Crimen de Serrano

Crimen del aristócrata de Serrano: denuncian por malos tratos a la abuela de la niña huérfana

crimen de la calle Serrano
La petición de adopción.
Luis Miguel Montero

Una amiga del matrimonio que acaparó portadas por el conocido como crimen de la calle Serrano, número 205, en el que el padre de familia Fernando G. de C., conde de Atarés y marqués de Perijá mató a su esposa Gema J. y a una amiga suya, Julia C., de 70 años, durante la madrugada del pasado 20 de junio, se ha ofrecido a adoptar a la menor tras denunciar a la abuela materna por malos tratos contra la niña.

Tras aquel suceso la hija del matrimonio de Serrano, que ahora tiene 10 años, se fue a vivir con su abuela materna, Concepción V. El pasado 10 de agosto la mejor amiga de la familia, Maite, que se encontraba con su hija y la niña en París cuando sucedieron los asesinatos, acudió a la comisaría de Chamartín para denunciar a la abuela de la menor por supuestos malostratos. Ahora la niña está tutelada por la Comunidad de Madrid y la amiga de la familia ha pedido formalmente su adopción.

Maite acudió a comisaría para relatar que «conoce a la menor desde que ésta tenía 3 años de edad, dado que ha compartido clase y colegio con su hija menor de la misma edad (…), habiendo existido desde entonces una fuerte relación de amistad entre los padres (…)». Según la denuncia, «el padre en el testamento había incapacitado a sus dos hermanas y tías de la menor para obtener la custodia de la niña y la madre no tenía hermanos, la menor se ha quedado viviendo con su abuela Concepción». También explicó que «la abuela ha solicitado a las autoridades competentes la curatela de la niña, es decir la administración de sus bienes, si bien la declarante ha solicitado la tutela desvinculándose de la administración económica de sus bienes».

La denuncia también recoge que «desde el 29 de junio (la niña) ha estado enviando mensajes y vídeos a la declarante solicitándole ayuda para poder ir a vivirse con ella y con sus hijas manifestando que su abuela no la trataba bien (….) le grita, le insulta, hablándole muy mal de su padre, dirigiéndose a éste con palabras como (…) y similares con mucha tensión, nerviosismo y agresividad hacia la menor. Que la menor está en un continuo clima de tensión en el domicilio». La niña no vivía entonces en la calle Serrano sino en otro barrio más modesto de Madrid.

Maite contaba en su denuncia que «ha recibido varios vídeos (…) en los que se ve a la abuela de la niña completamente alterada y fuera de sí (…)». La mujer al recibir las imágenes fue a comisaría «mostrando dichos vídeos a esta instrucción, por lo que se han realizado las gestiones oportunas a nivel policial para salvaguardar la integridad de la niña», según recoge el atestado de la Policía. Asimismo, la mujer explicó en comisaría que «la Fiscalía tiene abierto expediente sobre la situación de la niña». En ese acto Maite también pidió al juzgado una orden de protección «sobre todo para la menor, pero también para ella y sus hijas». Esta orden fue denegada por el juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, porque «no se aprecia riesgo para la menor (…) ya que dichos hechos como ha informado el Ministerio Fiscal han sido puestos en conocimiento de la Policía, a los que se les ha aportado los vídeos que manifiesta y en los que estarían recogidas las presuntas amenazas (…)».

Además, Maite ha solicitado ante la Comunidad de Madrid, que actualmente tutela a la niña de Serrano, un «acogimiento» y dijo estar abierta a cualquier medida de protección «como la adopción» y alegaba que conoce a la familia desde hace siete años y su hija y la menor huérfana son las mejores amigas. Desde que la menor ingresó en el centro en agosto ni Maite ni su hija pequeña han podido ver a la menor.

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