La versión de Daniel Sancho se tambalea: estuvo con Edwin Arrieta en Ibiza antes de viajar a Tailandia
La familia del cirujano explica que éste tenía 80.000 dólares para comprar equipos de estética en Tailandia
El abogado de Daniel Sancho se pronuncia por primera vez: «Él sabe lo que hizo»
La hermana de la víctima de Daniel Sancho: «Lo tenía todo pensado, pido para él la condena máxima»
El estremecedor vídeo de Daniel Sancho comprando un cuchillo y bolsas de basura en un supermercado
La declaración de Daniel Sancho, en prisión provisional en Tailandia por el asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta, se tambalea. El detenido estuvo de vacaciones con la víctima en Ibiza sólo dos semanas antes del crimen. Algo que contradice la explicación de Sancho sobre el crimen, que culpa a la víctima de «tenerle encerrado en una jaula de cristal y obligarle a hacer cosas que nunca habría hecho».
El cirujano disfrutaba de la compañía de Sancho y su grupo de amigos en sus frecuentes viajes a España. En el último, ambos pasaron unos días en la isla española, citándose para verse el mes de agosto en Tailandia. Precisamente, fue a estos amigos a los que el Daniel Sancho envió un mensaje de WhatsApp confesando el homicidio antes de hacer lo mismo con un periodista y la policía tailandesa.
Mientras, en Colombia, los allegados de Edwin también sabían de su estrecha relación con Daniel Sancho, conocían la existencia del joven español y tenían noticias de los frecuentes viajes de Edwin a España, donde se encontraba con Daniel y su grupo de amigos. «Él estaba pensando en establecerse en España», aseguran. Sin embargo, Darling Arrieta, la hermana del asesinado, no había oído hablar de Daniel en particular.
El día 1 de agosto fue la última vez que los padres de Edwin hablaron con él. Les había dicho que viajaba a Tailandia por vacaciones, acababa de llegar a Bangkok y se expresó con normalidad sin dejar sospechas de ninguna amenaza. Desde entonces no volvieron a saber de Edwin.
El 3 de agosto tuvo lugar el crimen, según la Policía del país asiático. Esa noche, el presunto asesino se deshizo del cadáver descuartizado de Edwin. Unos trabajadores encontraron los restos y Daniel fue detenido el 4 de agosto. A la Policía le dijo: «Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho».
Esa afirmación choca frontalmente con el hecho de que ambos, víctima y presunto asesino, estuvieran disfrutando juntos de unas vacaciones en Ibiza sólo dos semanas antes. La familia de Edwin también niega con indignación que la víctima estuviera chantajeando a Daniel Sancho con la publicación de imágenes íntimas, tal y como declaró el detenido.
La Policía, entre tanto, se inclina por la hipótesis de que Daniel Sancho cometió el crimen por celos, aunque no están seguros de esto último. Igualmente, faltaría por explicar de donde salieron los 80.000 dólares que los investigadores hallaron en el bungalow donde se cometió el crimen y el descuartizamiento. Según la familia de Edwin, el dinero era de la víctima porque tenía la intención de comprar un equipo de cirugía plástica facial para su actividad como médico estético.