La tecnología de los 80 que Stranger Things ha convertido en iconos pop

La tecnología de los 80 vuelve a estar de moda gracias a la exitosa serie Stranger Things. Lo que durante años fue visto como obsoleto o directamente inservible ha recuperado protagonismo gracias a una serie que entiende muy bien cómo funcionaba el mundo antes de internet, los smartphones y las IA. En Hawkins no hay pantallas táctiles ni asistentes de voz, pero sí dispositivos sencillos, limitados y profundamente humanos que hoy despiertan nuestra nostalgia.

Walkie-talkies, la red social de los 80

Si hay un dispositivo que define la tecnología de los 80 en Stranger Things, ese es el walkie-talkie. Para los protagonistas es mucho más que un juguete, ya que se trata de su forma de coordinarse, pedir ayuda y mantenerse unidos a distancia. Sin cobertura garantizada y con interferencias constantes, obligan a mensajes claros, breves y a respetar turnos de palabra. Algo impensable hoy, pero que refuerza la tensión narrativa y la sensación de riesgo real.

Luces de Navidad como sistema de comunicación

Uno de los momentos más recordados de la serie convierte un objeto cotidiano en una interfaz improvisada. Las luces de Navidad, conectadas a una pared y asociadas a letras pintadas a mano, funcionan como un sistema de comunicación analógico. Es una idea visualmente potente que resume muy bien cómo la tecnología de los 80 era tangible, física y comprensible. No hacía falta entender cómo funcionaba por dentro para usarla, solo ingenio y paciencia.

Televisores de tubo y cintas VHS

Los televisores CRT y las cintas VHS aparecen constantemente en la serie. No solo como elementos de ambientación, sino como símbolos de una época en la que ver algo en pantalla tenía un cierto componente ritual. Rebobinar una cinta, ajustar la antena o soportar interferencias formaba parte de la experiencia. Stranger Things convierte esas limitaciones en parte del relato y recuerda que la inmediatez actual no siempre juega a favor de la emoción.

Radios y tecnología doméstica “imperfecta”

Las radios de onda corta, los equipos de sonido voluminosos o los teléfonos fijos con cable refuerzan una idea clara, la tecnología de los 80 no era silenciosa ni invisible. Emitía ruidos, fallaba y requería interacción constante. Esa imperfección es precisamente lo que la serie reivindica y lo que hoy resulta tan atractivo frente a dispositivos cada vez más cerrados y opacos.

Por qué nos atrae tanto esta tecnología hoy

El éxito de Stranger Things no se explica solo por su historia o sus personajes. También conecta con un cansancio tecnológico muy actual. Frente a algoritmos, actualizaciones y dependencia del móvil, la tecnología de los 80 representa control, comprensión y límites claros. Sabías lo que podía hacer un aparato, pero  también lo que no.

Stranger Things quizás no idealiza el pasado, pero sí nos recuerda que hubo un tiempo en el que la tecnología acompañaba a las personas sin ocuparlo todo. Y quizá por eso, cuatro décadas después, seguimos mirando esos viejos dispositivos con una mezcla de cariño, curiosidad y hasta cierta envidia.