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El violador del ascensor ante el tribunal: “Soy víctima de mí mismo. No debería de haber nacido»

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Vídeo: Europa Press

Pedro Luis Gallego, 40 años de asesinatos y violaciones a sus espaldas, no ha tenido reparo en presentarse esta mañana ante el tribunal que lo juzga como una “víctima de sí mismo”.

En un discurso sorprendente como indignante, uno de los mayores delincuentes de este país ha empezado diciendo que se considera culpable de las dos violaciones y otras dos tentativas por las que se le juzga.

En esa estrategia para dar lástima ante el tribunal y la opinión pública, Gallego asume su culpabilidad de la retahíla de nuevos delitos por los que se le juzga. “Tengo un problema psicológico y sufro una obsesión que no puedo controlar”, ha expresado para añadir dejando perplejo al tribunal que: “no soy como los de La Manada que hacen estas cosas por divertirse, yo no lo hago por diversión soy víctima de mí mismo”.

“No tendría que haber nacido” ha remarcado teatralmente el delincuente sexual para a continuación pedir perdón a las víctimas por el daño que les hizo y que sufrirán de por vida.

Gallego, condenado hace décadas por los asesinatos de Patricia Lebrato y otras 18 agresiones sexuales, volvió a la calle nueve años antes de lo previsto gracias a la derogación de la Doctrina Parot. Y volvió a las andadas perfeccionando su modus operandi y subiendo un escalón en la violencia de sus ataques.

Esta vez se le juzga por la violación de dos mujeres a las que raptó a punta de pistola en las inmediaciones del Hospital de La Paz en Madrid. A las dos las llevó a un piso que tenía en Segovia y allí las retuvo durante horas mientras las violaba salvajemente. El violador, que ahora se muestra tan arrepentido, no dudó entonces en lavar a las mujeres tras las violaciones para borrar todo rastro suyo de ADN antes de soltarlas. +

Gallego también intentó secuestrar a otras dos mujeres más en una espiral enloquecida de violencia, afortunadamente estas mujeres consiguieron escapar a pesar de los golpes que les propinó con la pistola en la cabeza.

Para la acusación popular que ejerce la Asociación Clara Campoamor Gallego tiene pocas opciones que no sean una condena contundente dado que las pruebas que recabó la policía son muchas y firmes. Desde el ADN de las víctimas en el piso del violador en Segovia, hasta trozos de fibra de ropa, y los reconocimientos que hicieron del violador varias de las víctimas.

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