¿Qué es la balanitis infantil?
En la etapa infantil pueden aparecer diferentes patologías, que hay que prevenir y tratar. Una de ellas es la llamada balanitis infantil. ¿Qué es?
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La balanitis infantil es una afección relativamente común en los niños y bebés. Si el niño presenta dolor o picor en su prepucio o su glande está hinchado, probablemente esté padeciendo esta dolencia. Los niños de dos a cinco años son bastante propensos a presentar inconvenientes de este tipo. Aunque la zona afectada puede verse muy afectada, esta es una problemática de salud que suele tener una sencilla solución.
Los niños con dificultades para retraer su prepucio suelen experimentar balanitis. De ahí que la dolencia sea extendida entre al menos el 5% de los pacientes de dos a cinco años de edad. Se podría decir que esta dolencia es la consecuencia de una serie de causas y factores acumulados.
¿Cómo es la balanitis infantil?
La balanitis infantil es básicamente la inflamación en el glande de los niños. Esto puede ocurrir cuando los niños no pueden bajar su prepucio lo cual es relativamente frecuente. Como la piel no puede retraerse, comienzan a acumularse secreciones como restos de orina y sudor. Esto genera una infección que a su vez provoca el cuadro inflamatorio.
La dificultad para retraer el prepucio se conoce como fimosis. Básicamente, esta condición dificulta la higiene adecuada del pene de los niños que la sufren. Por eso, se establece que la falta de limpieza suele ser una causa de balanitis. Ahora bien, el lavado excesivo y uso de ciertos jabones irritantes también pueden ocasionar la balanitis.
Otros causantes son la diabetes, deficiencia del sistema inmunológico y el uso de antibióticos. Además de la hinchazón, esta inflamación genera picor, ardor, enrojecimiento y mal olor en la zona afectada.
Tratamiento y complicaciones
La balanitis infantil suele ser una afección bastante controlable en la mayoría de los casos. En principio, lo más importante es realizar una higiene adecuada que permita limpiar la zona afectada. Para ello, se puede utilizar suero fisiológico utilizando una jeringa. De esta forma, el líquido puede entrar sin que se realice un roce molesto.
Los pediatras suelen recetar una pomada para frenar el proceso infeccioso en la piel. Esta podría ser de cortisona o antibacterial, dependiendo de la causa de la afección. Por eso, es muy importante que un pediatra pueda examinar personalmente el estado de la piel. En caso de dolor también podría recetar un antibiótico.
La inflamación del glande puede curarse fácilmente, aunque se debe observar cómo evoluciona la fimosis. Así se denomina a la imposibilidad de retraer el prepucio. Los adultos deben incentivar al niño a realizar la retracción progresivamente, pero a veces suele ser difícil. Sin embargo, esto puede corregirse a través de una operación muy sencilla.
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