Apple TV podría ser la plataforma de streaming con más pérdidas: 1.000 millones de dólares al año
¿Es hora de que la marca incluya publicidad en su contenido?
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Puede que el mercado del streaming haya socavado parte de la audiencia que de forma recurrente, acudía a las salas de cine. Pero esto no implica necesariamente una rentabilidad económica asegurada para las plataformas. De hecho, tras el auge en el cambio de paradigma dentro del consumo audiovisual (impulsado por la pandemia), no fueron pocas las marcas de vídeo bajo demanda que tuvieron que reorganizar su modelo de negocio. Mismamente, la propia Netflix subió en retiradas ocasiones los precios de sus suscripciones, aparte de introducir publicidad y eliminar el sistema multicuentas. Siendo esta una estrategia seguida por el resto de competidoras, las cuales fueron poco a poco adaptando estas medidas. Aunque como con toda regla, el visionado online de contenidos también tiene una gran excepción. Hablamos cómo no de Apple TV, la única empresa de transmisión a la que de momento no parece importarle demasiado los grandes desembolsos económicos de sus superproducciones. Porque como hemos sabido recientemente y según varios informes, el estudio podría estar perdiendo 1.000 millones de dólares al año.
A diferencia de la «gran N roja», Max o Disney +, el verdadero negocio tras Apple TV + no es en realidad, la industria del cine. Cualquiera sabe que la tecnológica logra ingentes beneficios con las ventas de sus portátiles, Iphones y diversos gadgets. Su televisión nació como una exhibición de su poderío y músculo profesional y de hecho, a nivel creativo están generando productos memorables que en varias ocasiones, superan en términos cualitativos a lo generado por sus principales rivales. No obstante, la incapacidad de funcionar como un motor económico independiente no debería suponer un pozo sin fondo para las arcas de la multinacional de Tim Cook. En el terminal parecen haber comprendido la alarma y tras varios fracasos comerciales, Apple TV + ha reducido sus ambiciones cinematográficas. Al menos en lo que se refiere a una cuestión de cantidad de lanzamientos. Por ejemplo, el pasado mes de septiembre retiró su plan de de lanzamiento a gran escala de Wolfs, asumiendo que dicho filme protagonizado por Brad Pitt y George Clooney no sería rentable. En cambio, mantiene su apuesta por F1, la cual podría ser el gran blockbuster del próximo verano. Es decir, la decisión pasa por menos apuestas y una inversión «controlada» sobre caballos ganadores que en cierto modo aseguren una gran acogida en las salas sin riesgo. Si es que puede existir la ausencia de este en una producción como la también liderada por Pitt, con un presupuesto de 300 millones de dólares.
Apple TV: la publicidad llama a la puerta
Por el momento, de las grandes marcas de vídeo bajo demanda, Apple TV y Max son las únicas que no tienen anuncios en su visionado. La aplicación es una especie de producto de gancho para la marca, llevando a que la compañía prefiera ofrecer la ventaja de obtener una prueba gratuita tras la compra de alguno de sus productos y poder presumir de ser, el hogar de series aclamadas como Severance o Ted Lasso y de haber logrado el Oscar a la mejor película con CODA.
Apple TV+ igualmente, está integrado con varios servicios a través de Apple One, por lo que no está claro cuántas personas se suscriben para poder obtener almacenamiento en la nube y en el streaming de música o cuantas personas se suscriben porque desean ver El abismo secreto, la última película de Anya Taylor-Joy.
Ahora, por lo que hemos podido saber a través de un informe publicado el jueves en The Information, la empresa estaría perdiendo 1.000 millones de dólares anuales en el streaming. En su conjunto, se supone que Apple TV + posee un total de 45 millones de suscriptores. Cifras que en el reparto del queso estadístico la situarían entre Peacock (en España, el equivalente es SkyShowtime) y Paramount +. Pero los estudios sugieren que en términos generales, la plataforma representa menos del 1% del total de las visualizaciones del streaming.
Una forma de frenar las perdidas podría ser la publicidad, ofreciendo una versión más económica con anuncios. Apple todavía es reticente a ello, aunque hace poco se puso a disposición de la tienda para dispositivos Android y se anexionó como opción extra a través de Prime Video, por lo que en realidad existe una ambición de crecimiento por parte de la marca.
Producciones millonarias sin retorno
En menos de un lustro, Apple TV+ ha producido varias superproducciones multimillonarias que no han tenido ni mucho menos, un retorno económico que justifique tal desembolso. Napoleón (2023) costó 200 millones de dólares, al igual que Los asesinos de la luna (2023) y que Argylle (2024), mientras que Fly me to the moon (2024) partió de 100 millones de inversión que obtuvieron únicamente 42 millones en la taquilla.
Para reducir las pérdidas, la empresa deberá dejar de asumir presupuestos tan desorbitados, concentrando sus esfuerzos en aquellas proyectos que puedan servir como reclamo de una experiencia cinematográfica cada vez más complicada.