Los hoteles y los robos sistemáticos que sufren por parte de los clientes

Los hoteles y los robos sistemáticos que sufren por parte de los clientes
Iñigo Artola
  • Iñigo Artola
  • Portadista. Redactor de cultura, internacional, política, sociedad y lo que haga falta. Devorador insaciable de series y películas.

Aunque mucha gente pueda pensar lo contrario, las toallas de los hoteles no están incluidas en el precio de la habitación. A pesar de ello, sigue siendo el objeto más robado por los huéspedes al dejar el hotel. Pero no el único. La picaresca de los viajeros ha hecho que la lista de objetos susceptibles de ser robados crezca hasta incluir las cosas más pequeñas. No so pocas las personas que deciden hacer acopio de cualquier objeto que pueda servir en casa: desde las pilas del mando a distancia hasta las bombillas, pasando por el teléfono de la ducha.

Pero con las nuevas tecnologías, además de este problema del hurto en las habitaciones hoteleras, muchos viajeros han decidido que se merecen un descuento solo por su cara bonita. Y para conseguirlo no dudan en realizar amenazas basadas en el prestigio digital. El vicepresidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) y director del hotel MS Maestranza de Málaga, Francisco Moro, cuenta que la proliferación de las plataformas web para compartir experiencias de viaje con  otros usuarios han facilitado que el cliente se crea con potestad de amenazar a los empleados del hotel con una mala calificación o una mala crítica a sus servicios en dichas plataformas. Una «moda» para intentar que la estancia les resulte más barata que en muchas ocasiones funciona y en otras tantas no.

Normalmente son quejas sin fundamento y los clientes desisten cuando el personal del establecimiento les dice que sigan adelante si lo desean con el comentario, ha afirmado. Con el mismo fin de lograr una rebaja, otros se quejan de que la camarera no les haya hecho la habitación cuando regresan porque alegan «que les ha roto el descanso», o de que no haya piscina en su hotel aunque en ningún caso se haya publicitado este equipamiento porque supone una «decepción» en sus expectativas.

Además de buenas dosis de templanza y firmeza del personal, según los casos, los empresarios combaten la picaresca con un mayor control en sus instalaciones. Así tratan de evitar que se cuelen más personas a dormir de las que figuran en la reserva sin pagar la diferencia, que desayunen gratis algunos clientes cuando sólo se ha contratado el desayuno para uno de los huéspedes de la habitación, o accedan al restaurante con el mismo fin los inquilinos de los apartamentos cercanos al establecimiento.

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