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Así funciona Face ID: lo que ocurre cuando miras tu iPhone

El reconocimiento facial de Apple se ha convertido en uno de los sistemas biométricos más avanzados del mercado.

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Face ID
Foto: Unsplash
Nacho Grosso
  • Nacho Grosso
  • Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios de difusión y blogs en español.

Face ID es el sistema de identificación facial de Apple que permite desbloquear el iPhone, autorizar pagos o acceder a apps con solo mirar la pantalla. Aunque para el usuario todo ocurre en una fracción de segundo, por detrás hay un proceso bastante más complejo de lo que parece.

Un escáner facial en 3D, no una foto

Cuando levantas el iPhone y miras hacia él, entra en acción el sistema de cámara TrueDepth, situado en la parte superior del dispositivo. Este conjunto no hace una simple foto de tu cara, sino que crea un mapa tridimensional extremadamente detallado de tu rostro.

El secreto de Face ID está en tres elementos que trabajan a la vez. Primero, un iluminador infrarrojo proyecta una luz invisible sobre tu cara, incluso en completa oscuridad. A continuación, un proyector de puntos lanza más de 30.000 puntos infrarrojos para dibujar la geometría exacta de tu rostro. Por último, una cámara infrarroja captura ese patrón y lo convierte en un mapa de profundidad en 3D.

Ese mapa no es una imagen convencional, es una representación matemática de la forma de tu cara. Por eso Face ID no se deja engañar por fotografías, vídeos o máscaras planas.

Qué compara realmente Face ID

Una vez generado ese mapa facial, el sistema lo compara con el modelo que se guardó cuando configuraste Face ID por primera vez. Esta comparación no se hace en la nube ni se envía a servidores externos: todo ocurre dentro del propio dispositivo.

Aquí entra en juego el Secure Enclave, una zona aislada del procesador diseñada específicamente para proteger datos sensibles. El mapa de tu rostro se cifra y se guarda ahí, sin que Apple ni ninguna app pueda acceder a él.

Aprende con el paso del tiempo

Una de las claves de Face ID es que no es un sistema rígido. Con el uso diario, va aprendiendo pequeños cambios en tu apariencia. Si te dejas barba, cambias de peinado, usas gafas, mascarilla o llevas gorro, el sistema puede actualizar el modelo facial de forma progresiva.

Eso sí, hay límites claros, cambios extremos o intentos de suplantación no van a funcionar. En esos casos, el iPhone pedirá el código de desbloqueo como medida de seguridad adicional.

Por qué funciona incluso a oscuras

A diferencia de otros sistemas de reconocimiento facial basados solo en cámara frontal, Face ID no depende de la luz ambiente. Al usar infrarrojos, puede identificarte igual de bien de día, de noche o en una habitación completamente a oscuras. Esto también explica por qué Face ID es más fiable que muchos sistemas basados en una simple imagen 2D, habituales en móviles más económicos.

Seguridad y privacidad como prioridad

Apple asegura que la probabilidad de que otra persona desbloquee tu iPhone con Face ID es de aproximadamente 1 entre 1.000.000, una cifra muy superior a la del Touch ID clásico. Además, Face ID comprueba que estés mirando activamente al dispositivo, lo que evita desbloqueos accidentales cuando el móvil está sobre una mesa.

En ningún caso se guardan fotos de tu cara ni se usan esos datos para publicidad o análisis externos. Face ID está diseñado para funcionar sin salir del iPhone, y ahí reside gran parte de su fiabilidad y de la confianza que genera.


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