Estas son las pistas que te harán sospechar que estás ante un problema con la alimentación

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades mentales graves relacionadas con una conducta alterada respecto a los hábitos de alimentación.

Para que haya éxito de recuperación lo más importante es un diagnóstico precoz.

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Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades mentales graves relacionadas con una conducta alterada respecto a los hábitos de alimentación. Todo esto se traduce en comportamientos extraños y alterados a los que debemos prestar atención como padres, amigos, hermanos, etc., si lo vemos en alguna persona querida.

Debemos tener en cuenta, además, que los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son unas de las enfermedades mentales con más prevalencia de mortalidad. Y es que, en la mayor parte de los casos, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), se debe a causas directas de la desnutrición. Se estima, además, que alrededor del 5% de los pacientes fallecen por complicaciones de la enfermedad y que 1 de cada 5 pacientes lo hace por suicidio.

También detallan que la psicopatología y la desnutrición imposibilitan, en muchas ocasiones, llevar a cabo relaciones sociales normales y, además, tienen también consecuencias a nivel académico y profesional. El Dr. Francisco Botella, coordinador del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) explica que «el fracaso académico y el aislamiento social son, por desgracia, muy frecuentes. Los tratamientos para el manejo de los TCA son prolongados, ya que suelen superar los dos años y se estima un alto porcentaje de recaídas, aunque alrededor de un 70-80% de los pacientes supera la enfermedad. Aproximadamente un 20-25% de los casos se cronifica, sobre todo, aquellos de larga evolución con difícil accesibilidad a un equipo terapéutico o con un entorno familiar y social desestructurado».

Subraya, además, que para que haya éxito de recuperación lo más importante es un diagnóstico precoz. «Un TCA de larga duración, superior a 8 o 10 años, tiene un índice de curación muy bajo y una alta probabilidad de convertirse en crónico», expone.

Este diagnóstico precoz, por tanto, es realmente importante para la recuperación. «Cuanto más tiempo persisten las conductas erráticas del TCA, mayor es la probabilidad de que la enfermedad se cronifique y más complejo se vuelva el tratamiento», asegura Isabel Campos del Portillo, especialista en Nutrición del Centro Médico Quirónsalud Toledo.

Por eso, añade, hay algunos detalles en el comportamiento de las personas que pueden estar padeciendo estos trastornos con la alimentación a los que tenemos que poner atención, ya que, como vemos, cada día que pasa cuenta, y mucho, en el éxito de la recuperación.

Cambios en el comportamiento alimentario

Las personas se aíslan del resto cuando hay comida de por medio. Tratan de evitar comer o cenar en familia, rechazan horarios estrictos de comidas o incluso, a veces, se saltan comidas con el argumento de que no tienen hambre y hacen comidas más ligeras.

Además, tratan de elaborar platos más saludables, necesitan cocinar su comida, saber y ver qué hay para comer o cenar. Se dejan comida en el plato, o tratan de ponerse cantidades muy pequeñas. Cuentan unidades y se preocupan en exceso por el valor nutricional de los alimentos.

Cambios de humor

Se puede observar, además, que existe un cambio significativo del estado de ánimo y presentan mucha irritabilidad. Cuando antes las comidas y cenas eran relajadas, ahora parecen enfadadas al ver que le sirven más comida o que hay alimentos que no quieren tomar.

Cambios en el movimiento

Y, por último, también tienen obsesión con el ejercicio, aumento del desplazamiento andando a los sitios, de la frecuencia al gimnasio, sobre todo, antes o después de acontecimientos importantes, como comidas copiosas, etc.

“En Quirónsalud Toledo disponemos de un circuito ambulatorio de intervención de TCA donde trabajamos desde la recuperación de diferentes tipos de trastorno alimentario en coordinación con Nutrición, Psicología, Endocrinología y Psiquiatría”, explica Campos del Portillo.

Respecto al perfil de las personas afectadas, más de 95% de las personas que sufren algún trastorno de conducta alimentario son mujeres y entre el 0,3% y el 3% de la población femenina padece algún TCA a lo largo de su vida, según los datos manejados por la SEEN, desde donde señalan que cada vez se identifican más casos: «Existe una mayor sensibilidad social hacia este problema por parte de los padres, educadores, entrenadores e incluso los propios compañeros del paciente. El perfil más común es una adolescente con baja autoestima y alto grado de autoexigencia y perfeccionismo», detalla el Dr. Botella.

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