Una cadena de fallos y 11 testigos mudos: así fue la fuga del peligroso sicario de Alcalá-Meco
Los testigos que vieron la fuga no avisaron a la Guardia Civil
Una cadena de fallos y once testigos mudos: así fue la fuga del peligroso sicario de Alcalá-Meco. El peligroso sicario acusado de dos asesinatos se fugó durante una visita de familiares gracias a que alguien dejó dos puertas abiertas y los once testigos que observaron su fuga no avisaron a los funcionarios.
La Dirección de Instituciones Penitenciarias ya tiene una idea bastante clara de como Youseff de 21 años alias el Pastilla, un joven sicario de los cárteles de la droga del Estrecho, protagonizó una fuga propia de una comedia carcelaria el pasado 23 de diciembre en la prisión madrileña.
Gracias a las cámaras de seguridad de la prisión, los investigadores han logrado reconstruir paso a paso la escapada.
El día 23 de diciembre, el Pastilla, recién trasladado a Madrid desde la cárcel de Botafuegos en Algeciras debido a sus enfrentamientos continuos con otros clanes de narcos, recibía la visita de cuatro de sus familiares en la cárcel de Alcalá Meco.
El primer paso iba a ser en los locutorios, vía telefónica y con un cristal separando al preso de su familia. Posteriormente, el sicario tenía autorizado un vis a vis, un encuentro íntimo con su pareja en una habitación especialmente habilitada para ello.
Sin embargo, el sicario que protagonizó la fuga nunca llegó a ver a su pareja. En el momento en que pasaba de los locutorios a la zona del vis a vis, el Pastilla aprovechó para mezclarse con un grupo de familiares que iban saliendo tras terminar sus visitas.
Ningún funcionario detectó la maniobra del sicario, pero las cámaras de seguridad sí grabaron a los familiares observando extrañados como el preso se infiltraba entre ellos, aunque ninguno de ellos decidió alertar a los funcionarios de prisiones.
Una vez que el grupo compuesto por los once testigos mudos y el sicario llegaron al control de acceso para recoger sus DNI antes de marcharse, el Pastilla se coló por una puerta de servicio que estaba abierta pese a que debía estar cerrada. De nuevo los once testigos observaron la maniobra del sicario y de nuevo decidieron encubrir la fuga.
También de nuevo la suerte volvió a sonreír al sicario que encontró una segunda puerta abierta para escapar de la zona más controlada. Nadie le descubrió mientras recorría los últimos metros hasta las mismas puertas de la cárcel. Salvo la Guardia Civil que custodia los accesos exteriores.
Los guardias le confundieron con un familiar más, y tras advertirle que no podía salir por la zona de la barrera le indicaron la puerta de salida. El sicario obedeció mansamente y con toda la tranquilidad del mundo salió andando por la puerta de la cárcel. Cuando creía que estaba fuera del alcance de las cámaras, esprintó durante 200 metros hasta perderse de vista.
Se investiga si tuvo ayuda interna
La fuga del sicario, en prisión provisional acusado de matar a balazos a un vecino inocente y a un capo de la droga en Algeciras, ha levantado ampollas en el Ministerio del Interior, de quien depende Instituciones Penitenciarias.
Una vez abierto el expediente, se investiga si el peligroso sicario tuvo toda la suerte del mundo, algo improbable, o recibió ayuda desde el interior de la cárcel para encontrar abiertas las dos puertas que franqueó antes de volver a pisar la calle en libertad.
Ahora, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado le buscan sin tregua en los lugares que solía frecuentar antes de su detención por asesinato, aunque los investigadores sospechan que el sicario protagonista de la fuga más famosa de los últimos años goza de una buena y sólida infraestructura para mantenerse lejos del alcance de la Policía durante una buena temporada.
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