300 metros, piscina y en un barrio exclusivo: la casa de 1,3 millones a la que se podría mudar Alejandra Rubio
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La posibilidad de que Alejandra Rubio y Carlo Costanzia estén buscando una vivienda propia para comenzar una nueva etapa junto a su hijo ha generado mucha expectación, especialmente tras la exclusiva publicada por Lecturas. La revista aseguraba que la pareja quiere dejar atrás la incertidumbre que supone el alquiler y dar un paso firme hacia la estabilidad familiar, algo que encajaría con su deseo de empezar desde cero en un entorno más tranquilo.
En este contexto aparece la vivienda que podría convertirse en su primer gran proyecto común: un pareado de más de 300 metros cuadrados, situado en un barrio exclusivo y dotado de piscina, que habría despertado su curiosidad hasta el punto de visitarlo en dos ocasiones. La idea de instalarse en una casa de estas características evidencia que planean un futuro más sólido, aunque el desembolso, según reconocería la propia Alejandra, no encaja del todo con los cálculos que la pareja maneja en este momento.
El interés de Alejandra y Carlo por esta propiedad salió a la luz cuando Luis Pliego, director de la mencionada publicación, confirmó que la joven había acudido a la vivienda tanto con Carlo como con su padre, lo que alimentó aún más las especulaciones sobre la compra. Sin embargo, Alejandra ha preferido mantener la máxima discreción y evitar confirmar si realmente está valorando la adquisición de esta casa perteneciente a su compañera Marta López. De hecho, al ser preguntada por Europa Press, solo acertó a decir un escueto «lo siento», dejando claro que no quiere profundizar en un asunto que considera privado.
Su reacción se tensó todavía más cuando se mencionó la presencia de su padre durante la visita, recordando que «es una persona anónima» y que no desea que figure en este tipo de informaciones. Ese gesto de incomodidad evidencia que, más allá del posible interés inmobiliario, la exposición pública de aspectos familiares sigue siendo un terreno delicado para ella.
La reacción de Marta López

La otra protagonista involuntaria de esta historia es Marta López, propietaria del inmueble y compañera de Alejandra Rubio, que se vio en el centro del foco después de que las cámaras del programa El tiempo justo, presentado por Joaquín Prat en Telecinco, se desplazaran hasta las puertas de su casa. Marta, sorprendida por la presencia del equipo, recibió a los reporteros con un gesto claramente tenso y admitió que no esperaba que acudieran finalmente a grabar. Aunque su compañero Gonzalo intentó rebajar la incomodidad con algunas bromas, Marta dejó claro desde el primer momento que la atención mediática sobre su vivienda no le resultaba agradable, especialmente porque en su interior estaban sus hijos recién llegados del colegio.
A pesar de su disgusto inicial, Marta atendió a las preguntas y trató de mantener un equilibrio entre su obligación profesional y su deseo de proteger su intimidad familiar. Reconoció que entiende cómo funciona el medio en el que trabaja, pero insistió en que no le gusta que situaciones ocurridas fuera de cámaras se trasladen a un programa de televisión, mucho menos si afectan a compañeros. Fue entonces cuando confirmó lo que ya adelantaba Lecturas: la casa está efectivamente en venta.
Así es la casa
Se trata de un pareado de 300 metros cuadrados, con jardín, garaje y piscina, ubicado en uno de los barrios más exclusivos de la Comunidad de Madrid, un lugar que algunos colaboradores llegaron a describir como un auténtico «casoplón» por sus dimensiones y su privilegiado entorno. La valoración inicial del inmueble asciende a 1.3 millones de euros, una cifra elevada que encaja con el tipo de propiedades de la zona y que también explica por qué Alejandra confesó que, tras hacer números, la operación no terminaba de cuadrarle.
Lo que más incomodó a Marta no fue tanto la publicación del precio o las características del inmueble, sino la manera en que la visita de Alejandra quedó expuesta públicamente sin que ella pudiera evitarlo. La colaboradora quiso dejar claro que Alejandra acudió a ver la casa, algo que no puede negar porque existen fotografías, pero recalcó que cualquier detalle adicional le corresponde comentarlo únicamente a la hija de Terelu Campos, ya que se trata de su intimidad.
Pese a la tensión que rodeó todo este episodio, Marta López encontró un momento para restar solemnidad a la situación y bromear con el equipo del programa, asegurando que si finalmente Alejandra decidiera comprar la vivienda, estaría dispuesta a hacerle una rebaja. Ese comentario alivió por unos instantes el clima, aunque no consiguió eclipsar la reflexión de fondo: la delgada línea entre lo profesional y lo personal dentro del mundo televisivo, donde una visita privada puede convertirse en noticia en cuestión de horas.
Mientras tanto, Alejandra prefiere mantenerse al margen y evitar cualquier confirmación que pueda ampliar la polémica, consciente de que cada gesto será analizado al detalle. La futura compra de la casa se mantiene, por ahora, como una incógnita que sólo el tiempo resolverá.