencia, sin embargo, ha menguado a favor de la competencia (en especial Antena3). Y es que el espectador natural de Telecinco puede que busque lo que siempre había encontrado en la cadena aunque sin la gravedad y la radicalidad de los últimos 2 años.
Pero, de repente, un producto como Crónicas Marcianas. El Reencuentro, que no tiene continuidad, que era un especial de sólo un día sobre un programa que casi no conocen las nuevas generaciones, triunfa como pocos en prime-time. En este evento televisivo Sardá volvía al plató de Barcelona en el que se grababa Crónicas Marcianas y se reencontraba con varios de sus colaboradores más míticos tales como Carlos Latre, Paz Padilla, Mariano Mariano, Rocío Madrid o Javier Cárdenas. Juntos repasaron los mejores momentos del programa pero se olvidaban un poco de las polémicas o las escenas más escabrosas y violentas (que las hay) para centrarse en las más divertidamente locas. Aquí puede estar el truco.
El problema que hubo con Sálvame, por ejemplo, en los últimos años, es que pasó de ser un show irreverente y esencialmente cómico para convertirse en un caza de sangre moral y radicalismo político (sobre todo después de la emisión de la docu serie sobre Rocío Carrasco). Pero Mediaset siempre se ha relacionado con el espectáculo más gamberro, con el directo imprevisible y el humor transgresor. Eso es lo que más necesita ahora Telecinco y lo que su público quiere. Hay muestras pequeñas que pueden apoyar esta teoría. ¿Qué es lo mejor que tiene TardeAR, por ejemplo? La sección de Kike Quintana, el sobrino de Ana Rosa, en la que hace una autocrítica descarnada (y muy medida) y supone un aire fresco tanto al espacio como a la cadena. Hay que apostar más por ese espíritu, la vuelta de Crónicas Marcianas lo demuestra.
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