¿Por qué la circulación empeora tras el verano y cómo podemos evitarlo?

Las enfermedades del sistema circulatorio venoso aumentan más de un 30% tras el verano por el sedentarismo y el cambio de hábitos

CIRCULACIÓN

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El calor del verano es incómodo por muchos motivos, pero para la gente que tiene lo que comúnmente se conoce como ‘mala circulación en las piernas’, el problema llega después. En los meses en los que el termómetro sube, cambiamos nuestra rutina habitual, nos vamos de viaje, pasamos largas horas sentados y reducimos nuestra actividad física; un combo que suele resultar en los siguientes meses en pesadez, hinchazón y la temida aparición de varices.

Tras el verano se calcula que las enfermedades del sistema circulatorio venoso aumentan más de un 30% y, aunque en un primer momento podemos llegar a pensar que son síntomas leves y se pasarán, debemos estar muy pendientes de su evolución para evitar complicaciones futuras, sobre todo dependiendo de la edad de la persona que los sufre y de si existen otras patologías. Si quieres saber qué causa este tipo de enfermedades y, sobre todo, cómo evitarlas, te lo contamos todo en este artículo.

¿Por qué siento las piernas más pesadas?

Como decimos, todos esos cambios en nuestros hábitos que se producen durante el verano pueden provocar que sintamos esa pesadez típica en las piernas. Este cambio en nuestra rutina explica el Dr. Manuel Sánchez Maestre, jefe del servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Quirónsalud Córdoba y del Centro Médico Quirónsalud Jaén, puede contribuir a «un empeoramiento de las patologías existentes» e incluso a la «aparición de nuevas dolencias relacionadas con el sistema venoso».

Entre los principales factores que pueden provocar estas patologías, o aumentar sus síntomas y gravedad están, añade el Dr. Sánchez Maestre, «los largos períodos de inmovilidad que pasamos durante los viajes en avión o en coche, una menor actividad física durante los meses de más calor, la exposición prolongada al sol, y además la deshidratación, y el aumento de peso que se suele experimentar en verano».

En este sentido, el especialista recomienda estar especialmente atentos ante la «aparición de varículas visibles en nuestras piernas, (pequeñas venas dilatadas en la piel), edema (hinchazón) y enrojecimiento de la piel», y llama a estar alerta si alguno de estos síntomas permanece en el tiempo.

«Hay que consultar siempre a un especialista en Angiología y Cirugía Vascular, si notamos que las molestias duran demasiado, ya que un diagnóstico precoz puede evitar complicaciones mayores y permitir el inicio de un tratamiento adecuado», incide, recordando a su vez que «el riesgo de desarrollar o agravar una patología venosa aumenta también con factores como la edad y cuando se sufren otras enfermedades».

Tipos de patologías venosas

Este tipo de patologías son mucho más comunes de lo que se cree y, entre las que podemos sufrir, las varices suelen ser las más habituales. Según explica el Dr. Sánchez Maestre, las patologías venosas crónicas, como las varices, «las sufren el 15% de los hombres y alrededor del 30% de las mujeres en España a lo largo de su vida».

También son habituales la insuficiencia venosa crónica, las úlceras por estasis venosa, la trombosis venosa profunda, que está considerada ya una complicación grave, y cuya prevalencia es de 1/2 personas de cada 1.000 al año; la tromboembolia pulmonar, el trauma vascular venoso, la trombosis venosa mesentérica, o el síndrome venoso obstructivo.

Cómo mantener una buena salud venosa

Para mantener una buena salud venosa y, sobre todo, para recuperarnos tras los excesos del verano, es recomendable retomar la actividad física poco a poco. El ejercicio, recuerda el especialista, «ayuda a mejorar la circulación sanguínea y a prevenir la formación de coágulos». Y no hablamos simplemente de correr, o ir al gimnasio, «caminar, subir escaleras en lugar de utilizar el ascensor cuando sea posible…en definitiva, la práctica del deporte que mejor se adapte a cada persona», añade Sánchez Maestre.

Otro punto importante para mejorar la salud de las venas es beber suficiente agua a lo largo del día y en cualquier época del año. En verano, además, hay mayor probabilidad de sufrir una deshidratación debido a las altas temperaturas, lo que aumenta la viscosidad de la sangre.

El peso es también muy importante, ya que el sobrepeso ejerce presión sobre las venas -especialmente en las piernas- agravando las patologías. Para prevenir esta situación, el doctor recomienda «seguir siempre una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y fibra».

Y, aunque es algo a lo que normalmente no prestamos mucha atención, el doctor hace hincapié en la importancia de evitar el uso prolongado de prendas muy ajustadas, ya que «comprimen las piernas y la cintura, impidiendo una buena circulación». Por ello aconseja «optar siempre por ropa cómoda que permita una adecuada circulación», y «utilizar medias de compresión si existen antecedentes de problemas venosos».

Como última recomendación, el especialista recuerda la importancia de realizar estiramientos y pequeños paseos cuando se pasan largos períodos sentado. «Ya sea en el trabajo, de viaje en coche, tren o avión o cualquier medio de transporte, es fundamental realizar ejercicios de estiramiento y movilidad de piernas y tobillos al finalizar el viaje, o cada dos o tres horas si se está en el trabajo», explica el Dr. Sánchez Maestre, incidiendo en la importancia de «estimular la circulación sanguínea para reducir el riesgo de trombosis».

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