María Teresa Campos, «sola y olvidada»

María Teresa Campos ha sido una de las grandes periodistas de nuestro país, a sus 82 años asume una jubilación forzosa, vive “sola y olvidada”. El mundo de la televisión se lo ha dado todo, pero también se lo ha quitado. La mujer que ha estado al frente de su propio programa durante décadas ha tenido que decir adiós a los platós de televisión y lo ha hecho de forma forzada. Ella querría seguir, pero ya no hay espacio para alguien que ya ha dado de sí todo y más por su gran pasión, la televisión.

Sola y olvidada, así es la jubilación de María Teresa Campos

La popular presentadora María Teresa Campos está viviendo una de las peores etapas de su vida, ante una situación que la ha alejado totalmente de su vida anterior. Los problemas de salid propios de una persona de su edad, empezaron a llegar y con ellos, la ausencia de ofertas laborales para alguien acostumbrado a ser el foco mediático.

Desde el reality sobre las Campos en el que María Teresa era protagonista no ha vuelto a tener una oferta laboral que le permita realizarse en su día a día. Después de sufrir un ictus del que se recuperó y a su edad, igualmente ella querría estar trabajando en lugar de pasar los días en casa sin hacer nada de lo que hacía antes.

La revista ‘Pronto’ relata que entre su círculo de amistades está extendido el rumor de que: “arrastra una tristeza que no es capaz de superar, se siente sola y olvidada”. El aspecto anímico de una mujer que vive sola, aunque siempre está acompañada de sus hijas, Carmen y Terelu son sus grandes apoyos.

Las hijas viven sus respectivas vidas, al igual que sus nietos, con lo cual, María Teresa, al igual que muchas mujeres de su edad, pasa mucho tiempo sola. Sin perspectivas de trabajar de nuevo en la televisión, un sector en el que hay jóvenes dispuestos a darlo todo y donde la imagen representa gran parte de la actividad, no hay espacio para una mujer de 82 años.

La activa María Teresa Campos se resigna a aceptar que debe entrar en una nueva etapa, la de la jubilación. Ha trabajado mucho y ha conseguido crear un pequeño imperio, pero como todo en esta vida, siempre queremos más y más. Gustavo Guillermo, su chófer y hombre de confianza, junto a sus hijas, se convierte en el entretenimiento de la periodista que debe empezar a pensar en descansar y no en trabajar.