PRIMOS TOLEDO

Testigos del caso de los primos de Toledo: los sospechosos escondieron el teléfono de las víctimas

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Ángel Moya

El principal sospechoso del caso de los primos de Toledo tenía el teléfono móvil de uno de los dos menores diez días después de la desaparición de los chicos. Es lo que dicen dos testigos protegidos del caso, que además añaden que el teléfono fue entregado a la Policía días después. El hombre señalado por los testigos es el padrastro de la ex mujer del mayor de los primos, la chica a la que las víctimas fueron a visitar en contra de la opinión de su familia.

Los testigos TP5 Y TP6 cuentan que familiares directos de los sospechosos del suceso les contaron que C. les entregó un teléfono móvil para que lo guardaran. El terminal estuvo varios días oculto en una vivienda hasta que, los familiares les comentaron que creían que se trataba del teléfono móvil de Fernando, el mayor de los primos desaparecido. Al día siguiente, 12 días después de la desaparición de los menores, esos familiares de los sospechosos entregaron el supuesto móvil de la víctima a la Policía.

El hombre que les dio el teléfono, es el padrastro de la ex mujer del menor de mayor edad. Ha sido investigado por la Policía y ha declarado que se encontró el teléfono buscando en el Punto Limpio de Toledo, regalándoselo a sus familiares.

Fernando de 17 años y Ángel de 11 desaparecieron en Toledo la madrugada del 11 de diciembre, tal y como atestiguan las cámaras de seguridad, y sus cuerpos fueron encontrados semanas después en el vertedero de la ciudad Manchega. Las víctimas viajaron de Madrid a Toledo con la intención de visitar a la ex mujer de Fernando, el mayor de ellos. La Policía ha cerrado el caso calificándolo de accidental tras una autopsia que no detectó signos de hallarse ante un homicidio. Los agentes creen que los dos menores se metieron en un contenedor de basura para pasar la noche a resguardo del frío, se durmieron y murieron asfixiados por el peso de toneladas de basura, antes de que se hallaran sus cuerpos en el vertedero.

Sin embargo, la familia de los primos de Toledo sigue sosteniendo la hipótesis de que los dos menores murieron asesinados a manos de la familia de la ex mujer del mayor.

Cambiaron de móvil

Ahora, a las declaraciones de varios testigos asegurando que la familia de los sospechosos les confesó que habían matado a los niños, se suman las declaraciones de dos testigos protegidos contando que los sospechosos tenían el teléfono de los primos de Toledo días después de su desaparición.

La defensa de las familias de las víctimas ha pedido una serie de nuevas diligencias antes de que se cierre el caso como un doble accidente mortal.

Entre otras, han pedido que declaren ante el juez del caso los testigos que revelaron la hipótesis del crimen. Ya han declarado ante los investigadores pero estos no les dan credibilidad.

También quieren que declaren ante el juez los familiares de los sospechosos del crimen, para aclarar el asunto del teléfono móvil que presuntamente era propiedad de una de las víctimas.

La familia de las víctimas pide que declare el matrimonio sospechoso, ya que la mujer del presunto autor, cambió de teléfono móvil 24 horas después de la desaparición de los menores y se deshizo de su terminal antiguo.

Por último, llaman a declarar a uno de los trabajadores del vertedero para que explique cómo es posible que los niños viajaran en el mismo contenedor de basura y aparecieran con un mes de diferencia en diferentes lugares del vertedero.

La Policía por su parte, hace meses que da el caso por cerrado. No da crédito a los testigos protegidos, a los que en su día tomó testimonio. A pesar de que los informes forenses determinaron que las muertes de los primos son accidentales, los agentes investigaron todo el entorno de las víctimas, incluida la familia sospechosa, sin encontrar ninguna evidencia en su contra.

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