La soledad y el aislamiento aumentan el riesgo cardiovascular
El 18.1% de la población española vive sola
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Siempre hemos relacionado la soledad y el aislamiento social con la personalidad del paciente, su estado de ánimo e, incluso, su salud mental. Las personas solitarias sufren problemas de estrés y ansiedad, alteraciones en la memoria y en la comunicación, degeneración del tejido neural o alteraciones del sueño. Sin embargo, nunca nos hemos planteado que su influencia alcance también la integridad física de quienes la padecen.
Un nuevo estudio coordinado por la Universidad de Helsinki, en Finlandia, ha determinado la conexión entre la soledad y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. El equipo responsable ha contado con una muestra de 480.000 personas de entre 40 y 69 años. El 16% de los encuestados confesó sentirse solo y aislado casi a diario, una situación que multiplica sus probabilidades de padecer un ictus, un infarto o una cardiopatía isquémica.
Relación entre la soledad y las enfermedades cardiovasculares
Los expertos aseguran que la soledad debe ser considerada un factor de riesgo importante para las enfermedades cardiovasculares. Al mismo nivel que otros elementos tradicionales como el consumo de alcohol, el tabaco, una mala alimentación o el sedentarismo. Y es que aunque parezca un hecho aislado, el 18% de la población española vive actualmente sola, de los cuáles 1.800.000 son personas mayores de 65 años.
A pesar de ser un estudio observacional, las cifras no engañan. Durante los siete años que duró la investigación 12.478 personas fallecieron, 5.731 sufrieron su primer ataque cardíaco y 3.471 el primer ictus. La mayoría de ellas se encontraban en una situación de desamparo, mostraban síntomas de depresión y fumaban con asiduidad. De ahí la conclusión del hallazgo ahora publicado por la revista especializada ‘Heart’.
Con esta nueva cartera de datos bajo el brazo, los responsables del estudio esperan reducir el número de pérdidas humanas por ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Antes de disponer cualquier tipo de tratamiento, la soledad puede actuar como un factor determinante dentro del diagnóstico, causa principal de mortalidad en todo el mundo.