El detalle de la mano de Miguel Urdangarin que delata su identificación con la Monarquía

El funeral de Constantino de Grecia ha permitido ver a toda la familia real española, incluido Miguel Urdangarin, el hijo de la infanta Cristina. Miguel es un joven de 21 años que estudia en Inglaterra, ha acabado su formación en ciencias del mar y ahora está estudiando un posgrado. Vive lejos de España por lo que es difícil verle, a diferencia de sus hermanos Juan y Pablo instalados en Barcelona. Su madre sigue en Ginebra hasta que Irene, la hermana pequeña, termine los estudios.

El detalle que delata a Miguel Urdangarin

Miguel Urdangarin tiene este detalle en la mano que delate su vínculo con la Monarquía, un elemento que no ha pasado desapercibido. El funeral del tío abuelo Constantino de Grecia, hermano de la reina Sofía, ha hecho que toda la familia real española, a excepción de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía se traslade a Grecia.

La mano de Miguel Urdangarin ha dado lugar a todo tipo de especulaciones. Al igual que su abuelo, el Rey emérito, Juan Carlos I, ha lucido un sello de oro en el dedo meñique. Un elemento que vincula al Rey con su nieto de una forma especial. En un regalo que quizás le hizo él mismo, un sello hecho a medida para ese dedo.

El simbolismo de este dedo es total. Es un dedo que se vincula en muchas culturas a las promesas cumplidas. Llevar un anillo en este dedo es un gesto común para atraer beneficios económicos. Es un dedo que indica talento y astucia, siendo el que representa determinados valores a lo largo del tiempo.

Este dedo requiere de un diseño especial para que no moleste. El sello de Miguel Urdangarin o los que ha lucido su abuelo deben haber sido creados para tal ocasión. En el caso del hijo de la infanta Cristina podemos comprobar que ha sido hecho de oro, aunque no se identifica la parte superior.

Quizás sean las siglas o una contraseña que sólo nieto y abuelo conocen. Un detalle que no ha pasado desapercibido a nadie y que hace que ambos tengan un vínculo de lo más especial de la mano de un anillo situado en un lugar atípico. El dedo que se usa para prometer cobra protagonismo en la mano de Miguel Urdangarin y del Rey emérito, Juan Carlos I.