Caso 'Rey del Cachopo'

La vida del ‘rey del cachopo’ en prisión: sin trabajo, amigo de delincuentes y con sólo 25 céntimos

Cesar Román, el 'Rey del Cachopo', sigue esperando su juicio en una celda de la prisión de Soto del Real. El presunto asesino de Heidi Paz, su ex pareja, se relaciona con mercheros y no hace "absolutamente nada": Ni trabaja ni tiene dinero. Solo sus hermanas se interesan por él.

El conocido como 'El Rey del Cachopo'.
El conocido como 'El Rey del Cachopo'.

El ‘rey del cachopo’ no está teniendo una vida fácil en la prisión de Soto del Real en la que se encuentra de manera provisional por asesinar presuntamente a su pareja y esconderla en una maleta. Cesar Román está interno en el módulo siete, uno de los considerados conflictivos, sin dinero y con amistades ‘peligrosas’.

Según ha podido saber OKDIARIO, el conocido como ‘rey del cachopo’ comparte una celda con otro recluso del módulo 7. Un módulo complicado para los funcionarios de prisiones ya que no es raro que se produzcan incidentes violentos entre presos.

Es el único encarcelado considerado ‘mediático’ en su módulo, por lo que no está bajo la protección especial contra filtraciones que la dirección de Soto del Real otorga a presos de causas como la trama Gürtel o las tarjetas Black.

Cesar Román es muy conocido entre la población reclusa. Los otros internos le han puesto un apodo, ‘Cachopín’, por su reducida estatura: 1,52 metros. Mantiene una buena relación con sus compañeros de módulo, pero tal y como cuentan fuentes de Prisiones a OKDIARIO, se ha juntado con “malas compañías”.

En el patio suele compadrear con un grupo de delincuentes, acusados de diversos delitos. Gente que ha dado algún problema en el pasado a los funcionarios. “Lo peor de lo peor” dicen las fuentes consultadas.

Pidió trabajo en las cocinas

Una de las primeras cosas que hizo Román nada más llegar a la cárcel fue solicitar a la dirección de Soto un trabajo en las cocinas de la prisión. Sin embargo, como ha podido confirmar OKDIARIO, su solicitud fue rechazada.

Los puestos de cocina están reservados para presos que cuenten con la total confianza de la dirección y los funcionarios, ya que tienen acceso directo a cuchillos y herramientas que podrían ser utilizadas como armas contra otros reclusos o contra los propios trabajadores de la prisión.

El ‘rey del cachopo’ no goza de esa confianza todavía. Y, según explican las fuentes consultadas, es difícil que la consiga debido a su historial violento: además del presunto asesinato de su pareja, en 2008 pasó un tiempo en la cárcel del Puerto de Santamaría por atacar y herir con un vaso a un cliente de un bar.

La negativa a colocarle en las cocinas, uno de los empleos por los que más puede cobrar un recluso (unos 400 euros), desilusionó a Cesar Román. No volvió a solicitar ningún trabajo en la cárcel. Tampoco se mostró interesado en realizar cursos. “No hace absolutamente nada” en todo el día explican las fuentes consultadas a OKDIARIO.

25 céntimos

El hecho de rechazar cualquier trabajo afecta a su capacidad económica. Salvo ingresos esporádicos que le realizan desde el exterior en su tarjeta del economato, de 20 y 50 euros cada cierto tiempo, ‘El rey del cachopo’ está “tieso”. De hecho, en una revisión reciente el saldo de su cuenta era de 25 céntimos.

Su único contacto con el exterior son las llamadas telefónicas que intercambia con sus hermanas, las únicas personas que se interesan hoy en día por el ‘rey del cachopo’. Sigue a la espera de juicio. La última vez que se le vio fue en los pasillos del juzgado de Plaza Castilla, como contó en exclusiva OKDIARIO.

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