Santiago Gómez: «Sanidad no cubre los tratamientos para los efectos secundarios del cáncer de próstata»
"El plano emocional juega un papel crucial en la salud mental, marcada por ansiedad, depresión reactiva y pérdida de autoestima"
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Para abordar esta patología en OKSALUD hablamos con Santiago Gómez Díaz, vicepresidente primero de la Asociación Nacional de Cáncer de Próstata ANCAP. Asociación que se presenta en sociedad el 4 de octubre de 2018 y que nace con el objetivo de ayudar, apoyar y colaborar con los pacientes que sufren o puedan llegar a padecer esta enfermedad y dar visibilidad a la población de la gran importancia de un diagnóstico precoz.
Además del importante número de casos de CaP al año, y observando una tendencia creciente, la Organización Mundial de la Salud -OMS- proyecta un incremento de hasta el 38% en el año 2030. En este sentido se puede significar la frecuencia de los efectos secundarios indeseables y cronificados en un altísimo porcentaje de pacientes tales como:
Incontinencia urinaria, disfunción eréctil, estenosis de uretra (estrechamiento anormal de la uretra), fístulas urinarias, desaparición de la eyaculación, acortamiento del pene, incurvación de pene, incontinencia de orina con la excitación y el orgasmo (Climacturia-Hematuria).
Pregunta.-El cáncer de próstata es una enfermedad que si es tratada precozmente, tiene datos muy positivos de curación. Por el contrario, hay problemas que, además de los ya mencionados figuran en el plano emocional como la salud mental.
Respuesta.-El plano emocional juega un papel crucial en la salud mental de quienes enfrentan esta enfermedad, marcada por cuadros de ansiedad, depresión reactiva y pérdida de autoestima. Esto se debe, en gran medida, a una concepción errónea de la masculinidad, que percibe el tratamiento del cáncer de próstata (CaP) como una amenaza a los atributos masculinos, cuando en realidad lo que está en juego es la vida. Por ello, resulta fundamental trabajar en la normalización de la enfermedad y el refuerzo de la autoestima, destacando la importancia de vivir más allá de estos estigmas.
P. – Cuando hablamos de cáncer de próstata lo hacemos sobre un
tumor poco visible para la población, ¿no?
R.- Así es. De hecho, el cáncer de próstata (CaP) es conocido como el cáncer invisible. Sin embargo, ocupa el primer lugar en incidencia entre los hombres, representando el 21% de los 161.651 casos anuales de todos los tipos de cáncer diagnosticados en varones, superando al cáncer de pulmón y al colorrectal.
A nivel general, el CaP es el segundo cáncer más frecuente en España, con un 12% del total de diagnósticos anuales en hombres y mujeres, solo por detrás del cáncer colorrectal. En 2023, se registraron 284.081 nuevos casos de cáncer en el país.
Aunque el CaP tiene una alta tasa de supervivencia si se detecta a tiempo, no está exento de mortalidad. En 2023, causó la muerte de 6.001 hombres, lo que subraya la importancia de la detección temprana y la concienciación sobre esta enfermedad.
P.- Las asociaciones de pacientes son primordiales no sólo para dar a conocer una patología, sino también para ayudar al paciente, ya que pueden preguntar cosas que quizá en consulta, bien por tiempo, bien porque no se atreven, no lo hacen.
R.-La misión de la Asociación Nacional de Cáncer de Próstata (ANCAP) es proporcionar a los pacientes un espacio para el intercambio de experiencias y conocimientos, así como influir en los ámbitos sanitario, político y social con el objetivo de mejorar de forma continua la calidad asistencial y la seguridad de los pacientes.
Desde ANCAP, demandamos al Sistema Sanitario, en especial al Sistema Nacional de Salud, un esfuerzo decidido por situar al paciente en el centro del sistema, escuchándolo y brindándole el acompañamiento emocional que necesita. Abogamos por un modelo de relación médico-paciente más participativo, donde el paciente deje de ser un sujeto pasivo para convertirse en un protagonista activo en las decisiones sobre su salud. Afortunadamente, avanzamos hacia un modelo deliberativo, dejando atrás el enfoque paternalista.
En nuestra asociación, contamos con un equipo de especialistas que incluye urólogos y una psicooncóloga, para atender de manera integral las necesidades de los pacientes. También trabajamos activamente para visibilizar el cáncer de próstata como un problema de salud pública, promoviendo un mensaje optimista y esperanzador. Esto es posible gracias a la colaboración con diversos actores clave en nuestra actividad diaria, entre ellos:
- Avances en la detección precoz de la enfermedad.
- Investigación científica, que impulsa nuevas soluciones.
- Innovaciones terapéuticas basadas en tecnologías de vanguardia.
- La excelencia médica, representada por la comunidad científica y profesional.
- Apoyos sociosanitarios, que mejoran la calidad de vida del paciente.
- Colaboración con la industria farmacéutica, la administración y los distribuidores farmacéuticos.
A través de este enfoque integral, ANCAP busca fortalecer tanto el cuidado de los pacientes como su calidad de vida, en un entorno de constante progreso y esperanza.
P.- Hay distintos efectos del tratamiento que quizá se deba abordar públicamente, entre otras cosas, para tratar de que se investiguen más y mejor, ¿qué opinión tiene de esta circunstancia?
R.-Reconocemos los grandes esfuerzos realizados por la comunidad médico-científica, la industria farmacéutica, los investigadores y otros actores clave en el abordaje del cáncer de próstata (CaP). Entre los pacientes, existe un consenso casi unánime de que, en términos científicos y tecnológicos, se están logrando avances significativos.
Un ejemplo destacado es la necesidad expresada por muchos pacientes recién diagnosticados con CaP, especialmente aquellos a quienes se les prescribe cirugía como tratamiento. Estos pacientes suelen manifestar su preferencia por procedimientos quirúrgicos realizados mediante cirugía robótica, debido a sus beneficios en precisión, recuperación y resultados.
En este sentido, España se posiciona como uno de los países líderes, con 135 equipos de cirugía robótica instalados en su territorio. Sin embargo, es importante señalar que esta tecnología avanzada aún no está disponible para todos los pacientes en todas las regiones del país, lo que refleja la necesidad de seguir trabajando para garantizar un acceso equitativo a estos recursos de última generación.
P.- ¿Tenemos en España todos los medicamentos contra este cáncer que hay en Europa?
R.-La respuesta es no, aunque con matices. En cuanto a los tratamientos en fases local, regional y avanzada del cáncer de próstata (CaP), el Sistema Sanitario español cuenta con la mayoría de los medicamentos aprobados por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Para los casos de CaP en etapas avanzadas con metástasis distantes, los métodos terapéuticos actuales permiten lograr la remisión de la enfermedad, reducir el tamaño tumoral, aliviar la mayoría de los síntomas y prolongar la esperanza de vida.
Sin embargo, aún estamos pendientes de la incorporación de un radiofármaco revolucionario para estas fases avanzadas, que ya se está utilizando en Estados Unidos y algunos países de Europa. Es relevante destacar que España es una potencia global en ensayos clínicos: uno de cada tres estudios realizados en Europa se lleva a cabo en nuestro país, lo que nos sitúa como el segundo destino preferido por el sector farmacéutico para estos estudios, después de Estados Unidos. Según el Registro Español de Estudios Clínicos, se realizan cerca de 1.000 ensayos clínicos anuales en territorio español.
A pesar de este liderazgo en investigación, los tiempos de acceso a nuevos medicamentos son significativamente largos. En promedio, España tarda 780 días en autorizar los tratamientos aprobados por la EMA. Además, una vez que el Ministerio de Sanidad da luz verde a una nueva terapia, el proceso se ralentiza aún más debido a los trámites de compra y distribución en las comunidades autónomas.
El dato más alarmante se encuentra en el ámbito de la oncología, donde el porcentaje de disponibilidad de nuevos tratamientos en España es del 57%, muy por debajo de otros países europeos. Alemania, por ejemplo, alcanza un 98% de disponibilidad, mientras que Italia registra un 83%, Inglaterra un 76%, y Francia un 72%. Estos números evidencian una brecha significativa que afecta el acceso de los pacientes españoles a terapias innovadoras.
P.- En su opinión y con respecto al cáncer de próstata, también en este caso, ¿el código postal influye en supervivencia en nuestro país?
R.- El lugar donde vivimos influye en nuestra salud. Aunque todos estamos expuestos a las mismas enfermedades, no todos enfrentamos las mismas oportunidades para tratarlas. En ANCAP denunciamos la falta de equidad en la distribución de recursos sanitarios entre las Comunidades Autónomas, tanto en términos generales como específicamente en el tratamiento del cáncer de próstata (CaP). Exigimos igualdad de acceso a los tratamientos y servicios en todo el territorio español.
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha evidenciado esta desigualdad a través de encuestas que demuestran una realidad preocupante: hay medicamentos disponibles en algunas Comunidades Autónomas que no lo están en otras.
Aunque cada Comunidad tiene autonomía para gestionar su sistema sanitario, el Consejo Interterritorial de Salud, un órgano donde los consejeros de Sanidad se reúnen para alcanzar consensos, podría ser una herramienta clave para reducir estas desigualdades. Sin embargo, sus acuerdos no son vinculantes, lo que limita su impacto real. Según SEOM, hasta un 90% de las inequidades podrían eliminarse si los acuerdos alcanzados en este organismo se implementaran de manera efectiva en todo el país.
La situación actual exige una mayor coordinación y compromiso para garantizar que todos los pacientes, independientemente de su lugar de residencia, tengan acceso a los mismos tratamientos y recursos. La equidad en salud no debería depender de un código postal.
P.- ¿Cómo se puede mejorar la calidad de vida de los pacientes?
R.-Solicitamos al Sistema Nacional de Salud (SNS) y a la Cartera de Servicios Comunes una modificación en el procedimiento de actualización de prestaciones y servicios, de manera que las asociaciones de pacientes puedan participar activamente en este proceso. Actualmente, este procedimiento resulta opaco para los pacientes, lo que dificulta su contribución en la mejora de los servicios que directamente les afectan.
En cuanto a los efectos secundarios que enfrentan los pacientes con cáncer de próstata (CaP), como la incontinencia urinaria, es necesario establecer una financiación real para los absorbentes, ya que la cobertura actual es limitada y afecta gravemente la autoestima de los pacientes. Asimismo, no está incluida en la cartera de servicios del SNS la rehabilitación del suelo pélvico mediante sistemas electromiográficos y ecográficos, que son fundamentales para mejorar el control motor de los músculos y las células nerviosas implicadas. Esto obliga a los pacientes a asumir estos costos en la sanidad privada, lo que genera desigualdades en el acceso.
En el caso de la disfunción eréctil, el SNS tampoco cubre los tratamientos farmacológicos necesarios, como el sildenafilo (Viagra, Vizarsin) y el tadalafilo (Cialis), que actúan dilatando los vasos sanguíneos del pene para facilitar la afluencia de sangre durante la estimulación sexual. Además, tampoco se contempla la prescripción de implantes de prótesis de pene para aquellos pacientes que cumplen con los criterios médicos para su implantación, a pesar de la importancia de estos dispositivos para la calidad de vida de los afectados.
Es imprescindible que estas necesidades se integren en la cobertura del Sistema Nacional de Salud para garantizar una atención integral y equitativa a los pacientes con CaP, mejorando no solo su salud física, sino también su bienestar emocional y calidad de vida.
P.- ¿Qué técnicas y tratamientos hay novedosos en este campo en estos momentos?
En España para abordar la cirugía en pacientes a los que se les prescribe este tratamiento, tienen la posibilidad de ser tratados con la última tecnología de la familia robótica da Vinci XiHD con los modelos IS4200, si bien, en EEUU están ya con la quinta generación que tardará en llegar a España aproximadamente dos a tres años.
Temas:
- Cáncer de próstata